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Irresponsabilidad manifiesta

Amadeo Palliser Cifuentes
amadeopalliser@gmail.com

Estamos acostumbrados a la pandémica irresponsabilidad y, también, a ver que nadie pide disculpas por ello; pero más grave todavía, es no ser conscientes de que hemos producido los anticuerpos precisos para asumir, acríticamente, todo lo que nos echen, como explico a continuación.

Ayer, 2 de setiembre, Marta Rovira, secretaria general de ERC y presidenta en funciones, en unas declaraciones efectuadas al programa ‘Matins’, de TV3, hizo diferentes afirmaciones, entre las que destaco:

  • ‘Se han de asumir responsabilidades y continuar predicando sin hacer este ejercicio honesto no lleva a ningún lado’,
  • ‘Al marchar al exilio, quise contribuir tejiendo alianzas entre todos los actores del independentismo, pero actualmente ya no sé que hacer (…), lo he intentado, pero ya he tirado la toalla’;
  • ‘Para la política se han quemado todos los puentes y es la hora de que una nueva generación coja el timón y vuelva a unir los partidos y las organizaciones independentistas’;
  • ‘Trabajaré para que haya gente preparada que rehaga la unidad independentista (…) una nueva generación de gente preparada sin mochilas’;

Aparentemente, podría parecer que Marta Rovira es una excepción dentro de la pandemia de irresponsabilidad que he mencionado, pero NO es así, ni mucho menos, pues hay que contextualizar estas declaraciones, y así vemos que:

Tras seis años y medio exiliada en Suiza, acusada por terrorismo por el caso del Tsunami Democràtic, Rovira volvió del exilio el pasado 12 de julio, al beneficiarse de la amnistía.

Y el pasado 18 de julio se personó en el Parlament de Catalunya y, en una rueda de prensa, comentó que ‘estoy aquí para luchar, para continuar luchando; hoy con mucha más convicción política, determinación y fortaleza personal’

Pero, el 29 de julio, ERC pactó con el PSC/PSOE el acuerdo para investir al represor Salvador Illa, si bien ese acuerdo debía ser aprobado previamente por la militancia del partido republicano. Tras esa consulta efectuada el 7 de agosto, en la que el 53,5% de los afiliados avalaron ese acuerdo (3397, Síes) ambos partidos firmaron el pacto.

Me parece incomprensible que en la segunda quincena de julio Marta Rovira pasase de decir que ‘está aquí para luchar, para continuar luchando; hoy con mucha más convicción política, determinación y fortaleza personal’, a pactar la investidura de Salvador Illa (155), y que, tras un mes de agosto prácticamente ausente (¿vacaciones?), Marta Rovira saliese ayer (2 de setiembre) para decir que ‘ya no sé que hacer (…), lo he intentado, pero ya he tirado la toalla’.

Se pueden hacer muchas interpretaciones al respecto:

  • que fue amnistiada para hacer el servicio de traicionar al independentismo;
  • que, al verse como máxima responsable de ERC, se le subieron los humos, hasta el extremo de actuar frívolamente; o que, sin el paraguas de Oriol Junqueras, Marta Rovira mostró su incapacidad. Estas posibilidades me parecen descartables, especialmente la variante final, del paraguas de Oriol Junqueras, ya que, sobre el pacto con el PSC/PSOE, ambos ‘líderes’ piensan igual;
  • que sufrió presiones inconfesables por parte del estado, lo que denotaría que ERC tiene algo oculto con lo que se le puede chantajear;
  • o que el único objetivo de ERC era impedir unas nuevas elecciones en el mes de octubre, puesto que las encuestas preveían que ese partido tendría una gran debacle; en este caso, está claro que anteponer los intereses partidistas a los del país, demostraría la nula convicción independentista y la total irresponsabilidad;
  • etc;

En realidad, nunca sabremos las motivaciones reales de esos bandazos efectuados por Marta Rovira, pero no sólo ella, ya que, teóricamente, deben ser decisiones adoptadas y asumidas de forma mayoritaria por la directiva de ERC.

Pero, sea lo que sea, y como comentó ayer Pilar Rahola, lo coherente hubiera sido que Marta Rovira tirase la toalla antes de investir como president de la Generalitat, al mayor inquisidor españolista contra el independentismo.

Ya que la incapacidad para conseguir la unidad del independentismo, la única decisión ética y moral, hubiera sido reconocerla y NO investir a Salvador Illa; pero aún así, optó por esa ‘solución’, que significó la rendición total de la Generalitat, la institución que, junto al Parlament, son las más importantes y simbólicas instituciones catalanas.

Es evidente que la incapacidad no se muestra de forma súbita, puntual e inesperada; si no que es un síntoma que se mantiene larvado y que se va mostrando poco a poco, hasta llegar a cristalizar y mostrar su verdadera naturaleza.

Una vez investido Salvador Illa, y a medida que se van conociendo las primeras decisiones de su gobierno, ahora empiezan a oírse los llantos de ERC y de los Comunes / Sumar, pero todo es puro teatro, ya que ERC ya no tiene ni tendrá nunca más, al menos en esta legislatura, la fuerza que tenía antes de regalar la presidencia.

Pero claro, aún así, y como verborrea, cara dura y falta de escrúpulos, son calificaciones propias de la casi generalidad de los políticos (con honrosas excepciones), incluso en el peor escenario previsible, seguirán vendiéndonos su moto.

A este respecto, me parece didáctica la lectura de la siguiente fábula sufí, atribuido al Mulá Nasrudin (Nasreddin):

‘El sabio y el rey

Un rey soñó que había perdido todos los dientes. Cuando se levantó, mandó llamar a un sabio, y le pidió que interpretara su sueño.

¡Qué desgracia! Exclamó el sabio, cada diente que se le ha caído, representa la pérdida de un pariente suyo.

¡Qué insolencia!, gritó el rey enfurecido. ¿cómo te atreves a decirme semejante cosa?, ¡fuera de aquí! Y llamó a su guardia para que lo echaran, pero que, previamente, le dieran 100 latigazos.

Más tarde, mandó llamar a otro sabio, y le relató el mismo sueño.

Este nuevo sabio, tras escuchar al rey con atención, le dijo: ¡Oh, excelso señor! Te ha sido reservada una gran felicidad, pues el sueño significa que sobrevivirás a todos tus parientes.

Escuchado esto, el rostro del rey se iluminó y ordenó premiar al sabio con 100 monedas de oro.

Uno de los consejeros, al salir el segundo sabio, le dijo a éste: ‘no entiendo nada lo que ha pasado. Tu interpretación del sueño es igual a la del otro sabio, sin embargo, a ti te han dado 100 monedas de oro y al otro, 100 latigazos. No lo comprendo

Recuerda, buen amigo, le respondió el sabio, que todo depende de la forma en la que digas las cosas; la verdad puede compararse a una piedra preciosa. Si la lanzamos contra el rostro de alguien, puede herir, pero si la envolvemos en un delicado embalaje y la ofrecemos con ternura, ciertamente será aceptada con agrado’

(https://search.app/L8HwrTKZCaoSSipNA)

Así, Marta Rovira (y toda ERC) en quince días pasó a actuar como el primer sabio y, al final, hacerlo como el segundo, pues, a pesar de la aparente contraposición entre uno y otro, en realidad, el único objetivo buscado, era la evitación de nuevas elecciones. Por eso, a mi modo de ver, los discursos al regreso del exilio, y los de quince días después, difieren en la forma y en el contenido manifiesto, pero, en realidad, ambos tenían oculto el verdadero objetivo, el único buscado, como he dicho.

Y siguiendo con esa fábula, vemos que la ciudadanía y los medios, en general, no se plantean ninguna duda, como sí que hace el consejero del cuento. Y las preguntas que se hacen, están en línea con la siguiente fábula, también sufí:

‘El más sabio

Cuentan que una vez, tres ilustrados monjes viajaban por Turquía con deseos de disputar con los hombres más sabios del país. Preguntaron entonces al sultán a quién podían dirigirse y éste les habló de un maestro sufí muy famoso en la zona.

Los monjes explicaron que estaban interesados en conocerlo porque cada uno tenía una pregunta existencial y mística que hacerle.

Entonces el sultán mandó llamar al maestro al palacio.

Así, el primer monje le preguntó: ¿dónde está el centro de la Tierra?

El maestro le respondió: en este momento, ese punto está exactamente bajo la pata derecha de mi asno. Si no me crees, mide la Tierra y lo comprobarás.

El segundo monje preguntó: ¿cuántas estrellas hay en el cielo?

El maestro le respondió: tantas como pelos tiene mi asno. Si no me crees, cuéntalos con total libertad, respondió el sufí.

¿Cómo puedo contar todos los pelos del animal?, protestó el monte.

Tan fácil como puedas contar las estrellas del cielo, le respondió el maestro.

El tercer monte preguntó: ¿cuántos cabellos crees que tengo en la barba?

Tantos como tiene mi asno en la cola. Si quieres comprobarlo, simplemente, arranquemos los pelos de tu barba y los de la cola de mi asno, uno por uno, y así sabremos el resultado.

Los tres monjes, finalmente, estuvieron de acuerdo en que habían sido derrotados, ya que la enseñanza del maestro era que ‘existe una sola posibilidad de encontrar respuestas dignas, y es formulando preguntas inteligentes. A palabras necias, oídos sordos’.

(www.contarcuentos.com)

Siguiendo con la filosofía sufí, podríamos considerar que el ruido, con falsas preguntas, lo único que muestra es un exceso de egos; pero, el contrario, el silencio, de acuerdo con el pensamiento sufí ‘no es la ausencia de sonido, sino la ausencia de egos’, y en esto discrepo, ya que el silencio también puede ser una muestra de egos siguiendo otra estrategia.

Por lo tanto, la única alternativa positiva sería efectuar las preguntas inteligentes, no callarlas.

Y, también, en esa línea filosofal, aunque, interesadamente, nos digan que todos los esfuerzos para alcanzar la independencia, o cualquier otro objetivo, no sirven para nada; debemos seguir haciéndolos, como si no supiéramos el primer mensaje, pues éste, lo que busca es nuestra inacción.

En definitiva, que no nos dejemos engañar, obviemos los mensajes y pseudo relatos de ERC, y seamos fieles al objetivo que deseamos, que no es otro que la independencia de Catalunya, y trabajemos para hacerla realidad, por más difícil que nos parezca, pues no hay nada (o casi nada) imposible, todo lo demás son pura palabrería y elucubraciones, como en el siguiente chiste:

‘Un filósofo, un biólogo, un físico y un matemático charlaban en la barra de un bar. A mitad de la conversación, 2 personas entraron en una camioneta aparcada frente al bar y al cabo de un rato salieron 3.

¿Pero cómo es posible?, dijo el filósofo, ‘si la camioneta estaba vacía, ¿cómo es posible que entren 2 y salgan 3?

‘Claramente, nuestras mediciones eran erróneas’, dijo el físico.

‘Han debido reproducirse dentro de la camioneta’, respondió el biólogo.

‘No veo dónde está el problema’, apuntó el matemático, ‘en cuanto entre una persona más, la camioneta volverá a estar vacía’

Así que debemos dejar de deslumbrarnos por las ‘paridas’ que cada día nos van lanzando los políticos de baja estofa, pues, cada uno va a la suya, como en el siguiente chiste:

¿Hay algún doctor?

Yo.

¿Cuál es su especialidad?

Doctor en matemáticas.

Doctor, mi amigo se muere.

Uno menos.

Pero no dejarnos deslumbrar, no quita para que respondamos críticamente, pues cada acción ha de tener nuestra reacción, ya que ‘el que calla, otorga’.