Ayer (14/5) la Guardia civil celebró su 176 aniversario del cuerpo, si bien, según se indica en Wikipedia, este instituto armado de naturaleza militar, fue creado el 28 de marzo de 1844 y reformado el 13 de mayo de ese mismo año, por Francisco Javier Girón y Ezpeleta, II duque de Ahumada, siendo el cuerpo policial más antiguo de España, conocido popularmente como la Benemérita.
La Constitución de 1978, en su artículo 104, le fija la misión primordial de proteger el libre ejercicio de los derechos y libertades de los españoles y garantizar la seguridad ciudadana, para lo cuál cuenta con el mayor número de España, con competencias en todos los ámbitos, excepto en el tráfico, en el País Vasco, Navarra y Catalunya.
Pero la historia nos ha demostrado que esos objetivos democráticos de “proteger el libre ejercicio de los derechos y libertades …”, son una misión utópica, ya que su lema “todo por la patria”, nos atemoriza a muchos.
Ese lema, cuyo origen se remonta a la guerra de la independencia, contra el ejército de Napoleón, en los años 1080-1814, fue promovido oficialmente por el general franquista Germán Gil Yuste en 1973; y figura, todavía hoy día, en muchos de sus cuarteles, a pesar de que han habido ciertas peticiones para su retirada, incluso algunas tímidas desde dentro del propio cuerpo.
En esa línea, es preciso recordar la petición oficial, presentada por el Senador del Euskal Herria Bildu (EH Bildu), Jon Iñarritu García, designado por el Parlamento Vasco, del Grupo Parlamentario Mixto, registrada en el Senado el 18/09/2018, que expuso:
“En numerosos cuarteles, puestos y edificios de la Guardia Civil es visible, a día de hoy, el lema franquista: “Todo por la patria”.
Por ello, deseo conocer:
1. ¿En qué edificios de la Guardia Civil sigue estando presente este lema? (Por municipios y edificio)
2. ¿Estima el Gobierno eliminar este tema franquista? “
El 5/12/18, el gobierno efectuó la siguiente respuesta (registro de entrada en el Senado, 136680)
“De conformidad con el Real Decreto 2945/1983, de 9 de noviembre, por el que se aprueban las Reales Ordenanzas del Ejército de Tierra y Orden de Presidencia 1983/2012, de 14 de septiembre, por la que se declaran de aplicación a la Guardia Civil diversas normas del ordenamiento militar sobre mando, disciplina y régimen interior, dicho lema debe figurar en todos los acuartelamientos de la Guardia Civil.
Se trata de una expresión abreviada de la Jura o Promesa con ocasión del Acto de Jura de Bandera por parte de los militares y enlaza con la esencia del servicio a la comunidad que desde su fundación es la razón última de ser de la Guardia Civil. Por ello, el Gobierno no se ha planteado su eliminación ni su modificación”.
Es importante destacar que esta respuesta fue efectuada por el primer gobierno de Pedro Sánchez, con Fernando Grande-Marlaska como ministro de Interior.
Y ese es el peligro, que el TODO, esté por encima de la democracia, como también lo manifestó Carlos Lesmes, presidente del Tribunal Supremo (TS) y del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) que, en setiembre del 2017, en el acto de apertura del año judicial, ante el rey, manifestó que la ley y la unidad de España son un mandato jurídico directo, como fija el artículo 2 de la Constitución, y que al margen de la ley no hay democracia, solo espejismos y, en definitiva, frustración (…) y ha llamado a obedecer la ley, tan solo a la ley, porque es el único cauce admisible para proteger la libertad en una verdadera democracia (…) es inconcebible una sociedad al margen o por encima de la ley” (Poder Judicial España).
Está claro que hemos conocido leyes antidemocráticas (como en el régimen franquista), pero nunca democracias ilegales, y tal como señaló Jesús Soriano Camacho: “La independencia de uno de sus territorios sí es ilegal, pero esta ilegalidad queda superada por el derecho a decidir de un pueblo, que puede establecer un nuevo estatus respecto de España, creando su propia Constitución y sus propias leyes. Apelar a la ley no resolverá el conflicto” (La Vanguardia 31/5/2017), y en ese mismo sentido se manifestaron diferentes catedráticos y especialistas de derecho, así como la asociación progresista de jueces para la democracia; pero, a pesar de esas argumentaciones, y como sabemos por el juicio a nuestros representantes políticos y sociales, prevaleció la interpretación más restrictiva y carpetovetónica de la ley.
Y volviendo con la guardia civil, ese TODO, tampoco tiene límites, como hemos visto recientemente:
· en setiembre del año pasado, mediante una macrooperación, detuvieron a 9 “violentos” miembros de los CDR (comités de defensa de a República) y encontraron precursores de explosivos, cuando en realidad se trataba de productos caseros como lejía, etc.; y tras la perceptiva detención y juicio, quedaron libres, a pesar de la “certeza y la capacidad letal” que estimó la guardia civil.
· o, también, los muchos ejemplos de declaraciones como las del teniente coronel Daniel Baena (“Tácito” en su perfil de twitter), o el ascendido a general, Diego Pérez de los Cobos, coordinador del mando único de las fuerzas de seguridad para evitar el referéndum del 1 de Octubre en Catalunya, así como de los numerosos números de la guardia civil que comparecieron a petición de la fiscalía; y todos ellos con sus lastimeras declaraciones durante el juicio, manifestando su temor ante “nuestras miradas de odio; no habían padecido tanto temor, ni en los tiempos más duros de la ETA”.
· el discurso del jefe de la guardia civil, general Pedro Garrido (10/10/2019): “han sido las intervenciones realizadas en defensa del orden constitucional, en el sentido más estricto y literal de la palabra (…) y esa brillante actuación nos enfrenta a todos a la realidad de que las pretendidas sonrisas revolucionarias se convierten con más facilidad de la que cabe pensar o desear, en tan solo el rictus que disimula el odio y a mezquindad capaz de crear destrucción, dolor y sufrimiento bajo la justificación de la defensa de una causa que la ley no contempla (y refiriéndose a la inminente sentencia, señaló) que bajo la dirección de jueces, tribunales y ministerio fiscal se pondrá en valor la investigación de la guardia civil sobre las actuaciones criminales supuestamente cometidas por personas relevantes de las instituciones autonómicas. (y contestando a la aseveración de Jordi Cuixart (líder de Ómnium) en el juicio, de que “lo volveremos a hacer” señaló que) nos mantenemos firmes con nuestro compromiso con España (…) y tal como lo demostramos, cada vez que sea necesario, lo volveremos a hacer, porque tenemos la plena convicción de que la sociedad a la que servimos entiende que no hay seguridad ni libertad fuera del marco de la ley” (El Independiente, 10/10/2019).
· el discurso del nuevo jefe del JEMAD, el general Miguel Ángel Villarroya, el 17/1/2020, manifestando que las fuerzas armadas tienen que defender la soberanía e integridad de España (El Periódico de Catalunya).
· o, el reciente discurso del citado Pedro Garrido, anteayer, en el 176 aniversario del instituto armado, alardeando de su contribución para que los presos políticos fueran condenados y, también, de haber puesto en manos de la justicia los que planeaban recurrir al terrorismo para imponer sus delirios independentistas” (El Nacional, 14/5/2020).
· Etc.
En definitiva, que está claro que tienen totalmente claro el viejo dilema entre la libertad y la ley y, por lo tanto, desgraciadamente, ese TODO, es TODO.
Evidentemente, esta institución ha efectuado verdaderos servicios contra el tráfico de drogas, el terrorismo internacional, etc., con los comprensibles errores humanos, por eso no es mi intención, ni mucho menos, menospreciar ese cuerpo, por lo que no comparto el vulgar lema sustitutorio del “todo por la tapia”. Y sé que sus directrices debe marcarlas el gobierno del estado. Pero también tenemos ejemplos de manipulaciones dolorosas, como:
· el caso del GAL (Grupo antiterrorista de liberación), que apenas comportó mínimas penas, ya que el ministro de interior, José Barrionuevo, declarado culpable de diversos delitos como responsable de la guerra sucia contra ETA, entre otras cosas, por el secuestro del ciudadano hispano-francés, Segundo Marey, por lo que fue condenado a diez años de prisión, rápidamente indultado de forma parcial, y su condena fue reducida a un tercio, consiguiendo, de inmediato el tercer grado penitenciario que le eximió de pernoctar en prisión. Y, obviamente, según el conocimiento generalizado, por no desvelar el “Número 1”, el responsable máximo de esa organización.
· la Ley orgánica 4/2015, de protección de la seguridad ciudadana), conocida popularmente por “ley mordaza”, que tanto Pedro Sánchez como Pablo Iglesias se comprometieron en derogar, pero vemos que en lugar de ello, la utilizan para “controlar” el estado de alarma.
· el currículo del actual ministro de interior, el citado Grande-Marlasca que, como juez, instruyó las causas contra miembros de ETA (con sospechas de torturas a los detenidos bajo su custodia), contra Arnaldo Otegui, el caso del Fórum Filatélico, el caso del accidente del avión Iak-42, en Turquía, que provocó la muerte de 62 militares, y el juez consideró que fue debido a la impericia de los pilotos y a la compañía aérea, por lo que eximió de toda responsabilidad al ministerio de defensa; los juicios por injurias a la corona, contra artistas gráficos del semanario El Jueves; su defensa a Concepción Espejel, apartada en el juicio del caso Gürtel, contra el PP, por lo que la asociación progresista de jueces para la democracia, solicitó su cese en el 2016, como vocal del consejo general del poder judicial; etc.
Como sabemos, la historia nos muestra que esta institución armada en muchas ocasiones ha efectuado una interpretación ‘sui géneris’ de la misión que le fija la constitución que, como he señalado, debería ser la de “proteger el libre ejercicio de los derechos y libertades de los españoles”.
Pero, todos tranquilos, que los “grandes pensadores” del estado, como Mariano Rajoy, José Luís Rodríguez Zapatero, Felipe González, José Mª Aznar y, ahora, Alberto Rivera forman parte del Thinking Heads, la principal agencia de conferenciantes de España, y nos aportaran su conocimiento e ideas para la reconstrucción de España.
Amadeo Palliser Cifuentes