Las campañas electorales son unos paréntesis en el tiempo, en los que la gestión queda ralentizada, y todos los candidatos se dedican a descalificar a sus oponentes y prometer el oro y el moro; una monotonía que, en España lleva al aburrimiento, pues llevamos años repitiendo y adelantando elecciones, casi enlazando unas con otras. Por me recuerda la cinta, la banda, de Moebius, como explico a continuación.
Los matemáticos y astrónomos alemanes August Ferdinand Möbius (1790 – 1868) y Johan Benedict Listing (1808 – 1882), descubrieron simultánea e independientemente, una banda, una cinta, que es una superficie de dos dimensiones no orientable con solo un lado, en un espacio euclidiano tridimensional.
Möbiues, descendiente de Martín Lutero (Martin Luther (Luder), 1483 – 1546), también describió la transformación de Möbius, importante en geometría proyectiva; la función aritmética en la teoría de los números; y la fórmula de la inversión. Todas estas teorías llevan su nombre.
Centrándonos en la cinta de Möbius, es preciso señalar que simboliza la naturaleza cíclica de muchos procesos, la eternidad, el infinito. El Ouróboros del Egipto a alejandrino, representado por el pez que se muerde la cola, representa el círculo del eterno retorno, pues no deja de ser una banda de Möbius.
El encanto de la cinta de Möbius está en su aparente sencillez, una cinta (con anverso y reverso, claro) girada y unida por sus extremos, y así, permite que desaparezcan el anverso y el reverso, pues todo es una misma cara.
Y esa característica me parece que podemos asimilarla a casi la totalidad de los partidos políticos enfrentados en la actual campaña catalana, pues, salvo Junts, la candidatura del president Carles Puigdemont, y la CUP, todos los otros, incluyendo ERC, defienden un más de lo mismo, pero, claro, liderado por ellos: Salvador ISLA (Illa) del PSC/PSOE y Pere Aragonès (ERC). Sumar, PP, etc., sólo aspiran a ser necesarios en los pactos posteriores, a ser las bisagras decisivas.
Y, como pasa en todas las elecciones autonómicas, pero especialmente en las catalanas, y de forma exagerada en esta ocasión, vemos que los líderes estatales de los partidos: Pedro Sánchez (PSOE), Alberto Núñez Feijóo (PP), Yolanda Díaz (Sumar), Santiago Abascal (Vox), etc., han tenido y tendrán hoy, último día de la campaña, una presencia exagerada, para recordarnos e imponernos la tutoría de la metrópoli a sus colonos, no sea que ‘votemos mal’ para sus intereses. Y eso potencia la metáfora de Möbius, mencionada.
Y siguiendo con esa metáfora, está demostrado que no hay salida, todo se repite, todo está unificado. Por eso, la única alternativa para escapar de ese eterno retorno, es romper la cinta, romper el cordón umbilical con el estado español.
El domingo tendremos la opción, libre e independiente, para mostrar si realmente queremos ser independientes, o si nos conformamos con el más de lo mismo, con el ‘shänzhài’ que en mandarín significa ‘pueblo de montaña o fortaleza en la montaña’, y expresa un fenómeno económico-social contemporáneo chino que consiste en la falsificación de productos electrónicos basado en la copia de la innovación generada en otros estados.
Ese nombre de ‘shänzhài’ hace referencia a los fuertes de montaña ocupados por bandidos en la historia de China, y como tal, denota la ilegalidad e irregularidad de este tipo de empresas.
Los independentistas catalanes sabemos, desde 1714, que el ‘shänzhài’ madrileño / castellano, no sólo copia las acciones exitosas catalanas, si no, que se las apropia, nos las quita, para mejor gloria suya y más desventajas para los innovadores catalanes. Tenemos muchas muestras: nos quitaron todas las cajas de ahorro, CaixaBank y el Banco de Sabadell trasladaron sus sedes fuera de Catalunya, siguiendo las órdenes del infausto Felipe VI, ahora la opa hostil contra el citado Banco de Sabadell, las carreras de fórmula 1, las fábricas de baterías para los coches eléctricos, etc., todo fuera de Catalunya.
Vicent Partal, en su editorial de Vilaweb de hoy, nos recuerda las continuadas acciones españolistas de Josep Oliu (presidente del Banco de Sabadell). Y Josep Antich, en su editorial de Elnacional.cat de hoy, nos recuerda, asimismo, la inoportuna ‘oportunidad’ de efectuar esa opa a 72 horas de la campaña electoral, para garantizar ‘el eterno deseo de poder español de dejar desprotegida Catalunya de cualquier instrumento de autoridad’. Y Antich recuerda, también, que esa política centrípeta, nunca la aplican con el País Vasco, pues, ‘en Madrid nadie se atreve a hacer un paso dentro de ese país, donde las aguas siempre están más calmadas’, no se atreven a tocar la macrocaja Kutxabank, controlada por el PNV. Así, ‘el gobierno español, en esta y otras ocasiones, se esfuerza en demostrar que la Generalitat catalana no es de confianza’.
Ahora, al final de la campaña electoral, Salvador ISLA (Illa) ‘el hombre de negro’ de Pedro Sánchez, dice que no está de acuerdo con esa opa hostil y que trabajará para impedirla. Pero el ‘monosabio’ Félix Bolaños, el superministro de justicia y de todo lo importante, hace unos días opinó ‘que para el gobierno español es deseable contar con entidades financieras sólidas, que sean punteras, líderes en Europa y el mundo’.
Vaya ridiculez este tipo de mentalidad etnocéntrica, acrítica y narcisista, siempre pensando que su España da lecciones al mundo mundial, siguen con su mentalidad imperialista y conquistadora de América y demás tierras, que, según la mentalidad castellana, deben agradecerles que les llevásen la ‘cultura, la civilización, la lengua, la religión, etc.’.
Cuando sabemos que la castellanizada España es el prototipo del ‘shänzhài’, como ya defendió Miguel de Unamuno Jugo (1864 – 1936), con su ‘que inventen ellos, y nosotros nos aprovecharemos de sus invenciones (…) pues la luz eléctrica alumbra tanto aquí como allí donde se inventó (…) o acaso mejor’.
En definitiva, que el domingo, si nos movilizamos todos los independentistas, y votamos de forma masiva por Carles Puigdemont, podremos romper la cinta de Möbius, y salir del ‘shänzhài’ que nos garantizan las otras opciones. Cada voto será importante y determinante, pues, en caso contrario, será el entierro de las ilusiones expresadas durante los últimos años, especialmente, el 1 de octubre del 2017.
Solo así saldremos de la actual dinámica expresada en el siguiente cuento:
‘Los malos vecinos
Había una vez un hombre que salió un día de su casa para ir al trabajo, y justo al pasar por delante de la puerta de su vecino, sin darse cuenta, se le cayó un papel importante.
Su vecino, que miraba por la ventana en ese momento, vio caer el papel, y pensó: qué descarado, el tío, disimulando descaradamente, va y tira un papel para ensuciar mi puerta.
Pero, en vez de decirle nada, planteó su venganza, y por la noche vació su papelera junto a la puerta del vecino en cuestión. Éste, recogió los papees y encontró aquél tan importante que había perdido y que le había supuesto un problema aquel día. Estaba roto en mil pedazos, y pensó que su vecino no sólo se lo había robado, sino que, además, lo había roto y tirado en la puerta de su casa.
Pero no quiso decirle nada, y se propuso a preparar su venganza. Esa noche llamó a una granja para hacer un pedido de diez cerdos y cien patos, y pidió que los llevaran a la dirección de su vecino, que, al día siguiente, tuvo un buen problema para tratar de librarse de los animales y sus malos olores. Y, al estar seguro de que aquello era idea de su vecino, en cuanto se deshizo de los cerdos, comenzó a planear su venganza.
Y así, uno y otro siguieron fastidiándose mutuamente, cada vez de forma más exagerada, y de aquel simple papelito en la puerta llegaron a llamar a una banda de música, o una sirena de bomberos, a estrellar un camión contra la tapia, lanzar una lluvia de piedras contra los cristales, disparar un cañón del ejército y, finalmente, una bomba-terremoto que derrumbó la casa de los dos vecinos.
Ambos acabaron en el hospital, y se pasaron una buena temporada compartiendo habitación. Al principio no se dirigían la palabra, pero, un día, cansados del silencio, comenzaron a hablar; con el tiempo, se fueron haciendo amigos hasta que, finalmente, un día se atrevieron a hablar del incidente del papel, Entonces se dieron cuenta de que todo había sido una coincidencia, y de que si la primera vez hubieran hablado claramente, en lugar de juzgar las malas intenciones de su vecino, se habrían dado cuenta de que todo había ocurrido por casualidad, y ahora los dos tendrían su casa en pie…’
(https://cuentosparadormir.com)
y esa es la dinámica destructiva que han tenido los partidos independentistas, supeditadas a los egos de sus ‘líderes’, olvidando los deseos de unidad, manifestados de forma repetitiva por las bases independentistas.
Y si no actuamos de forma inteligente, unidos contra el verdadero enemigo, que no es otro que el colonizador estado español, mediante sus respectivos cipayos; si no votamos masivamente a Carles Puigdemont, tras el recuento del próximo domingo, los independentistas nos encontraremos en el hospital, todos heridos, destrozados y sin casa, como en el cuento.
Creo que no hace falta mucha reflexión para darnos cuenta de que la verdadera confrontación de estas elecciones está entre Pedro Sánchez y Carles Puigdemont, no hay más.