Buscar

La gallina de los huevos de oro

Amadeo Palliser Cifuentes
amadeopalliser@gmail.com

El lema de la UE es ‘Unidos en la diversidad’, basándose en la idea latina ‘In varietate concordia’, si bien, olvidando esos principios fundacionales, la experiencia nos ha demostrado, en infinidad de ocasiones que, en realidad, es un mercadeo de los estados miembros, que intentan imponer sus ‘necesidades’ particulares por encima del interés general de la Unión. Y, en este momento de crisis, provocada por el sheriff mundial, Donald Trump, todos los cimientos se están resquebrajando, como intento explicar en este escrito.

Incluso el himno de la UE, ‘Canto a la alegría’, tema musical principal del último movimiento de las Novena Sinfonía de Ludwig van Beethoven, sobre un texto homónimo de 1785, de Friedrich Schiller, hace referencia a la unidad, ‘una en la diversidad, con aumento de la paz (…) para que siempre reine en Europa, la fe y la justicia al compás, en la libertad del pueblo, en un país mejor (…)’

La UE, constituida sobre la preexistente Comunidad Económica Europea, ha constituido un mercado único basado en las cuatro libertades de la Unión: libertad de movimiento de las personas, de los bienes, de los servicios y del capital; mediante políticas comunes: comercial, política, agrícola y pesquera. Pero, como sabemos, no ha consolidado una política exterior común, ya que los diferentes estados no han querido ceder totalmente sus privilegios en ese ámbito.

Y hemos visto que, en realidad, la complejidad burocrática (la UE tenía, a finales del 2024, alrededor de 60.000 funcionarios), no ha comportado una disminución de los funcionarios de los respectivos estados, ya que, por ejemplo, en España, a final de año pasado había 2.968.55 trabajadores públicos, la cifra más elevada de la serie histórica que de se contabiliza desde 2002.

Y esa burocracia de la UE más la estatal, obviamente, alejan a la ciudadanía, que ve complicarse todas sus actividades por controles repetidos y obsoletos.

La consecuencia directa es una percepción de unos políticos europeos, burocratizados, y con grandes presiones de los diferentes lobbies; y, dadas las condiciones particulares de los diferentes países, y sus respectivas medidas adoptadas respecto a la inmigración, por ejemplo, van haciendo girar la política hacia la derecha y extrema derecha, como vamos viendo. Y ahora, con el emperador Trump y sus siete magníficos supermillonarios, todo irá a peor.

Y esa perspectiva, multiplicará el distanciamiento de dichos políticos, de cada vez más endiosados y ajenos a sus votantes.

En esta situación, los únicos beneficiados, son las grandes empresas, gracias a sus engrasados contactos con la élite funcionarial europea y, apoyados por los respectivos políticos estatales (sometidos y chantajeados, o ‘deseosos de agradar, pensando en las futuras puertas giratorias, según los casos)

Un claro ejemplo ahora es la anunciada inversión, por parte de la UE, de 200.000 millones de euros en inteligencia artificial; así como los más que previstos incrementos en armamento y ejércitos.

Me parece obvio que el futuro no puede ni debe pasar por ir incrementando exponencialmente el gasto en armamentos, con grandes beneficios de esos lobbies, estatales y, especialmente americanos.

Y vistas las perspectivas impuestas por Trump, me parece que deberíamos ir en sentido contrario: deberían anularse los ejércitos estatales, reduciéndolos a la mínima expresión casi testimonial; dejar de participar en la OTAN (dominada por los EUA), y establecer un  ejército de la ONU, no solo en cuanto hace referencia a los cascos azules con funciones de intervención y mediación; si no que pueda disponer de un mini ejército, paralelo, para actuar, como tal, de forma activa, en los conflictos que la propia ONU defina como necesario intervenir. Claro que, para ello, en primer lugar, debería redefinirse la propia ONU, y eliminar la existencia de los vetos, así como la supresión del propio consejo de seguridad, como existe en la actualidad. Una UTOPÍA.

Tanto en la ONU como en la UE debería primar la verdadera democracia; para evitar situaciones graves, como el no reconocimiento del catalán. No puede ser que, existiendo 24 lenguas reconocidas en la UE, el catalán, lengua potencial de más de 10 millones de hablantes, no esté reconocida. Es inconcebible que su reconocimiento deba ser aprobado por unanimidad por parte de los estados miembros. Eso es una majadería. ¿Por qué Polonia, Hungría, Malta, etc., tienen derecho a vetarnos?, esto es antidemocrático. Es como si todos los estados pudieran vetar gobiernos estatales, como si nosotros pudiéramos vetar un posible gobierno elegido democráticamente en Malta. Las lenguas son formas de expresión, de comunicación, y vetarlas es un sinsentido.

Pero, como dice el refrán, ‘a rio revuelto, ganancia de pescadores’, y esos pescadores, como he dicho, son las grandes empresas, grandes organizaciones multinacionales, que han actuado como el labrador en la siguiente fábula de Esopo (s. VII a. C.), que ya cité en mi escrito de ayer, trasladando otra de sus fábulas.

Otros que intentan beneficiarse, son determinados políticos estatales, que ‘trabajan’ para procurar su futuro, alargando su carrera en la UE, convertido en un cementerio de elefantes, como el senado español.

Así, las grandes empresas y esos miserables políticos actúan, como digo, aplicando la ‘estrategia’ de la fábula de:

‘La gallina de los huevos de oro

Érase un labrador tan pobre, tan pobre, que ni siquiera poseía una vaca.

Era el más pobre de la aldea. Y resulta que un día, trabajando en el campo y lamentándose de su suerte, apareció un enanito que le dijo:

Buen hombre, he oído tus lamentaciones y voy a hacer que tu fortuna cambie. Toma esta gallina; es tan maravillosa, que todos los días pone un huevo de oro.

El enanito desapareció sin más ni más y el labrador llevó la gallina a su corral.

Al día siguiente, ¡oh sorpresa!, encontró un huevo de oro. Lo puso en una cestita y se fue con ella a la ciudad, donde vendió el huevo por un alto precio. Al día siguiente, loco de alegría, encontró otro huevo de oro.

¡Por fin la fortuna había entrado en su casa! Todos los días tenía un nuevo huevo de oro.

Fue así que, poco a poco, con el producto de la venta de los huevos, fue convirtiéndose en el hombre más rico de la comarca.

Sin embargo, una insensata avaricia hizo presa en su corazón y pensó: ¿por qué esperar a que cada día la gallina ponga un huevo? Mejor la mato y descubriré la mina de oro que lleva dentro.

Y así lo hizo, pero en el interior de la gallina no encontró ninguna mina.

Es decir, la avidez de esas grandes empresas y políticos, han llevado a la UE al lugar de irrelevancia que tiene en la actualidad, respecto a los EUA y China. Y esa codicia nos ha llevado a la actual situación, peligrosa en extremo, pues estaremos sometidos a las decisiones de los mencionados poderes ajenos.

Qué diferente hubiera resultado la situación actual, si la UE estuviera compuesta por estadistas democráticos, con ideas claras. Pero no, la mediocridad de los políticos, sometidos a los lobbies, ha acabado por matar a la teórica gallina de los huevos de oro, que hubiera podido ser la UE; sólo ha bastado el contratiempo de un sheriff para ddemostrar que esas instituciones son gigantes con pies de barro.

Es cierto que, si recordamos a san Mateo 25:14-29, explica el reconocimiento de los emprendedores (el siervo que invierte y lo devuelve junto a las ganancias), respecto a los timoratos (el siervo que entierra el dinero que le han dejado, por miedo a perderlo y ser castigado)

Pero es evidente que incluso en esa parábola, se alecciona y premia al emprendedor justo y ético, no a los mercaderes que dominan hoy los diferentes mercados, que sólo buscan su propio y exclusivo beneficio, aunque, con ello, deban saltarse todas las reglas éticas y morales.

En definitiva, que deberíamos pedir explicaciones y condenar a los políticos que han llevado a la irrelevancia a la UE y que, encima, propugnan un ejercito para defender las ruinas que todavía permanecen. Han matado a la gallina, y no han encontrado la mina; y eso deben purgarlo; ya que han matado las ilusiones de mayor democracia, respeto a las personas, propias e inmigrantes, han olvidado la cultura, etc. Y todo esto es imperdonable.