La alegría en casa del pobre

Amadeo Palliser Cifuentes
amadeopalliser@gmail.com

Según el refranero popular, ¡poco dura la alegría en casa del pobre!, y en estas estamos los independentistas catalanes, que casi tocamos el cielo el 1 de octubre del 2017 con el referéndum de independencia, y que, ahora, estamos divididos, desmoralizados, desmotivados y desmovilizados; pero no vencidos ni derrotados.

En las elecciones municipales de ayer tuvimos constancia de que la alegría había cambiado de barrio; y, en gran parte, si no toda, por culpa nuestra, de nuestros partidos políticos, convertidos en empresas, en máquinas electorales, con vida propia y ajena al sentimiento de la ciudadanía.

Por eso, me parece interesante analizar algunos datos, contemplándonos de forma evolutiva, no únicamente atendiendo a la fotografía de ayer:

A tal fin, contemplo las elecciones de ayer, municipales 2023, con las del 2019; pero, también con las autonómicas del 14 de febrero del 2021 y las del 21 de diciembre del 2017.

Es preciso señalar que cada elección tiene sus peculiaridades, que las hace incomparables entre sí, pues, por ejemplo, las municipales del 2019 coincidieron con las elecciones europeas, en las que participaron los tótems Puigdemont y Junqueras, con su respectivo efecto motivador.

De todos modos, es útil hacer las comparaciones:

La participación:

M. 2023: 55,54 %; M. 2019: 64,81 %;

A. 2021: 51,29 %; A. 2017: 79,09 %.

Obviamente, en las elecciones del 2017, apenas dos meses después del referéndum, estábamos todos muy motivados, por eso la participación fue muy elevada (un 46,2 % de los votos para los partidos independentistas, ERC + Junts + Cup); en las autonómicas del 2021, ya en estado depresivo con el estado (esos tres partidos aún obtuvieron un 47,35 % de los votos), pero se perdieron por el camino 663.296 votos; y en estas elecciones, la decepción es, también, con los partidos, por lo que se han ‘perdido’ otros 158.694 votos; es decir, 821.990 electores no han votado a esos tres partidos.

La abstención:

M. 2023: 44,45 %; M. 2019: 35,19 %;

A. 2021: 48,71 %; A. 2017: 20,91 %.

Este dato, es el anverso del anterior; y es relevante resaltar que entre la abstención del 2017 y este 2023, se han incrementado en 1.276.060 los ciudadanos que han decidido abstenerse; pero no una abstención de pasotismo (como muchos tertulianos señalan, de forma errónea e interesada), si no que es una muestra democrática de queja, de disconformidad con los partidos en su conjunto.

En estas elecciones, de forma relevante, hemos visto que, en las tertulias, artículos, etc., tomaba relevancia el tipo de voto de castigo participativo: voto en blanco y voto nulo.

Voto en blanco:

M. 2023: 0,94 %; M. 2019: 0,67 %;

A. 2021: 0,83 %; A. 2017: 0,44 %.

En el 2017 fueron 19.431 los votos en blanco, y ayer, 51.413, es decir, 31.982 votos en blanco más, que representan un 1,05% sobre los votos de ayer; en definitiva, unos votos que podrían ser determinantes, vistas las mínimas relativas en ciertos municipios (por ejemplo, en la ciudad de Barcelona, la diferencia entre Junts (el más votado) y el PSC (el segundo en votos), fue de 17.500 votos. Pero, a nivel global de Catalunya, es un dato irrelevante.

Voto nulo:

M. 2023: 0,82 %; M. 2019: 0,38 %;

A. 2021: 1,44 %; A. 2017: 0,37 %.

Es decir, en el 2017 fueron 16.092 los votos nulos, y ayer, 44.882, es decir, 28.790 votos nulos más, que representan un 0,94 % sobre los votos de ayer; por lo que son válidos los comentarios anteriores.

Así, los votos en blanco y los votos nulos de más en 2023 respecto al 2017, han sido 60.770, un 1,99% sobre los votos de ayer. Dato significativo, máxime sumado a la abstención; pero, menor, si lo comparamos con los ciudadanos que decidieron no participar….

Vistos los datos en su conjunto, creo que podemos sacar algunas conclusiones rápidas:

La crónica de una muerte anunciada: Recordando la novela de Gabriel García Márquez (1927 – 2014), publicada en 1981, la debacle de ayer era esperable, dado el irregular comportamiento de los partidos políticos independentistas que, doblegados por las presiones del estado, han ‘olvidado’ el interés independentista.

Si tu no vas, ellos vuelven: Ese eslogan, adoptado por el PSC/PSOE en la campaña electoral del 2008, hacía referencia a la película ‘Reservoir Dogs’, de Quentin Tarantino;y  se confirmó ayer, pues la derecha y los unionistas en general, más disciplinados, fueron a votar, consiguiendo unos resultados no por mérito suyo, si no por demérito nuestro.

Creo que los resultados de ayer, con la alta abstención, más los votos en blanco y nulos, demuestra el error estratégico de muchos independentistas, esas acciones tendrían un sentido en las próximas elecciones generales, pues los diputados independentistas catalanes no pintan nada en el congreso de Madrid; y si no asistieran, sí que sería un buen golpe de efecto.

Pero aquí, dejar que los ayuntamientos, diputaciones, etc., sean gestionados por partidos unionistas, está claro que ha sido un error; como lo sería si, en su momento, dejásemos que ocupasen la presidencia de la Generalitat.

Efecto anti Colau: En la ciudad de Barcelona, los tres partidos más votados fueron: JUnts con 149.235 votos; PSC con 131.735 y BComú con 131.594.

La victoria de Xavier Trías (Junts) se explica, en gran parte, por su oposición total a Ada Colau, la actual alcaldesa; no por el programa Trías, ni por su independentismo también oculto, como las siglas de su partido, Junts. De todos modos, está claro que muchos queríamos que se cumpliera la justicia poética y se reparara el robo que le hicieron hace ocho años, inventándose unas cuentas falsas en Suiza, y que Colau aprovechó indecentemente.

Y esa victoria ha servido para que Junts, en conjunto, salvara los muebles, pero hemos de ser conscientes que, respecto a las elecciones del 2017, ese partido ha perdido 394.119 votos; dato muy relevante, que deberían considerar los líderes respectivos, y hacerlo de forma crítica, sin esconderse tras la ‘victoria’ de ayer en Barcelona.

‘Apoyo’ de Pedro Sánchez y Yolanda Díaz: Estos últimos meses nos hemos cansado de verlos pasear por Barcelona, y más durante la campaña electoral, para apoyar a sus respectivas formaciones y líderes locales: Jaume Collboni (PSC/PSOE) y Ada Colau (Comunes/Podemos).

A posteriori, con los datos efectivos, vemos que esos apoyos han resultado infructuosos, o, todavía más, quizás, sin esos apoyos, los malos resultados de sus respectivos pupilos, aún hubieran sido peores.

Xavier Trías: Una vez ganadas las elecciones, ahora veremos los pactos postelectorales, entre los partidos.

Trías, en campaña dijo que su única línea roja era Colau. Pero, para muchos de nosotros, pactar con el PSC/PSOE, que son unionistas, los que nos aplicaron el 155, tampoco tendrá perdón. Así que, sería preferible no caer en la tentación, por un plato de lentejas, aunque el coste sea que el mediocre Collboni (PSC/PSE) sea alcalde (eso no contradice el aspecto comentado en el punto de que si tu no vas …, en este caso es un tema de coherencia ética)

Ada Colau (Comunes/Podemos): la prepotencia de esta antigua activista, que rápidamente se apoltronó y olvidó sus ‘principios’, para mantenerse en la cresta de la ola; un ejemplo claro lo vimos cuando se ‘olvidó’ de Podemos de Pablo Iglesias, apuntándose al que parecía más fulgurante, a Sumar, de Yolanda Díaz.

Todos sabemos que toda división debilita, como decían los clásicos: ‘divide et impera’, y, muchos siglos atrás, en el s. VI a. C., ya se contemplaba en ‘El arte de la guerra’ de Sunzi. Pero, claro, la visión cortoplacista y el egocentrismo, siempre acaba tirando más fuerte que la cooperación y colaboración. Así es la naturaleza humana.

Oriol Junqueras: Como he dicho, todos los partidos independentistas, y, en especial, todos sus líderes, deberían hacer un análisis crítico, para reconocer sus errores desde el 2017.

Todos los partidos han ido olvidando sus convicciones del 2017, pero, de forma especial, ERC, pues, desde el 2017 han perdido 416.028 votos, un 44,5 % de sus votantes del 2017.

Ese es un verdadero voto de castigo, a mi modo de ver, justificado.

Si fuese un partido estructurado y con funcionamiento democrático, los actuales líderes, empezando por su presidente Oriol Junqueras, deberían dimitir, marcharse a casa a dormir el sueño de los justos.

Pero no será el caso, pues están endiosados; y Junqueras, ayer, dijo que ‘no habían sabido explicar bien su mensaje’. Así, en parte también es culpa del electorado. Cuando, el error claro es haber abandonado el independentismo, mantener una presidencia de la Generalitat meramente autonomista; fundamentar su estrategia en una mesa de diálogo utópica, etc.

Y, claro, en cualquier empresa privada, cuando el CEO falla en todas sus líneas estrategia, es cesado; y ERC, que también es una empresa, deberían actuar en consecuencia. Pero, al tratarse de una empresa con comportamientos sectarios, dirigida por un mesías. No pasará nada, y así nos irá, pues todos pagamos sus errores.

Pedro Sánchez: Vista la derrota a nivel del estado español, tanto en las elecciones municipales, como en 12 comunidades autonómicas, que, en conjunto han virado hacia la derecha, esta mañana, a las 11.00 h, ha hecho una comparecencia, para notificar que adelantaba las elecciones generales seis, meses, y serán el próximo 23 de julio.

Esa estrategia personalista, está basada, como mínimo, en dos aspectos básicos: El primero, cortar el relato catastrofista en todos los medios de comunicación, y que irían en aumento. Y el segundo, en evitar las críticas internas, de los varones del PSOE, críticos con el liderazgo de Pedro Sánchez. Así, con apenas un mes y medio por medio, todo el partido deberá volcarse en las elecciones, evitándose divisiones y fricciones.  

Efectivamente, una medida así, para intentar mantenerse en el poder, con toda seguridad será criticada por los medios internacionales y los representantes de la UE, pues a primeros de julio, Pedro Sánchez asumirá la presidencia semestral rotatoria de la UE, y, claro, con esas elecciones el 23 de julio, su dedicación a la citada UE se verá comprometida. Y, si no gana las elecciones, deberá dejar la presidencia rotatoria, poniendo a la UE en una situación nunca vivida. En definitiva, es una demostración de falta de responsabilidad máxima, por parte de Sánchez.

Otro aspecto digno de mención, es que el TGUE, el tribunal general de la UE, anunció hace unos días, que el 5 de julio publicará su veredicto sobre la inmunidad de Carles Puigdemont, Toni Comín y Clara Ponsatí.

Posiblemente, como pasa con las sentencias, tendrá sus claroscuros, y también sabemos la escasa capacidad lectora de los miembros del gobierno de Pedro Sánchez, como han demostrado tergiversando otras sentencias.

Pero, en todo caso, será un elemento que, esperamos, que vaya contra la línea de flotación del estado, y, claro, Sánchez no podrá ponerse ninguna medalla, al revés, él que había prometido en campaña, como si fuera un sheriff, traer a Puigdemont.

En definitiva, que tenemos por delante un panorama convulso, y los partidos independentistas no tendrán tiempo para metabolizar la actual derrota y renovarse. Por eso, en esas elecciones sí que estaría bien abstenerse o votar con papeletas nulas. Esa sí que sería una forma de mostrar nuestro descontento, sin las repercusiones que tuvimos ayer, que favorecieron la notable mejora de los unionistas.

Vicent Partal, en su editorial de la Vilaweb, resalta la libertad de las personas, recordando la publicación de Simone Weil, ‘Nota sobre la supresión general de los partidos’ (1950); Y Partal considera que la abstención y votos de protesta, son el reflejo de esa libertad, de haber superado la dependencia de los partidos, y de sus consignas. Y lo valora como un signo de madurez política de la ciudadanía, que, los partidos políticos deberían tener en consideración.

Estoy totalmente de acuerdo con esa necesidad de liberarnos de esos partidos clásicos, trascenderlos, e intentar marcar el camino, como hicimos, masivamente hasta el 2017; y que, en todo caso, los partidos vayan a remolque, nunca tirando del carro, como quieren hacer, para llevarnos donde ellos quieren.

Está claro que toda experiencia es positiva si la valoramos adecuadamente, y aprendemos; en caso contrario, no nos servirán de nada las experiencias vividas en esta última década.

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