Hoy, en un episodio que evidencia la creciente ingobernabilidad en el ayuntamiento de Valle de Bravo, los nuevos directores nombrados por el Cabildo y la Alcaldesa por ministerio de Ley, Magdalena Rodríguez, se encontraron con un obstáculo insólito al intentar asumir sus funciones. Las puertas de sus oficinas estaban aseguradas con cadenas y candados, colocados arbitrariamente y en contravención de toda normativa legal por los ex directores, supuestamente bajo las órdenes de su ex jefa, Michelle Núñez.
Este acto, que viola no solo los principios de la administración pública sino también el sentido común, ha dejado en claro la falta de cohesión y la confrontación abierta entre las facciones internas del ayuntamiento. El uso de cadenas y candados como herramienta de bloqueo no solo es una muestra palpable de la resistencia a la transición de poder, sino que también revela la profundidad de la crisis institucional que afecta al gobierno local.
Los más perjudicados por esta situación son, sin duda, los ciudadanos de Valle de Bravo. Al acudir a las dependencias municipales y descubrir que no habría servicio debido a estos conflictos, muchos salieron visiblemente molestos. La disputa interna y los caprichos de la ex presidenta Michelle Núñez han tenido un impacto directo en la población, que depende de los servicios municipales para sus trámites y necesidades diarias.
Este incidente, además de ser un símbolo de desorden, pone de manifiesto la necesidad urgente de resolver los conflictos internos para evitar que los ciudadanos sigan pagando el precio de la ingobernabilidad. La colocación de candados y cadenas en las puertas de acceso no solo es un gesto de resistencia, sino también una clara señal de que la estabilidad y el orden en el ayuntamiento de Valle de Bravo están en serio riesgo