El día de hoy comenzó el “regreso a la normalidad” en los famosos municipios que les nombraron “municipios de la esperanza”, el regreso se da con dos municipios considerados con casos confirmados de COVID-19 y sin ningún aviso por parte del Gobierno Federal sobre que iba a pasar, dejando más incógnitas si el regreso será seguro y si es el mejor momento para hacerlo.
Por el otro lado, tenemos gobernadores en su papel de autoridad sanitaria y la Secretaría de Salud haber aceptado esto a regaña dientes, están tomando sus propias medidas y tomando decisiones principalmente al regreso a clases.
La estrategia sobre el manejo de la epidemia de COVID-19, comienza a generar desconfianza entre la población, sondeos marcan hasta un 40 por ciento en que no tienen en confianza, esto se debe sumar a la contradicción de mensajes que envían las autoridades sanitarias y el presidente López Obrador, además de las dudas que han expresado distintas comunidades académicas sobre los modelos que se manejan, el golpeteo político que han aprovechado los sectores para dejar en evidencia lo mal que se encuentra el sector salud, sin importar que ellos también fueron participes y sobre todo, el acompañamiento de decisiones políticas que hacen combo en la desconfianza, por ejemplo el intento de cambiar la ley sobre el ejercicio del presupuesto, el decreto sobre la participación del ejército en tareas de seguridad y las recientes decisiones en materia energética.
Lo interesante es que en medio del mar revuelto de la vida política del país, existen gobernadores que no se han movido para tomar decisiones en materia sanitaria, destacando CDMX, Edoméx , Veracruz, Chiapas y Oaxaca, los tres primeros con mayor concentración de contagios y los otros dos con mayor número de municipios de la esperanza.
El alineamiento con el gobierno federal, no es casual, tampoco es subordinación o falta de capacidad, tres gobiernos de morena lo justificarían y dos del PRI tendrían su oportunidad de salir a relucir, Alejandro Murat el adelantado del PRI a la candidatura y Alfredo Del Mazo de las peores gestiones evaluadas por sus gobernados y además de tener considerarlo como los que peor se ha manejado la epidemia.
Por eso, para Del Mazo, el romper y mostrar liderazgo con medidas distintas a las de la Secretaría de Salud, incrementaría más la desconfianza en los gobiernos y poniendo en riesgo a mayor número de habitantes de ser contagiados, de colapsar los sistemas de salud y perder vidas, lo que sería una jugada muy arriesgada para el gobernador del Estado de México.
La prudencia de Del Mazo, en estos casos es por el bien común y aunque muchos esperen que salga al protagonismo, lo mejor para la zona metropolitana del Valle de México es ir de la mano del gobierno de López Obrador.
Apunte.
La disciplina fiscal de los ayuntamientos comenzará a entrar en juego para muchas administraciones locales, algunos podrán aguantar sus compromisos laborales, otros comenzarán a sacrificar para cumplir sus compromisos políticos.
Punto y Seguido.
Parecía que el candidato de Morena a la gubernatura del Estado de México estaba claro después del nombramiento de Horacio Duarte frente a la Administración General de Aduanas del SAT y dejaba claro el camino a Higinio Martínez, sin embargo las apariciones en reparto de apoyos en el sur de la entidad y con el respaldo a iniciativas privadas en apoyo a la salud, parece que no está dispuesto a salir del mapa político rumbo a la sucesión 2023.