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La España más rancia

Como se ha hecho popular, la actual operación de la guardia civil contra el independentismo catalán, se llama operación Vóljov, por la supuesta intervención de 10.000 soldados rusos.

Y dadas las críticas recibidas, por la utilización de una actuación de las tropas franquistas españolas con las de Hitler, en Rusia; y que ha ocasionado hasta comentarios jocosos de la embajada rusa en Madrid, y de la portavoz del Kremlin, ahora ha salido el ministro de interior, Grande-Marlaska, haciendo unas declaraciones para ‘justificar’ esa utilización de un símbolo fascista, ha comentado que según le ha informado la guardia civil, se debe a un error, que debía ser Voloh, una divinidad mitológica eslava, protectora de la tierra. Si bien el ministro comentó que había diversas versiones sobre el posible error por la fonética similar.

Realmente, la confusión y los errores son posibles, pues en la mitología nórdica:

‘la canción de la sibila (Völuspá) es probablemente el texto conservado más importante de la mitología nórdica. En él, la völva, la adivina y hechicera, revela al dios Odín la creación del mundo, su destrucción y la composición del Cosmos interno y externo.

Una völva (del nórdico antiguo: la que lleva el cayado o vara), también llamada vala (del antiguo alto alemán: wala) o fjolkunnig (llena de conocimiento) a veces también mencionada como seiokona wicce, entre las tribus germánicas, era una sacerdotisa, profetisa y mujer sabia en la mitología escandinava.

(Fuente: Wikipedia)                                                                                                                                                   

Ahora bien, considerando el estilo de los nombres utilizados, como, por ejemplo:

·       Operación piñata (2015): contra quince anarquistas,

·       Caso Gürtel (iniciada en 2007), sobre la financiación del PP montada por Francisco Correa (Correa en alemán = gürtel),

·       Operación puzle (2007): investigación del asesinato de un colombiano, cuyo cuerpo fue encontrado fragmentado.

·       Caso Malaya: sobre la corrupción urbanística en diversas ciudades, Málaga, Marbella, Sevilla, etc.; el nombre puede ser a la mezcla de los nombres Málaga y Marbella, o, a la tortura malaya, que se aplican a los que no confiesan y son resistentes como una roca (Juan Roca era el principal acusado)

·       Operación guateque (2007): sobre el tráfico ilegal de licencias municipales para locales de ocio público: discotecas, bares, etc.

·       Operación Yogui: investigación de los sobrecostes de la construcción del AVE Barcelona-Madrid; el gerente de infraestructuras de Adif, Jaime G. L., recibió un viaje de placer para visitar parques de los EUA, Yellostone, por eso a ese personaje se le llamó Yogui.

·       Operación olímpica: sobre aluniceros que utilizaban Audis, y por los aros, recordaban los olímpicos.

·       Operación emperador: contra las mafias chinas en Madrid, dirigidas por el empresario Gao Ping.

·       Operación Pitufo: también llamada operación enano, por la baja estatura del cabecilla de una red de delincuentes.

me extrañaría que pensaran en Völva esa citada adivina y hechicera, y considerando que es el ‘Tácito’ (el famoso teniente coronel de la guardia civil, Daniel Baena) el que dirige la investigación, yo apostaría fuerte que no se trata de ningún error, y que es un homenaje, un recuerdo a la actividad fascista de la falange con los nazis.

Y encuentro vergonzoso y de críos, hacer creer ahora que se trataba de un error. ‘El todo por la patria’ ha de incluir el valor de reconocer sus propios errores y horrores.

Y todo esto no es más que otra muestra a la larga serie que tenemos de personas incompetentes en lugares de la máxima responsabilidad: como el ex ministro Miguel Sebastián diciendo que ‘confinar a siete millones de madrileños, ¿a quién beneficia?, es como confinar a la Tierra, a quién beneficiaría, ¿a los astronautas?’

Pero ese mismo personaje, en su momento ministro de industria, en el gobierno de Zapatero, fue el que contrató la empresa de Florentino Pérez, para la construcción del depósito de gas Castor, frente a la costa levantina, y que tras los sismos que originó, tuvo que parar. Dicho constructor, debido a las clausulas (lucro cesante), cobró los 1400 millones de €, al mes de la interrupción; los bancos (Santander, Bankia y CaixaBank), financiaron esa indemnización que cobrarían a largo plazo; pero ayer el tribunal supremo obligó al gobierno a pagar a los bancos (cabe recordar que el tribunal constitucional había declarado nula esa indemnización), pero la banca nunca pierde.

Ese es el nivel de los personajes, pues en este caso contrario, Sebastián y Rodríguez Zapatero deberían responder legalmente de ese contrato, y de otros, en los que siempre gana el particular, si es un beneficio, para él, si es una pérdida, paga el estado.

¿Y en estos personajes tenemos que confiar?

¿Y ahora, en la gestión de la pandemia?

Todos entendemos que es necesario tomar medidas drásticas, pero deben ser lógicas y comprensibles; pero ya vemos que muchas son simples improvisaciones, como la de cerrar los cines y teatros, a pesar de mantener las medidas de seguridad requeridas; pero mantener abiertas las iglesias, y permitir las misas, con un aforo del 30%. Y esto en un estado laico. Pero sabemos que aquí en Catalunya, como en todas partes, la iglesia católica tiene mucho poder.

La ciudadanía estamos entrando en una situación de frustración, ya que vemos que muchos de los sacrificios que hemos venido haciendo, no han servido apenas para nada. Y los diferentes gobiernos siguen pasando la responsabilidad a la ciudadanía. Ayer, Aragonès, president en funciones de la Generalitat, nos pidió una ‘parada social del país’.

Sabemos que es preciso evitar la multiplicación de los contagios, pero la responsabilidad es de los gobiernos. La primera ola, entiendo que cogiera de improviso, pero a partir de ahí, los especialistas en todos los campos deberían haber actuado en consecuencia. Pero ahora vemos que ha llegado la segunda ola, y seguimos casi sin rastreadores, con pocas PCR, con laboratorios colapsados que tardan diez días en dar un resultado, y, para ese momento, el mal ya está hecho.

Los gobiernos deberían haber invertido el máximo, y más, en la dotación de los equipos y medios sanitarios. Pero vemos que no ha sido así, salvo algunos maquillajes.

Ahora construyen hospitales y ampliaciones que estarán acabados a mediados del año próximo, con suerte.

Ahora el secretario general del departamento de salud de la Generalitat, Marc Ramentol, acaba de comentar que estudiará con la consejera de sanidad la posibilidad de solicitar al gobierno central, que los alumnos de último curso de medicina y de enfermería, puedan apoyar y asumir ciertas actividades hospitalarias o en los centros de atención primaria; y esto parece correcto, pero dada la burocracia, esta es una medida para estudiar ahora, después de más de medio año del inicio de la pandemia. ¿No deberían haberlo estudiado y previsto ya hace cuatro o cinco meses? Y eso no es más que otro ejemplo.

Como lo es que hace tres días, Àngels Ponsa i Roca, la consellera de cultura de la Generalitat, en una entrevista por tv3, comentara que la ‘cultura cura y sana’, ya que ‘mens sana in corpore sano’, y que haría todos los esfuerzos para garantizar la continuidad del sector; y, nada de nada, dos días después, todo cerrado.

Y a esa incompetencia, hay que añadir los malos ejemplos, como la macrofiesta de la élite de todos los poderes del estado, de la que sólo el ministro de sanidad ha pedido escusas, diciendo que fue, pero que no se quedó a la cena. Pero fue, y eso es imperdonable, cuando unas horas antes había anunciado el estado de alarma.

Y como el incompetente Pedro Sánchez, pidiendo responsabilidad a la ciudadanía, y él, sin dar ejemplo, estuvo con el Papa, sin mascarillas, sin distancias ni ninguna seguridad sanitaria. Y, claro, no cesará a los asistentes a la macrofiesta, apoyará la ‘omertá’ (la ley del silencio, el código de honor, para salvar a sus compadres)

Pero, claro, la responsabilidad es nuestra, los de las élites están por encima del bien y del mal.

Y lo que es más grave, ayer, Pedro Sánchez estuvo ausente en el congreso, en la discusión y aprobación del estado de alarma. Dejó la responsabilidad de la defensa al ministro de sanidad. Y esto es imperdonable. Una medida tan grave, que afecta a derechos fundamentales, y no la defendió Sánchez; pues, claro, no quiere quemar su imagen, el narcisista Sánchez, vela por su imagen de Peter Pan. Que diferencia con Macron, tendría que aprender, si es que puede y tiene capacidad para eso, cosa que ya dudo, pues oportunidades ha tenido muchas, y las ha desperdiciado.

Por eso estamos frustrados y deprimidos, pues con estos gestores mejor no ir a ningún lado.

Debemos independizarnos, y buscar líderes nuevos, pues los actuales, por jóvenes que sean, ya son viejos; aunque estén en la cuarentena, mentalmente ya forman parte de la generación ‘tapón’, que, según Josep Sala i Cullell, es de los 57 a 77 años.

Necesitamos verdaderos responsables, que atiendan estrictamente a la urgencia, y que no hagan política, como el que vetó al científico Oriol Mitjà, como él mismo dice en su tuit:

‘Muy triste después que he corroborado que alguien ha vetado mi participación en la reunión de expertos Covid con el Gobierno, este principio de semana.

¿Quién debe haber sido?

Puede ser alguien que no responde con palabras y honestidad, si no con medidas vejatorias y maquiavélicas’

Quiero aclarar que es muy diferente estar vetado o no ser invitado (obviamente nadie es imprescindible).

En mi caso, recibí la invitación para participar y después me vetaron. No sé quién.

Denuncio estas malas artes que hemos de erradicar de nuestro país’

(29 oct,)

Todos sabemos que los dos partidos independentistas que forman el actual gobierno de la Generalitat, ya están en plena campaña electoral.

Y es triste ver que esto afecta a temas tan importantes, ya que vetar a Mitjà, es una medida rastrera que ERC debería replantearse, si quiere mostrar que realmente la salud está por encima de todo.

Por eso, necesitamos la república catalana, y, después, ya nos quitaremos de encima todos los tapones que tenemos.

Amadeo Palliser Cifuentes

amadeopalliser@gmail.com