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La España bipolar

Amadeo Palliser Cifuentes
amadeopalliser@gmail.com

No es nada nuevo, los catalanes llevamos más de 300 años sufriendo el carácter conquistador del reino borbónico; refrendado con la dictadura franquista y por la pseudo-democracia actual. Por eso no nos extraña que nos menosprecien en todos los órdenes: el económico, financiero, judicial, policial, medios de comunicación, etc.

Y tampoco no es nada nuevo, desde el referéndum del 2017, que desprecien nuestra democracia, ya que no cesan de inhabilitar a nuestros políticos, incluso siendo electos. Tenemos una larga lista de diputados inhabilitados, siendo los últimos Pau Juvillà, Laura Borràs, Meritxell Serret, Eudald Calvo …; sin olvidar a Carles Puigdemont, Oriol Junqueras, Carme Forcadell y un largo etc.

Por eso me pareció muy adecuada la editorial de ayer (26 de abril) de Vicent Partal, en su Vilaweb, titulada ‘¿Por qué quieren que votemos si harán lo que quieran?, en la que documenta esta realidad, concluyendo que, lógicamente, falla la base, el principal pilar de la democracia, afectando tanto a los derechos de los electos, como de los electores.

Nada nuevo, como digo, ya que el nacionalismo españolista tiene como estrategia eliminar cualquier atisbo de independentismo, para conseguir su sagrada misión, es decir, salvar la unidad de su patria y de su empresa monárquica.

Para ese sistema corrupto, es un pecado capital intentar votar democráticamente, pero, claro, aceptan que Carlos García Juliá, uno de los asesinos de la matanza de Atocha (1977), un despacho de abogados laboralistas ubicado en la calle Atocha 55, de Madrid; pueda optar a la alcaldía de Bilbao en las próximas elecciones de mayo.

Ese personaje, condenado a 193 años de prisión (limitada al máximo de 30), huido durante décadas, ahora es el candidato de Falange Española de las JONS; un partido que, en una DEMOCRACIA con mayúsculas, estaría prohibido.

Que uno de los asesinos de los cinco abogados laboralistas y otros cuatro intentos de homicidio, cumpliese únicamente 14 años de prisión, y que en 1991 consiguiese la libertad provisional, y, posteriormente, un permiso para viajar a Paraguay, para atender una oferta de trabajo, comprometiéndose a presentarse mensualmente en la embajada española en Asunción; acuerdo que incumplió y no volvió, tras cumplirse el citado permiso, por lo que, en 1996 fue declarado prófugo, y pasó a residir en Chile, Argentina, Venezuela, etc.  En Bolivia permaneció un período encarcelado por un delito relacionado con el narcotráfico.

Fue detenido por las autoridades brasileñas en diciembre del 2018, con la documentación falsa de un ciudadano brasileño, y extraditado en febrero del 2020, e ingresó unos meses en la prisión de Soto del Real, pues el 19 de noviembre de ese año, fue liberado, a pesar de que le quedaban más de 10 años de condena; tras lo cual, dijo en su twitter: ‘creo que la justicia ha cumplido conmigo’. VAYA DESVERGUENZA.

Que un personaje, un asesino como este, vinculado históricamente a Fuerza Nueva y familiar de una colaboradora del franquista Blas Piñar López (1918 – 2014), quede blanqueado democráticamente, es inaceptable.

Pero, claro, aquí es preciso recordar la frase que ya mencioné en un escrito precedente, el asesino Carlos García Juliá, ‘es un hijo de puta, pero es nuestro hijo de puta’, así piensa el corrupto estado español, y por eso lo tolera y le consiente que se pueda presentar a unas elecciones pseudo-democráticas.

Y eso muestra que el reino español refleja un trastorno bipolar y esquizofrénico, en el tema político, ya que ofrece su cara pasiva y comprensiva con los suyos, y la maníaco agresiva e hiperactiva, contra los que intentamos liberarnos de su yugo.

Y es triste constatar que, desde tiempos inmemoriales, esa bipolaridad la ha asumido la gran mayoría de la ciudadanía española e, incomprensiblemente, también por buena parte de la catalana. Y todos ellos muestran una falsedad infinita, ya que, ante problemas como el bullying, la violencia machista, la pederastia, etc., todos quieren reflejar su lado más humanista, empático y progresista; pero, claro, cuando se trata de atacar a los independentistas catalanes, no hay ningún tipo de empatía, y sin pensarlo ni estudiarlo, liberan su peor bilis, para darnos caña y asumir que se nos coarten todos los derechos.

Y los que respaldan a los políticos / jueces / policías / etc., que nos aplican todo tipo de castigos físicos, civiles, monetarios, psicológicos, etc., son cómplices, unos por activa y otros por pasiva, pero, a fin de cuentas, todos culpables, todos son verdugos.

Como sucede en los casos de bullying y otros acosadores de género, etc., generalmente muestran su agresividad, por tratarse de personas que no tienen empatía y que, en su momento sufrieron también esa misma agresividad; en el caso de los represores españoles, me parece que la mayoría de ellos, la ciudadanía de base, también ha sido maltratada por las élites todo poderosas del reino que padecemos todos.

Pero, como sabemos, hay alumnos que superan a sus maestros, incluso en sus ideas antidemocráticas.

En este sentido me parece ilustrativa la siguiente fábula:

‘El violador y su víctima indefensa

Érase una vez un violador y asesino de larga y triste historia de anteriores agresiones contra indefensas víctimas a las que había asaltado con lujuria y alevosía vergonzosa, que ahora con odio y rabiosa furia intentaba una nueva de las suyas.

La había golpeado con violencia extrema, hasta el punto de apenas dejarla sin respirar al tenerla apretada por el cuello con sus dos garras de bestia salvaje indigna de llamarse humana.

En su furia descontrolada el violador desesperado en su impotencia por doblegar a su víctima la lanzó a las aguas de un río cercano.

Sorprendido infraganti el odioso violador en su infame tarea criminal se le ocurrió entonces, para tratar de limpiar su sucia imagen, lanzó un grito hipócrita de auxilio en ayuda de su indefensa victima: ‘derechos humanos, derechos humanos, hay que rescatarla de las aguas del río antes de que muera ahogada’, clamaba el violador asesino como si no hubiera sido él mismo el autor de tan abusiva y criminal tragedia.

Cualquier parecido con el imperio del norte y la agredida Venezuela, no es casual ni mera coincidencia.

Y hasta la próxima entrega de El Duende que con mi gallo me voy cantando a mi tumba fría.

Bambarambay’

(https://radio-miami.org)

Salvando las inmensas diferencias, me parece que esta fábula es aplicable al estado español, pues vemos que tras reprimir y seguir reprimiendo, el gobierno español ha respondido a los relatores de la ONU, argumentando que la ‘mesa de diálogo’ con el gobierno catalán es la mejor muestra de que el tema está encauzado y ya no representa un problema de convivencia, y que, en su momento, los presos, hasta ser indultados, cumplieron sus condenas en cárceles catalanas, dependientes de la consejera de justicia del gobierno catalán.

Así respondió el reino de España a las cuestiones que le plantearon desde Naciones Unidas, a raíz de la denuncia de ERC sobre la represión al independentismo, según explicó Marta Lasalas (elnacional.cat, 25 de abril del 2013)

Esa es una clara muestra de agredir y después, al verse pillados, gritar, ‘derechos humanos’, como en la fábula. Y, obviamente, es vergonzoso, denigrante, un insulto a nuestra inteligencia. Pues, atendiendo a la respuesta española, está claro que, aplicando su ilógica, el próximo preso político que tengamos, debería ser liberado por el gobierno de la Generalitat.

Pero, desgraciadamente, los políticos nominalmente independentistas que residen en Catalunya, no han hecho nada desde el 2017, no han dado ningún paso, por mínimo que sea, para confrontar con el estado; mientras que los que están exiliados, sí que van poniendo contra las cuerdas al estado español, al menos en el campo judicial.

Aquí, nuestros políticos ‘independentistas’, se limitan a procrastinar, a aplazar decisiones que deben realizar por compromiso electoral.

Por parte de ERC, buscar la solución maravillosa, como el mal llamado ‘acuerdo de claridad’ (pues, en todo caso debería llamarse ‘propuesta, no acuerdo, ya que no lo hay) es, simplemente, una de las formas de procrastinar.

Ya sé que el término ‘procrastinar’ (‘pro’ adelante, ‘cras’ atrás, ‘tinus’ relación) suena mal, pero lo he utilizado expresamente, pues la actuación de nuestros políticos me parece penosa y denigrante.

Procrastinar deriva del griego ‘akrasia’: hacer algo en contra de nuestro mejor juicio. ‘Krasia’ significa poder, pero con el prefijo de la ‘a’ privativa, significa falta de poder, falta de dominio. Y eso es lo que tienen el actual gobierno de Pere Aragonès, el anterior de Quim Torra, y todos los políticos que viven del sistema, pues nos hacen creer que tienen su cuota de poder, cuando, en realidad, son simples funcionarios endiosados, ególatras, que sólo miran por su supervivencia. Si tuvieran un mínimo de dignidad y ética, dimitirían, y se volverían a la empresa privada o al paro, rehuyendo todas las puertas rotatorias.

Esa sería una importante forma de confrontación con el estado. Hacer que la gobernanza autonómica salte por los aires. Romper las reglas de juego del reino.

Así, nadie iría a la cárcel, ni serían juzgados, que es lo que temen.

Pero, claro, perderían sus actuales prebendas, y eso les frena y les retrata. Y así nos va y nos irá.