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La inconcebible burocracia del siglo XXI

Amadeo Palliser Cifuentes
amadeopalliser@gmail.com

Estos días vemos vergonzantes ejemplos, como el de Kilmar Ábrego García, ciudadano salvadoreño y casado con una ciudadana de los EUA, residente en Maryland y deportado por error administrativo a El Salvador, o el de la niña Sulehya, finalmente inscrita en el registro civil de Blanes, tras tres años de ‘no existir legalmente’; y esta ‘buRRocracia’ es el tema del presente escrito.

En cuanto hace referencia al primer ejemplo mencionado, es inconcebible que, tras la entrevista de este lunes, con Donald Trump, el presidente salvadoreño, Nayik Bukele comentase que ‘no tengo pensado devolver al hombre deportado por error a El Salvador, todo y que podría liberarlo de la prisión de alta seguridad, pero no tengo el poder para devolverlo, no puedo enviar un terrorista a los EUA’.

A pesar de que la Corte Suprema ha dictaminado que los EUA deben ‘facilitar’ el regreso de Kilmar Ábrego, funcionarios de la Casa Blanca han argumentado que depende de El Salvador hacerlo o no. Y, al consultarle directamente a Bukele, contestó que la devolución le parece ‘absurda, espero que no esté sugiriendo que meta a un terrorista de contrabando en EUA, ¿cómo voy a introducir a un terrorista de contrabando en EUA, por supuesto que no voy a hacerlo, la pregunta es absurda, a mi gobierno no le gusta liberar a terroristas, ¿quiere que volvamos a liberar criminales para que volvamos a ser la capital mundial del asesinato?

El secretario general adjunto de la Casa Blanca, Stephen Miller, señaló que Ábrego es ciudadano de El Salvador, y que ‘era muy arrogante, por parte de algunos medios de comunicación estadounidenses, decirle a El Salvador cómo manejar a sus propios ciudadanos’. 

Asimismo, la administración Trump, afirmó, a posteriori, que Ábrego era miembro de la banda MS-13, si bien sus abogados negaron esa afirmación.

Y la secretaria de justicia de los EUA, Pam Bondi, dijo que ‘si El Salvador decidiera devolver a Ábrego, deportado por error a la megacárcel del país, EUA proporcionaría un avión, como ordenó la Corte Suprema sobre este tema (…) pero habría que hacer papeleo adicional, eso depende de El Salvador, si quieren devolverlo. No depende de nosotros. La Corte Suprema dictaminó que si El Salvador quiere devolverlo …. Nosotros lo facilitaríamos, es decir, enviaríamos un avión’

(fuente: CNN y elnacional.cat)

Con relación al segundo ejemplo, es preciso señalar que Sulehya nació hace tres años en una ambulancia, en la carretera C-32, de camino al hospital de Calella. Pero, legalmente, no ha existido hasta ahora, ya que, al nacer, nadie de la ambulancia apuntó el kilómetro exacto en el que nació, y, por lo tanto, la niña no podía inscribirse en ningún municipio.

Cecilia, la madre de la niña, critica que en ese momento no se le ofreció ninguna solución: ‘cuando fui al registro civil para registrar a la niña, me dijeron que con este papel no la podía registrar, porque había de indicar el municipio exacto’. 

Este viernes (11/04), después de un largo periplo, finalmente sus padres pudieron poner punto final a este capítulo, y han podido inscribirla en el registro civil de Blanes.

Pero durante estos tres años han estado en un vacío legal: no han podido empadronarla, no ha podido ir al parvulario, y no ha podido tener recetas médicas, entre otros problemas, ‘hemos perdido trabajos, pagas, y los medicamentos los hemos tenido que pagar nosotros’.

(…) gracias a los trabajadores sociales del ayuntamiento de Blanes, han podido resolver la situación y han conseguido que el hospital de Calella modifique un documento para hacer constar que la niña nació en esta población (…), pero antes, un médico forense deberá certificar que la niña tiene 3 años’.

(www.3cat.cat

Efectivamente, estas situaciones son kafkianas, absurdas y carentes de toda lógica, como las sucedidas en obras de Franz Kafka (1883 – 1924): La metamorfosis (1912), El proceso (1914) o El castillo (1922), pues reflejan, respectivamente, las sensaciones de un ciudadano convertido en insecto; el arresto, investigación y juicio de un trabajador de banca sin conocer el motivo y el vapuleo del sistema; o las vicisitudes de un agrimensor para acceder al castillo y contactar con el señor que le contrató.

Sobre la burocracia, me parece ilustrativo reproducir el primero de los ‘Cuentos del Carajo’, de Eduardo Hugues Galeano (1940 – 2015):

La burocracia 1

En tiempos de la dictadura militar, a mediados de 1973, un preso político uruguayo, Juan José Noueched, sufrió una sanción de cinco días: cinco días sin visita ni recreo, cinco días sin nada, por violación del reglamento. Desde el punto de vista del capitán que le aplicó la sanción, el reglamento no dejaba lugar a dudas. El reglamento establecía, claramente, que los presos debían caminar en fila y con ambas manos en la espalda. Noueched había sido castigado por poner una sola mano en la espalda.

Noueched era manco.

Había caído preso en dos etapas. Primero había caído su brazo. Después, él. El brazo cayó en Montevideo. Noueched venía escapando a todo correr cuando el policía que lo perseguía alcanó a pegarle un manotón, le gritó: ¡dese preso! Y se quedó con el brazo en la mano. El resto de Noueched cayó un año y medio después, en Paysandú.

En la cárcel, Noueched quiso recuperar su brazo perdido:

Haga una solicitud, le dijeron.

Él explicó que no tenía lápiz:

Haga una solicitud de lápiz, le dijeron.

Entonces tuvo lápiz, pero no tenía papel:

Haga una solicitud de papel, le dijeron.

Cuando por fin tuvo lápiz y papel, formuló su solicitud de brazo. Al tiempo le contestaron que no, que no se podía: el brazo estaba en otro expediente. A él lo había procesado la justicia militar. Al brazo, la justicia civil.

Los diferentes cuentos de Galeano tienen su punto crítico, pues, en el número dos:

‘(…) un preso, cuya cabeza estaba, como todas, rapada a cero, fue castigado por entrar despeinado al comedor. Otro, por sacar la cabeza por debajo de la puerta, aunque bajo la puerta había un milímetro de luz (…)’

Pero esas situaciones, no quedan muy alejadas de los dos ejemplos reales expuestos al principio de este escrito.

Es verdad que los sujetos mediocres se escudan en los protocolos, los ceremoniales y los hábitos, sin cuestionárselos, ya que así mantienen su nivel de confort, como he podido comprobar en infinidad de ocasiones a lo largo de mi vida laboral.

Por eso, es habitual oír que ‘más que inteligencia artificial, es necesaria la inteligencia natural’.

Ahora bien, me parece grave que con la progresiva introducción de la inteligencia artificial (IA), esos problemas ‘burocráticos’, a mi modo de ver, no desaparecerán, más bien se multiplicarán, pues la IA se basa en la programación de múltiples casos conocidos, iguales o similares, a los que da una solución; pero, cuando aparece una situación totalmente nueva, la IA no sabe que hacer, ya que no está programada para aplicar un tipo de inteligencia líquida, difusa, como sí que hacemos los humanos, pues, en determinados casos, incluso podemos saltarnos las normas.

Pero, como vemos en los ejemplos mencionados, ha escaseado la inteligencia natural; y así, esas personas mediocres ocupan cargos ‘relevantes’, tanto en los EUA, El Salvador, Catalunya, etc., que inciden en la vida de las personas a las que, teóricamente, deberían servir.

Y desgraciadamente, como comunidad, no tenemos solución, pues hoy se ha sabido que la OTAN ha comprado un sistema militar basado en la inteligencia artificial de Palantir Technologies, Inc., empresa de Peter Andreas Thiel, el directivo que inició el giro de Silicon Valley a la derecha, tiene buenas conexiones en el Pentágono, y es el mentor del vicepresidente de loa EUA, James David Vance.

Pues, esa es una muestra más, de la imposición de los EUA, ya que Palantir, en función de sus diferentes programas: Palantir Gotha (antiterrorista) Palantir information warfare monitor (antifraude y anticiberataques), el Palantir Metropolis (control de fondos de inversión y empresas financieras), etc., controlará todo lo que les plazca.

Hace unas semanas, desde las amenazas de Trump, y la ‘necesidad’ de armarse la UE, se comentó que, actualmente, los aviones militares de la UE, no pueden despegar si no tienen la conformidad de los EUA; por lo visto, en su programa hay ese tipo de restricciones, y no sabemos qué otras hay.

Y que, en este momento, Trump imponga que la OTAN compre más programas, como los citados, para seguir teniéndonos sometidos y controlados, a mi modo de ver, es la prueba del nueve, de que no tenemos estadistas; tenemos a burócratas mediocres, mentirosos y serviles, que se muestran fuertes con los débiles (como en los casos señalados) y suaves con los poderosos, como vemos, de forma especial, por el tristemente penoso Mark Rutte, secretario general de la OTAN.

Así, Trump impone los aranceles que le rotan y, encima, impone la compra de aparatos espías y, para colmo de los colmos, nos castiga e insulta por ‘ir despeinados, aunque vayamos al cero’, como en el mencionado cuento de Galeano.

Y de esa mediocridad, con su correspondiente buRRocracia, nadie nos librará, pues irá en aumento, ese será nuestro futuro y el de nuestros hijos y nietos.