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La España ciega y la luciérnaga independentista catalana.

Siguiendo el discurso que hizo el expresident Carles Puigdemont, pidiendo la ‘confrontación democrática inteligente’, ayer, el president de la Generalitat de Catalunya, Quim Torra, comentó que ‘debemos incumplir las leyes injustas (…) no hay batallas pequeñas’.

Y para cualquier acción, necesitamos mantener la ilusión en el objetivo final y, sobre todo, no perder fuerzas y, si es posible, y lo es, maximizarlas, pero sin que ello comporte ‘descafeinar’ nuestros anhelos, tal como comenté ayer, refiriéndome a ERC.

Seguidamente transcribo una fábula que me ha facilitado un buen amigo, y que me parece muy ilustrativa:

“El carbón:

Un hombre que iba periódicamente a encuentros con sus amigos, de pronto, sin avisar, decidió dejar de participar en sus actividades.

Pasadas unas semanas, una noche muy fría, un integrante del grupo decidió ir a visitarlo.

Encontró al hombre en su casa, solo, sentado delante de la chimenea, en la que quemaba una hoguera brillante y acogedora.

Adivinando el motivo de la visita, el hombre le dio la bienvenida. Y se hizo un gran silencio.

Los dos hombres sólo contemplaban la danza de las llamas alrededor de los troncos que chispeaban en la chimenea.

Pasados unos minutos, el visitante, sin decir nada, examinó las brasas que se formaban y eligió una, la más incandescente de todas y, con unas tenazas, la retiró a un lado del fuego.

Acto seguido volvió a sentarse.

El anfitrión miraba con atención y, al cabo de un rato, la llama de la brasa solitaria fue menguando, hasta que, finalmente, hizo un brillo momentáneo y su fuego de apagó de golpe.

En poco tiempo, lo que era una muestra de luz y de calor, no era más que un negro, frío y muerto trozo de carbón.

Intercambiaron muy pocas palabras, a parte del saludo.

Antes de prepararse para marchar, el visitante volvió a coger las tenazas y, agarrando el carbón, ahora frío e inútil, y lo volvió a poner en medio del fuego.

Inmediatamente, la brasa volvió a encenderse, alimentada por el fuego y el calor de los carbones que tenía alrededor.

El anfitrión le dijo: ‘Gracias por tu visita y por la bellísima lección. Volveré al grupo”.

Moraleja:

¿Porqué se extinguen los grupos? Muy simple: por que cada integrante que se retira saca fuego y calor al resto. Es preciso recordar a los integrantes de un grupo, que forman parte de una llama. Es bueno recordarles que todos somos responsables de mantener nuestra llama (la de cada uno de nosotros), encendida, y que hemos de promover la unión entre todos, por tal que el fuego sea realmente fuerte, eficaz y duradero.”

Es evidente que para mantener viva la llama, el movimiento independentista hemos de permanecer unidos, no subdividirnos, como estamos viendo últimamente, pues, de ese modo, no conseguiremos ganar ni pequeñas batallas; y nos seguiríamos contentando con victorias simbólicas que nos puedan venir gracias a las sentencias de los jueces internacionales.

Comparando las fuerzas entre España y Catalunya, obviamente hay un enorme desequilibrio, ya que el estado tiene todos los poderes y, cuando les rota, recentralizan los pocos que tenemos en este estado teóricamente’ autonómico.

Y el estado central está tan atado a sus concepciones atávicas, basadas en las últimas palabras de Franco, antes de fallecer, a Juan Carlos, entonces príncipe: ‘la unidad de España, Juanito, la unidad de España’, que me recuerda a la figura del gato, del siguiente cuento, si bien, también nos recuerda (a los que ya tenemos una edad e hicimos el servicio militar obligatorio) el siguiente chiste del ‘banco recién pintado, al que el coronel hizo poner un centinela, para que nadie se sentara. Pero, transcurridos los años, y cambiado el coronel, el nuevo seguía mandando el mantenimiento del centinela’.

Cuento zen

“El gato atado.

El maestro de zen y sus discípulos comenzaron su meditación de la tarde.

El gato que vivía en el monasterio hacía tanto ruido que distrajo a los monjes de su práctica, así que el maestro dio órdenes de atar el gato durante toda la práctica de la tarde.

Cuando el profesor murió años más tarde, el gato continuó siendo atado durante la sesión de meditación. Y, cuando, a la larga, el gato murió, otro gato fue traído al monasterio y siendo atado durante las sesiones de práctica.

Siglos más tarde, eruditos descendientes del maestro de zen, escribieron tratados sobre la significación espiritual de atar un gato para la práctica de meditación.”

(sloyu.com)

Maestro: rituales que nacen accidentalmente, pueden convertirse en creencias absurdas que se traspasan de generación a generación. ¿Y tú, tienes algún gato atado en tu vida?

Como sabemos, el gato español sigue rituales convertidos en creencias absurdas, como la ‘divina unidad de España’

Y ante esa situación, debemos actuar, debemos efectuar las batallas democráticas, por pequeñas que puedan ser; es la forma de confrontación inteligente solicitada por Puigdemont. Y en esas acciones, todos somos necesarios, pues hasta la participación más pequeña es importante, como se puede ver en la siguiente fábula:

Cuento sufí

“Lo importante es ser luz.

Una estrella recién nacida tomó entre sus manitas de luz a una luciérnaga que volaba en el espacioso jardín de la noche.

Eres tan pequeña -le dijo- y tu luz es tan débil.

La luciérnaga se detuvo sobre la hoja de un ciruelo bajando la cabeza para que su hermana no supiera de su tristeza.

Eres tan llena de luz -le dijo entonces con un hilo de voz- y agregó … y, sin embargo, hermana mía tan ciega.

El tamaño de las cosas, ¿pertenece al reino del espacio o al reino de la Esencia? No importa que tan grande seas tú, y cuán pequeña parezca yo, lo que sí que es importante es que ambas seamos portadoras de luz. Deja tus huellas gigantescas en el inconmensurable cielo; a mí me basta con iluminar el sendero de los pequeños insectos voladores para que en sus viajes nocturnos no sean atrapados por telarañas y otros peligros.

Cada uno ayuda según la luz que posee, no interesa la magnitud o pequeñez del servicio. Lo que sí es importante es que éste sea el producto de la luz que cada uno tiene en su corazón. La fuente es la misma.”

(www.caminoalser.com)

Es decir, no podemos cegarnos por el falso sol español, por grande que sea; los independentistas debemos ser conscientes de nuestra luz de luciérnaga, pues, para nuestros fines ya nos es suficiente.

Y no debemos cegar por manifestaciones como la de Lola García, subdirectora de La Vanguardia, que, ‘contestando’ a Puigdemont, dice que no hay confrontación inteligente, que son conceptos contrapuestos. Y, ciertamente, si en una negociación, ambas partes fueran inteligentes, el mercadeo podría efectuarse en ese plano. Pero sabemos que por parte del estado sólo se aplica el ‘trágala’, el ‘ordeno y mando’, y ‘de eso se habla y de lo otro no’; y esas premisas autoimpuestas, obviamente no son una muestra de inteligencia, más bien es una muestra de abuso del poder.

Por todo eso, los independentistas sólo tenemos un camino a seguir …, en caso contrario, como generación, perderíamos nuestra pequeña luz y nos convertiríamos en mero carbón.

Amadeo Palliser Cifuentes

amadeopalliser@gmail.com