TOKIO (AP) — Los “juegos sin espectadores” siguen siendo una opción para los Juegos Olímpicos de Tokio, cuya inauguración oficial está prevista para dentro de cuatro semanas, indicó la presidenta del comité organizador el viernes.
La admisión de Seiko Hashimoto sucede apenas cuatro días después de haber anunciado que se permitirá un máximo de 10.000 aficionados locales en las sedes —con cifras que no exceden el 50% de la capacidad de los recintos, sin importar si son eventos al aire libre o en espacios cerrados.
Los organizadores aplazaron la decisión sobre los espectadores locales durante varios meses, a la vez que anunciaron que no se permitirá la presencia de aficionados provenientes del extranjero. La medida de contar con público en las tribunas va en contra de las advertencias de muchos expertos en salud que han dicho que la mejor opción sería realizar unos Juegos Olímpicos sin espectadores debido a la pandemia de COVID-19.
“Debemos mantener la opción sin espectadores mientras evaluamos la situación”, dijo Hashimoto en conferencia de prensa. “La situación cambia constantemente, por eso debemos ser flexibles y rápidos al responder a los cambios. Los juegos sin espectadores es una de nuestras opciones”.
Los organizadores aparentemente cedieron un poco sobre los espectadores cuando un panel dedicado al COVID-19 del gobierno metropolitano de Tokio informó el jueves que había “una señal de rebote de los contagios” en la capital.
El panel indicó que los contagios aumentaron 11% en la última semana —según el promedio de siete días— y que se detectaron más casos de la variante delta contagiosa. Los organizadores anunciaron que revisarán la decisión sobre los espectadores después del 11 de julio, cuando finaliza el “cuasi-estado de emergencia”.
La ministra de Juegos Olímpicos, Tamayo Marukawa, ofreció otra llamada de atención el viernes al confirmar que un miembro del equipo de Uganda que dio positivo para el coronavirus al ingresar a Japón padecía la variante delta.
Más tarde, un segundo ugandés también dio positivo en la variante delta, dijo Hirofumi Yoshimura, el gobernador de Osaka.
Pese a que se realizan pruebas de manera exhaustiva antes de viajar y al arribar a Japón, se espera que se registren casos similares durante la llegada a Tokio de los cerca de 11.000 deportistas olímpicos y 4.400 paralímpicos, junto con decenas de miles de personas entre cuerpo técnico, entrenadores, jueces y funcionarios del COI y de las federaciones nacionales.
El primer integrante de la delegación de Uganda, un entrenador de acuerdo con los reportes, dio positivo el sábado pasado en el aeropuerto de Narita, cerca de Tokio, y puesto en cuarentena. Pero las autoridades japonesas permitieron que el resto del equipo de nueve personas viajara más de 500 kilómetros (300 millas) en un autobús alquilado rumbo a su campamento de entrenamientos en Izumisano, en la prefectura de Osaka, en el oeste del país.
“Todos ellos traían certificados que mostraban sus resultados negativos de pruebas”, afirmó el alcalde de Izumisano, Hiroyasu Chiyomatsu. “Nunca imaginamos que podrían estar contagiados”.
Todos los integrantes del equipo se encuentran ahora en cuarentena en un hotel de la localidad.
“El comité organizador de los Juegos Olímpicos está muy interesado en saber más sobre este ejemplo (de Uganda)”, aseveró Hashimoto. “Prestaremos mucha atención a fin de obtener la mayor información posible de esta experiencia”.
El jefe de la Agencia de la Casa Imperial dijo el jueves que el emperador Naruhito está “extremadamente preocupado” por los riesgos a la salud provocados por los juegos. Fue una decisión inusual para una figura ceremonial que se mantiene apartado de la política.
No tenía obligación de hablar sobre los Juegos Olímpicos y el hecho de que lo hiciera es más significativo aún que sus palabras.
Se le preguntó a Hashimoto al menos tres veces sobre las declaraciones del emperador, pero dio respuestas vagas sin mencionar su nombre.
“Debemos eliminar la ansiedad y las preocupaciones de todo el pueblo japonés”, dijo. “Debemos garantizar un desarrollo seguro de los juegos. Debemos esforzarnos en eso”.
El Comité Olímpico Internacional sigue adelante con los Juegos en parte porque casi el 75% de sus ingresos proviene de los derechos de transmisión, los cuales, según las estimaciones, serían en esta ocasión de entre 3.000 y 4.000 millones de dólares.
El costo oficial de los juegos es de 15.400 millones de dólares, aunque varias auditorías del gobierno señalan que la cifra es mucho más alta. Todo menos 6.700 millones proviene de dinero público. El COI aporta unos 1.500 millones.
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Los periodistas de The Associated Press Kantaro Komiya y Mari Yamaguchi contribuyeron a este despacho.