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El apagón energético del pasado lunes 28, nos muestra diferentes aspectos negativos, pero, en el presente escrito, me centro en el riesgo del dominio de la oligarquía mundial, el ‘gobierno’ de las grandes corporaciones, y su modelo español.
El neologismo corporatocracia (no confundir con el corporativismo), deriva del término inglés ‘corporatocracy o corporocracy’, y describe el gobierno de una sociedad, en la cual, las personas en el poder toman decisiones favorables a las grandes corporaciones en detrimento del resto del pueblo.
(Fuente: Wikipedia)
Realmente, sería una grave acusación sin fundamento, señalar que el gobierno de Pedro Sánchez se ajusta a la práctica mencionada; pero somos conscientes que la globalización ha comportado la maximización del poder de las grandes corporaciones, y, también, de las ‘puertas giratorias’, tan habituales en todos los estados. Y el reino español no es una excepción, ni mucho menos, pues la oligarquía, monopolios y recolocaciones de los altos cargos, están, sobradamente, consolidados.
John Perkins (economista, n. 1945 en Hannover, autor de varias obras, la más conocida: ‘Confesiones de un sicario económico’ (Confessions of an economic hit man; 2004), escribió:
‘La Corporatocracia es el grupo de individuos que manejan las corporaciones más grandes, y realmente actúan como el emperador de este imperio. Controlan los medios, controlan a los políticos porque financian sus campañas, no son elegibles, no duran un plazo determinado, no responden a nadie. Y en la pinta de esta Corporatocracia no podemos decir claramente si alguien trabaja para una empresa privada o para un gobierno, debido a que se mueven constantemente de un lado a otro. Así, encuentras a una persona que primero es presidente de una gigantesca empresa de la construcción, y un momento después es vicepresidente de los EEUU; o tenemos a George Bush, que estuvo en el negocio del petróleo (…). De lo que hablo no es una teoría conspirativa. Estas personas no necesitan reunirse en secreto y establecer estrategias, sino tan sólo trabajar bajo un único objetivo primario: maximizar sus ganancias, sin importar el costo social o ambiental’.
(medium.com; https://search.app/h31VjerrGSdBiRhp8)
El informe de Oxfam Intermón, presentado por su director, Franco Cortada, ‘Multilateralismo en una Era de Oligarquía Global’ (setiembre 2024), señaló que:
‘El 1% más rico de la población mundial acumula más riqueza que el 95 % restante, posee el 43 % de todos los activos financieros globales y dos multinacionales son propietarias del 40% del mercado mundial de semillas (…) y esta concentración extrema de la riqueza y del poder económico en manos de pocas personas y corporaciones no solo les otorga una influencia desproporcionada sobre los gobiernos y las decisiones políticas a escala global, sino que alimenta la desigualdad tanto dentro de los países como entre ellos. (…) Los ultrarricos y los mega-empresas que ellos controlan conforman las reglas del juego a su favor (…) Las Naciones Unidas también están perdiendo capacidad de acción frente al poder creciente de los mil millonarios (…) en este contexto, las políticas públicas se encaminan a favorecer la desregulación, la reducción de impuestos para los más ricos y las grandes empresas (…) en los últimos años, los ultrarricos y las empresas con más poder, han utilizado su enorme influencia para frenar los esfuerzos para resolver los principales problemas del planeta (…)’.
(https://search.app/Qz7SWzp2dbjNCKuf7)
Y a este problema evidente, hemos de retomar el tema de la corporatocracia, ya que vemos que las ‘puertas giratorias’ (revolving door), es decir, que los altos cargos públicos pasen a trabajar a empresas privadas, obteniendo beneficio de su anterior ocupación, fundamentalmente, la agenda de contactos y de favores, ‘olvidando’ los conflictos de intereses; y esas puertas giratorias actúan en doble dirección: del sector público al privado y viceversa.
‘En España, la incidencia del fenómeno es considerable. De los gobiernos de Felipe González, José María Aznar y José Luís Rodríguez Zapatero, tres de cada diez ministros dejan la política al cesar en sus cargos y se embarcan en actividades en la empresa privada, del Consejo de Ministros al consejo de administración, en muchos de los casos en labores de representación y tareas de lobby, aunque también de dirección; así:
Ángel Acebes (PP), pasó a Bankia; Felipe González (PSOE) a Gas Natural; José María Aznar (PP) a Endesa y News Corporation; José María Michavila (PP) a JP Morgan; Josep Piqué (PP) a Vueling y EADS; Juan Manuel Eguiagaray (PSOE) a EADS; Luis Atienza (PSOE a Red Eléctrica; Miguel Boyer (PSOE) al Banco Exterior; Narcís Serra (PSOE) a Caixa Catalunya; Rodrigo Rato (PP) a Bankia, Telefónica, Banco Santander; Elena Salgado (PSOE) a Endesa; etc.
En España existe una ley de incompatibilidades vigente: la Ley 5/2006, de 10 de abril, de regulación de los conflictos de intereses de los miembros del Gobierno y de los Altos Cargos de la Administración General del Estado, que establece que los altos cargos deben tener un período de dos años en los que existen una serie de limitaciones a la asunción de responsabilidades en empresas privadas y/o públicas, y tienen la obligación de presentar un informe previo a la Oficina de Conflictos de Intereses (…)
(fuente: Wikipedia)
Es evidente que esos fichajes, no se efectúan por su conocimiento técnico (know-how), sino por sus ‘relaciones personales’, por su cercanía con el poder. Y también es preciso señalar que esas puertas giratorias se efectúan, asimismo, dentro de la propia administración pública (como Dolores Delgado, que de ministra de justicia pasó a ser fiscal general del estado). Y esos fichajes son concebidos como pago o premio, claro. Y eso es especialmente grave en sectores estratégicos.
Y volviendo al apagón total de este lunes, vemos que Beatriz Corredor Sierra (n. 1968), de formación registradora de la propiedad, y tras un par de años de regidora en el ayuntamiento de Madrid (2007 – 2008), fue ministra de vivienda en el período 2008 a 2010 (gobierno de Zapatero); secretaria de estado de vivienda y actuaciones urbanas (2010 – 2011); presidenta de la Fundación Pablo Iglesias (PSOE) del 2018 al 2020 y también del 2017 al 2020, secretaria de ordenación del territorio y políticas de vivienda del PSOE; y desde el 2020 es presidenta del grupo Red Eléctrica de España. Y, según se indica en Wikipedia, con un salario anual de 546.000 €, si bien, en un artículo del Ara de hoy (de Àlex Gutiérrez), ese salario, en este año 2025 es de 600.000 €.
¿Qué conocimiento técnico puede tener Beatriz Corredor para ser presidenta de Red Eléctrica de España, cuyo nombre comercial es Redeia, un holding español que actúa en el mercado eléctrico internacional como operador del sistema eléctrico?
Claramente, ningún conocimiento específico, pues su formación de jurista y dedicación, prioritariamente al sector de la vivienda, no tienen nada que ver con el sector eléctrico.
Red Eléctrica, en el 2024 tenía unos activos de 15.090 millones de €; y un beneficio neto de 368,4 millones de €. Su accionariado es: SEPI (20 %); Pontegadea inversiones (Inditex) de Amancio Ortega (5%); Blackrock (4,64 %); Miembros Consejo y autocartera (0,134 %) y el 70 %, pequeños inversores sin derecho a voto.
SEPI es la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales, que es ‘un instrumento estratégico en la aplicación de la política diseñada por el Gobierno para el sector público empresarial’; es una entidad de Derecho Público, fundada en 1995, y abarca un conglomerado de 14 empresas, con una plantilla de más de 85.000 empleados; también es accionista de la Corporación RTVE; etc.
El fenómeno de la ‘puerta giratoria’ en Japón recibe el nombre ‘amakudari’, literalmente: descenso del paraíso / cielo, en referencia a la mitología japonesa (descenso de los dioses sintoístas a la tierra), y afecta a los retirados de la función pública que continúan sus carreras en el sector privado.
Pero, claro, ese descenso, del paraíso / cielo, a la tierra, en el caso de la mencionada Beatriz Corredor, es pasar del paraíso al séptimo cielo, ya que pasar a cobrar 600.000 € anuales, es propio de los súper-dioses del Olimpo.
Y así tenemos a otros ‘políticos’ impresentables, como Gabriel Rufián (ERC), del que ayer se hizo viral un vídeo suyo en el congreso de los diputados en el año 2021, diciendo que ‘los datos objetivos, con empresas eléctricas tan potentes e interconectadas, garantizaban que nunca, nunca, se podría dar un apagón total, como señalaban los agoreros (refiriéndose a Junts)’. Es evidente que Rufián tiene como objetivo ser el felpudo del PSOE, y tengo claro que, en el momento que lo estime oportuno, hará el paso a ese partido (salvo que a Pedro Sánchez le convenga más tenerlo en ERC). De todos modos, Rufián es el paradigma de políticos incultos, indocumentados y serviles, que sólo piensa en garantizarse sus emolumentos y prebendas, y considerarse ‘el martillo de los herejes de Junts’. Y así, ir viviendo en su limbo dorado, comportándose de forma totalmente acrítica con el PSOE, y claro, vive como un rajá, sin importarle la realidad social, como vemos.
Dos días después del apagón, seguimos sin saber las causas, aunque la mencionada Corredor dijera ayer ‘que saben las causas, que las tienen perfectamente definidas’, para, poco después, en la misma comparecencia, acabar diciendo que ‘cuando sepan las causas actuarán’. Una vergüenza más. Por eso, la versión más plausible es la mala gestión de la propia red; y eso, claro, pone en evidencia la actuación y control del propio gobierno. Por lo que le interesa mantener la confusión (y no descartar el ciberataque).
A Pedro Sánchez le parece mejor esa ambigüedad, como apunta Josep Antich en su editorial de hoy (elnacional.cat), y … que vayan pasando los días, semanas y meses, y el verano ya lo hará olvidar todo.
En el mencionado artículo de Àlex Gutiérrez, nos comenta que, para Josep Martí, (consultor y periodista) la comparecencia de Pedro Sánchez, seis horas después del inicio del apagón, es ‘la de un hombre que no quiere explicar nada; y no por no saberlo; sino porque lo que sabe, no avala la narrativa del gobierno sobre su gestión’
La tuitera Lucía GP, en su mensaje de ayer en X, a mi modo de ver, lo clavó, ya que escribió: ‘Las responsabilidades serán una multa risible y a continuar’.
El ultraconservador economista Milton Friedman (1912 – 2006) consideraba que ‘los grandes cambios requerían un trauma colectivo, que suspenda temporal o permanentemente las reglas del juego democrático’.
Tenemos muchos ejemplos: podemos recordar los atentados del 11 de setiembre del 2001, a las Torres Gemelas. Y aquí en España, vimos el tejerazo (intento de golpe de estado del 23 de febrero del 1981), o nuestra votación del 1 de octubre del 2017. En todos estos casos hubo un trauma colectivo, y la suspensión de las reglas de juego democrático. Y … después, el black out, el fundido a negro … y todo seguirá igual, o peor, cuando llegue el PP, un partido que no sólo no informaba, sino que mentía: los hilillos de plastilina de Rajoy en el caso del Prestige en el 2013; las mentiras de Aznar sobre las armas de destrucción masiva en la guerra ilegal en Irak (2003) o el atentado del 11 de marzo del 2004 en Madrid, adjudicándolo a ETA; etc.
Pero el mal menor, sigue siendo un mal. Y aceptando el mal menor, el siguiente paso es aceptar el mal medio, y así, hasta acabar aceptando el mal mayor.
Y esa es la trampa de Pedro Sánchez, y no debemos caer en ella, por más cara de compungido responsable con la que aparezca en sus medidas y controladas puestas en escena narcisistas y mentirosas.
En definitiva, sólo nos queda trabajar para conseguir nuestra República Catalana, y alejarnos del reino borbónico y su democracia secuestrada por los grandes oligarcas, y defendida por todos los poderes del estado.