Cuando los partidos y gobiernos fracasan en su gestión, es habitual que digan que han actuado bien, pero han fallado en la comunicación de la labor efectuada y que por eso, la ciudadanía no ha percibido la bondad de su gestión, como intento explicar a continuación.
El verbo comunicar viene del latín ‘communicare’, compartir información, impartir, difundir; y éste, de ‘communis’ común, mutuo, participación entre varios, comunión.
Es decir, toda narración que se quiera compartir, requiere las interacciones precisas, para que los relatos lleguen a su destinatario.
Si bien es cierto que en la actualidad proliferan los bulos, las ‘fake news’, es decir, las noticias falsas, que distorsionan toda comunicación, ya que generan un exceso de ruido que consigue eclipsar la verdadera información.
El silencio y el ruido son efectos contrapuestos y excluyentes, pues, cuando está uno, el otro está ausente. Pasa como con la luz y la oscuridad, como explica la siguiente fábula:
‘El Sol y la cueva
Había una vez una cueva que vivía bajo la tierra (como acostumbran a hacerlo). Esta cueva había pasado toda su vida en la oscuridad, sin saber lo que es la luz.
Cierto día, oyó una voz que le dijo: Cueva, te invito a que subas y conozcas la luz del sol.
¿Qué es eso, qué es la luz del sol?, respondió la cueva, demás, estoy muy a gusto aquí.
La voz le contestó: Con mayor razón debes atender a mi invitación, para que sepas qué es la luz.
Al principio, la cueva tuvo temor de la invitación por no saber que es aquello que la invitaba a ver. Pero, al final, la cueva salió lentamente de su lugar, recordando la confianza que la voz le brindó.
Poco a poco iba descubriendo qué era la luz. Y aunque le lastimaba un poco sus ojos, la cueva estaba sorprendida al ver que la luz era tan brillante y que estaba por todas partes, y no había ni una pizca de oscuridad en ningún lugar, no había lugar donde la luz no estuviera. Se sintió extraña, pero cálida y feliz a su vez.
Conociendo ahora qué era la luz y notando la diferencia, la cueva, mirando al sol, le dijo: ven ahora conmigo y conoce lo que es la oscuridad
¿Qué es la oscuridad?, preguntó el sol.
Ven conmigo y la conocerás, replicó la cueva.
El sol, aceptando la invitación, decidió ir a conocer la oscuridad. Cuando el sol entró en la cueva, le dijo: ahora, enséñame la oscuridad. La cueva, atónita, no sabía qué responder: entra un poco más -dijo la cueva- hace poco había mucha oscuridad aquí.
El sol caminaba más, entrando más en la cueva, con cautela y curiosidad, y dijo: bueno, cueva, estor listo, muéstrame la oscuridad.
Tratando de responder, la cueva quedó sin palabras. Avergonzada, explicó: es justo que antes de que vinieras acá, había mucha oscuridad, no sé porqué no existe en este momento (…)
(https://search.app/YWaYoKM5voG7aUXd9)
Es evidente, cuando hay luz, no hay oscuridad, y viceversa; cuando hay ruido no hay silencio; y cuando hay ruido, desinformación, no hay información. Pero respecto a la última afirmación, es preciso señalar que las falsas noticias complican la comunicación de la realidad, si es que ésta existe, como tal.
Así vemos que, por más informaciones que efectúe Carlos Mazón, presidente de la comunidad valenciana, si éstas son incompletas e inexactas, como es el caso, en lugar de informar, en realidad desinforman y desconciertan a la ciudadanía, como hemos visto con sus afirmaciones respecto al retraso de la intervención de la UME (unidad militar de emergencias) o a la información imprecisa del AEMET (agencia estatal de meteorología), que fueron rápidamente desmentidas por sus responsables directos.
Por eso, en lugar de informar, de hacer saber algo, de comunicar, de publicar, lo que pretendió Mazón, fue enmarañar la situación, para compartir las culpas. Y, eso, como he dicho, es pretender confundir a los oyentes, no hay otra explicación. Y cuando hay esa confusión, esa negrura, no hay certezas, ni verdaderas concepciones; pasa como con la cueva y el sol.
Esta excusa de la deficiencia de la información, la aplican todos los gobiernos, como he apuntado, y, si recordamos, Pere Aragonès (ERC), al perder las elecciones, y ser sustituido por el represor Salvador Illa (PSC/PSOE), afirmó, sin el menor pudor, que el problema de su gobierno había sido no haber sabido comunicar sus logros. Y claro, de ahí a decir que la ciudadanía no tenemos el mínimo de la inteligencia precisa para entender y comprender sus explicaciones sobre su obra, hay un pequeño paso.
En esa misma complejidad y su incoherente resolución, nos encontramos al conocer que Donad Trump ha nominado a Karoline Claire Leavitt, como secretaria de prensa de la Casa Blanca.
Leavitt, tiene 27 años, si bien tiene una cierta experiencia, ya que, en el primer gobierno de Trump, desempeñó las funciones de secretaria de prensa asistente y ‘escritora’ presidencial y, durante la campaña electoral, ha efectuado como secretaria de prensa del candidato Trump.
Y no es un problema de la simple edad, pues no me considero ‘edatista’, pero estoy convencido de que, para realizar ciertas funciones, se requiere una buena experiencia; y ser secretaria de prensa de la Casa Blanca, no es un tema menor.
Igualmente, ver que Donald Trump tiene como asesor a su quinto hijo, Barron Trump, de 18 años (estudiante universitario de primer curso), o al empresario de artes marciales Dana White, o al golfista Bryson DeChambeau, nos muestra lo peligrosa que puede ser la gobernanza en los próximos cuatro años, especialmente al ver el contubernio familiar: la esposa de Éric, el tercer hijo de Trump, fue nombrada por el futuro presidente, como copresidenta del Partido Republicano, y el hijo mayor, Donald Trump Jr, también actuará de asesor presidencial; y ya vimos, en su primer mandato, que Ivanka Trump y su esposo Jared actuaron como asesores en el conflicto israelí-palestino y las relaciones con la China.
Efectivamente, la profesionalidad, en cualquier función, exige una formación adecuada y la empatía precisa; asimismo, la experiencia, es un plus, para completar la adecuación al respectivo puesto de trabajo. Y todo ello falla entre los mencionados asesores de Donald Trump y, especialmente, en el propio futuro nuevo presidente.
Por todo ello, no es de extrañar que muchos gobiernos, consideren como un tema secundario la comunicación, máxime, si ya no prestan la atención prioritaria a la gestión, en si misma. Y eso es una muestra de que la mayor parte de los gobiernos buscan, prioritariamente, mantenerse en el poder y disfrutar de sus prebendas, mientras que la gobernanza de los problemas sociales queda en segundo lugar.
Mientras estoy redactando el presente escrito, he recibido un whatsapp de una compañera de la manifestación de la avenida Meridiana, con una viñeta, en la que Mafalda (de Joaquín Salvador Lavado Tejón (Quino, 1932 – 2020), citando a Samuel Langhome Clemens (Mark Twain, 1835 – 1910), se plantea:
‘A veces me pregunto su estamos siendo gobernados por personas inteligentes que nos están engañando, o por imbéciles que se creen realmente lo que dicen’
Y me ha parecido genial como broche de oro al tema del presente escrito, pues, sintéticamente, expresa que estamos en pésimas manos y, así, no saldremos de nuestro negro futuro, pues, volviendo al reino español, vemos que entre los gobiernos estatal y el valenciano, se lanzan embustes, excusas y acusaciones, para escabullir sus propias responsabilidades, no para clarificar los errores cometidos y corregirlos para el futuro. Así nos va, y nos irá de cada vez peor.