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Julián Assange: La justicia tardía no es justicia

Amadeo Palliser Cifuentes
amadeopalliser@gmail.com

Esta mañana (25/6) se ha publicado que Julián Assange, ha quedado en libertad, pero es sabido que, como dijo Séneca: ‘nada se parece tanto a la injusticia, como la justicia tardía’; y sobre esta tardanza, va este escrito.

Efectivamente, es una excelente noticia que al final, Julián Paul Assange (n. 1971), fundador de WikiLeaks en 2006, esté en libertad.

Es sabido que, en 2010, al publicar los documentos filtrados por Chelsea Manning, con información de acciones en las guerras de Irak y Afganistán, empezó su calvario:

  • viacrucis que se inició, paradójicamente, en Suecia, con unas acusaciones de agresiones sexuales y violación, que en mayo del 2017 la fiscalía sueca archivó y revocó la euroorden de detención;
  • en agosto del 2012, Ecuador le concedió asilo político en su embajada en Londres; asilo que le fue retirado en abril del 2019, es decir, tras 7 años;
  • la policía metropolitana británica detuvo a Assange dentro de la embajada ecuatoriana, y conducido a una prisión de alta seguridad de Belmarsh, hasta ayer, 24 de junio del 2024, tras 5 años (1901 días, como indica Aitor Martínez, uno de sus abogados, en su cuenta de X, recluido en una celda de 2×3 metros, aislado 23 horas al día).

Para acceder a la libertad, Julián Assange ha debido declararse culpable de violar la ley de espionaje de los EUA, y aceptar la condena de 62 meses de prisión, que se dan por cumplidos con el tiempo que ha permanecido en la cárcel de alta seguridad inglesa.

Según la agencia de noticias AP, Assange, a las 17.00 h de ayer, lunes 24, embarcó en un avión con destino a Bangkok (Tailandia), para dirigirse posteriormente a las Islas Marianas, un territorio estadounidense en el océano Pacífico, donde deberá comparecer el miércoles a las 09.00 hora local (23.00 GMT del martes) para finalizar su acuerdo con el departamento de justicia, declarándose culpable. Y, finalmente, poder desplazarse a Australia, su país natal. Solo cabe esperar que no se tuerzan esas previsiones, y se compliquen en su comparecencia en las Islas Marianas, pues todo cabe, en esta película de terror.

Es preciso destacar, asimismo, que, desde el inicio de su persecución, en los EUA han estado como presidentes Barack Hussein Obama, Donald Trump y Joe Biden, con ideologías diferentes, pero con el mismo denominador común de considerar ‘America First’ (América primero) y, claro, con la misma insensibilidad respecto a la justicia.

Es sabido que ‘la justicia tardía no es justicia’, que ‘la justicia retrasada es justicia denegada’; y ese retraso no solo es debido a la falta de recursos, ni a la burocracia, si no, especialmente, a la interferencia política, por lo que la imparcialidad, la justicia y la coherencia quedan en entredicho, sino olvidadas totalmente.

Y siguiendo con el caso de Assange, es evidente que la injusticia / venganza, le ha destrozado su vida, en todos sus niveles: físico, intelectual, emocional, social, familiar, y relacional; y de todo ello, difícilmente podrá recuperarse, ya que las secuelas y efectos secundarios son y serán muy profundas. Y, claro, tras un aislamiento tan largo, difícilmente podrá volver a coger la ‘onda’ de la situación actual, ya que, en estos largos años, la sociedad ha cambiado sustancialmente.  

Y claro, en el estado español, la INjusticia tiene esos mismos defectos, añadidos a los debidos a su herencia, a su ‘cultura’ neofranquista; por eso, me parece interesante reproducir los siguientes fragmentos, referidos, exclusivamente, al retraso de la justicia, que es el objeto de este escrito.

En octubre del 2022, Miquel Roca i Junyent, escribió un artículo, precisamente con el título ‘Justicia lenta no es justicia’, en el que explicó que:

‘(…) según los últimos datos publicados por el Poder Judicial, la media de duración de los procedimientos, a título de ejemplo, en asuntos civiles ante el Tribunal Supremo, llega a alcanzar casi los 25 meses. En otras palabras, se tarda más de dos años en obtener un pronunciamiento del Alto Tribunal, sin perjuicio de que antes de llegar a este órgano, el asunto ya lleva un largo recorrido por el Juzgado y/o Audiencia Provincial.

(…)

No se debe permitir que la tan repetida frase de ‘una justicia lenta no es justicia’, nos aleje de la profundidad de su significado. Hay que tener presente que el derecho a la tutela judicial efectiva tiene la categoría de derecho fundamental, estando reconocido tanto a nivel estatal, en el artículo 24 de la Constitución, como a nivel europeo, en el artículo 47 de la Carta de los Derechos Fundamentales de la Unión. A saber, el contenido de la tutela judicial efectiva implica tener derecho a: (i) un órgano jurisdiccional imparcial; (ii) una resolución lo suficientemente motivada; (iii) un proceso público y con todas las garantías; y también, no se nos olvide: (iv) un proceso sin dilaciones indebidas.

Esta última vertiente, la de un proceso sin dilaciones indebidas, es como mínimo tan relevante como las demás. Por consiguiente, es preocupante que España cuente con una plantilla de 11,24 jueces por cada 100.000 habitantes, cifra muy inferior a los 17,60 magistrados que rige de media en Europa, todo ello según un informe del Consejo de Europa del año 2020. Además, en concordancia con dicho informe, España -junto a Eslovenia- es uno de los estados que menos PIB per cápita invierte en el sistema judicial.

(…)

En síntesis, como afirma el propio Tribunal Constitucional en su resolución de 10 de octubre, la lentitud judicial no tiene cabida en la carta magna, por lo que se debe otorgar amparo a los ciudadanos que sufran los perjuicios de esta lacra. Además, al buen entendedor, esto implica que el legislador y el ejecutivo están obligados a dedicar todos los medios económicos, materiales y personales necesarios, para subsanar la sobrecarga de trabajo que padecen los Juzgados, así como dotarles de la tecnología precisa con la finalidad de proporcionar, por fin, una justicia justa.

Se puede afirmar que la lentitud de la administración de justicia viene de lejos, pues como dicen algunos, la figura del buzón de la Casa de l’Ardiaca de Barcelona, antigua sede del Ilustre Colegio de Abogados, ya se cuestionaba, mediante la representación de unas golondrinas y una tortuga: ¿debe ser la justicia elevada como el vuelo de un pájaro, o lenta como el andar de una tortuga?

(https://search.app/4pfKCE7WtJuBYCERC)

Los independentistas catalanes sabemos, por experiencia, que los milagros existen, ya que ante la lentitud de la justicia, vimos que, cuando se trataba de parar, anular o invalidar cualquier tema sustancial efectuado por el gobierno y parlamento catalán, se reunían incluso en festivos.

Y, como contrapartida, vemos que, cuando tienen que aplicar la ley de la amnistía, parece que la grasa de la maquinaria judicial se ha vuelto a secar, y todo son dilaciones y demoras.

Ese es el baremo de su justicia: ser rápida para castigar y lenta para reponer / rectificar; y eso no es justicia, está claro, esto es sectarismo, pues ‘para que una reparación se haga efectiva, debe realizarse en tiempo oportuno y de manera adecuada; de otro modo es lo mismo que no tener recurso alguno, que no haya reparación posible’.

Pero todos sabemos que la injusticia española actúa con acrimonia, con vehemencia, acritud y mordacidad, contra todo lo que les huele a catalán.

Y en esas estamos, en un estado que bien puede definirse como una dictadura judicial, que tiene unos órganos jurisdiccionales desfasados, con escasos recursos, burocratizados, con un espíritu funcionarial excesivo, etc., en realidad es un monstruo con los pies de barro, en referencia al sueño de Nabucodonosor, detallado en el capítulo 2:

‘En el segundo año de su reinado, Nabucodonosor tuvo varios sueños que lo perturbaban y no lo dejaban dormir. Mandó entonces que se reunieran los magos, hechiceros, adivinos y astrólogos de su reino para que le dijeran lo que había soñado. Una vez reunidos, y ya en presencia del rey, éste les dijo:

Tuve un sueño que me perturba y quiero saber lo que significa.

Los astrólogos respondieron en arameo: ¡Que viva el rey siempre! Cuente el sueño a sus siervos y nosotros daremos su interpretación.

Pero el rey respondió a los astrólogos: Mi decisión ya está tomada: si no me dicen lo que soñé ni me dan su interpretación, ordenaré que les corten en pedazos y que sus casas serán reducidas a cenizas. Pero si me dicen lo que soñé y me explican su significado, yo les daré regalos, recompensas y grandes honores. Por tanto, dígame el sueño y su interpretación.

Una vez más, ellos contestaron: cuente, oh rey, su sueño a sus siervos y nosotros lo interpretaremos.

Pero el rey contestó: estoy seguro de que ustedes están tratando de ganar tiempo, porque se dan cuenta de que estoy firmemente decidido. Si no me dicen lo que soñé, ya saben lo que les espera. Ustedes se han puesto de acuerdo para salirme con cuestiones engañosas y malintencionadas, esperando que la situación cambie. Díganme lo que soñé y así sabré que son capaces de darme su interpretación.

Entonces, los astrólogos respondieron: no hay nadie en la tierra capaz de hacer lo que el rey pide. Jamás a ningún rey se le ha ocurrido pedirle tal cosa a ningún mago, hechicero o astrólogo. Lo que el rey pregunta es muy difícil. Nadie puede revelarlo a no ser los dioses, pero ellos no viven entre nosotros.

Tanto enfureció al rey la respuesta de los astrólogos que mandó ejecutar a todos los sabios de Babilonia. Se publicó entonces un edicto que decretaba la muerte de todos los sabios, de modo que se ordenó la búsqueda de Daniel y de sus compañeros para que fueran ejecutados.

Cuando el comandante de la guardia real, que se llamaba Arioc, salió para ejecutar a los sabios babilonios, Daniel les habló con mucho tacto y sensatez. Le dijo: ¿por qué ha emitido el rey un edicto tan violento?, y una vez que Arioc explicó cuál era el problema, Daniel fue a ver al rey y pidió tiempo para poder interpretarle el sueño.

Después volvió a su casa y contó a sus amigos Ananías, Misael y Azarías lo que sucedía. Y les pidió que imploraran misericordia al Dios del cielo sobre este misterio, para que él y sus amigos no fueran ejecutados con el resto de los sabios de Babilonia. Durante la noche, el misterio fue revelado a Daniel en visión, y alabó al Dios del cielo (…)

Entonces Daniel fue a ver a Arioc, a quien el rey había dado la orden de ejecutar a los sabios de Babilonia y dijo: No mates a los sabios babilonios. Llévame ante el rey y le interpretaré el sueño que tuvo.

Inmediatamente Arioc condujo a Daniel a la presencia del rey y dijo: he hallado un hombre, entre los exiliados de Judá, que puede decir al rey lo que significa su sueño.

El rey preguntó a Daniel, a quien los babilonios habían puesto por nombre Beltasar: ¿puedes decirme lo que vi en mi sueño y darme su interpretación?

A esto Daniel respondió: No hay ningún sabio ni hechicero, ni mago o adivino, que pueda explicar al rey el misterio sobre el cual preguntó. Pero hay un Dios en el cielo que revela los misterios. Él mostró al rey Nabucodonosor lo que sucederá en los días venideros. Estos son el sueño y las visiones que pasaron por su mente mientras dormía en su cama: Cuando estaba en su cama, los pensamientos de Su Majestad se dirigieron a las cosas por venir y el que revela los misterios le mostró lo que está por suceder. Por lo que a mí me toca, este misterio me ha sido revelado, no porque yo sea más sabio que el resto de la humanidad, sino para que Su Majestad llegue a conocer su interpretación y entienda lo que pasaba por su mente.

En su sueño, Su Majestad veía una estatua enorme, de tamaño impresionante y de aspecfto asombroso. La cabeza de la estatua era de oro puro, el pecho y los brazos eran de plata, el vientre y los muslos eran de bronce, y las piernas eran de hierro, lo mismo que la mitad de los pies, en tanto que la otra mitad era de barro cocido. De pronto, mientras usted contemplaba la estatua, una roca fue cortada, pero no por manos humanas. Esta golpeó e hizo pedazos los pies de hierro y barro de la estatua. Con ellos se hicieron añicos el hierro y el barro, junto con el bronce, la plata y el oro, que se volvieron como paja en la era del verano. El viento los barrió sin dejar rastro. Pero la roca que golpeó la estatua se convirtió en una montaña enorme que llenó toda la tierra.

Este fue el sueño y ahora lo interpretaremos al rey: Su Majestad es rey entre los reyes; el Dios del cielo le ha dado el reino, el poder, la majestad y la gloria. Además, ha puesto en sus manos a la humanidad entera, a las bestias del campo y a las aves del cielo. No importa dónde vivan, Dios lo hizo el gobernante de todos ellos. Usted es la cabeza de oro.

Después surgirá otro reino inferior al suyo. Luego vendrá un tercer reino, que será de bronce y dominará sobre toda la tierra. Finalmente, vendrá un cuarto reino, sólido como el hierro. Y así como el hierro todo lo rompe, destroza y pulveriza, este cuarto reino hará polvo a los otros reinos. Usted veía que los pies y los dedos de la estatua eran mitad de hierro y mitad de barro cocido, pues será un reino dividido. Sin embargo, tendrá aún la fuerza del hierro, aunque haya visto hierro mezclado con barro. Y como los dedos de los pies eran mitad hierro y mitad barro, este reino será parcialmente fuerte, y parcialmente débil. Y como el hierro mezclado con barro, así el pueblo será una mezcla y no permanecerá unido, como tampoco se unen el hierro y el barro.

En los días de estos reyes, el Dios del cielo establecerá un reino que jamás será destruido ni entregado a otro pueblo, sino que permanecerá para siempre y hará pedazos todos estos reinos. Este es el significado de la roca que fue cortada de la montaña no por manos humanas, que hizo añicos al hierro, al bronce, al barro, a la plata y al oro.

El gran Dios ha mostrado a Su Majestad lo que tendrá lugar en el futuro. El sueño es verdadero y esta interpretación, digna de confianza.

Al oír esto, el rey Nabucodonosor se postró ante Daniel y lo honró (…)’

Mitologías aparte, metafóricamente podemos aplicar esa narración al estado español, un estado todo él de barro cocido en el tardofranquismo, y, por lo tanto, vulnerable, como vimos en octubre del 2017, cuando la roca independentista se movió.

Y así, si la justicia española tiene los pies de barro, y siendo este poder, el judicial, la principal cabeza de la mitológica Hydra de Lerna, el despiadado monstruo acuático, símbolo del reino español, sólo podemos confiar que, más pronto que tarde, el movimiento independentista catalán se una y forme una gran roca que apoye a Carles Puigdemont, el único que podrá ser nuestro Heracles (Hércules), que venció al temible monstruo.