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La industria minera sigue un modelo extractivista, no atiende la preocupación de las comunidades y debe mejorar su imagen social

Liz Ileana Rodríguez Gámez, profesora-investigadora de El Colegio de Sonora, dio conferencia en el laboratorio de ideas; «nacionalización» es un mal término para referirse al litio

La industria minera en México se mantiene con una visión de mercado de corte extractivista y problemas por los impactos ambientales, pese a los benéficos impactos sociales que llega a tener, lo cual hace necesario que profundice su responsabilidad social corporativa mediante una comunicación amplia, fluida y transparente con las comunidades, dentro del marco del Estado postneoliberal en el que estamos, dijo Liz Ileana Rodríguez Gámez, profesora-investigadora de El Colegio de Sonora.

En su conferencia «La industria minera en México: su imagen, impacto y visión a futuro», correspondiente a la sesión de abril del laboratorio de ideas que organiza El Colegio Mexiquense, la especialista advirtió de que «nacionalización» es un «mal término» para referirse a la reciente reforma a la Ley Minera respecto del litio, que no es el «oro blanco» que se supone, debido al nivel de las reservas prospectadas, la falta de exploración y a que el país solo tiene 1% de las reservas probadas en el mundo.

Luego del mensaje de bienvenida del presidente de El Colegio Mexiquense, César Camacho, quien se refirió a la importancia histórica y actual de la minería, la expositora dijo que el actual en México es un Estado postneoliberal, que no ha abandonado la relevancia del mercado y, antes al contrario, con la desaparición de los fideicomisos, se cancelaron beneficios que las comunidades mineras recibían.

La minería es una actividad muy importante para el país, cuya relevancia mundial va en aumento, pero en México ha crecido la incertidumbre para la inversión, porque buena parte es extranjera y más de 50% de los proyectos postergados son de empresas de otros países, puntualizó.

En 2020, la minería representaba 8.3% del PIB industrial y 2.3% del PIB nacional, con más de 350 mil empleos directos y estables, y profesionistas con buenos salarios, pero la renta minera que cobra México significa apenas 0.2% del PIB, que es baja comparada con Australia (2.9%), pero ligeramente mayor que la de EU y Canadá, que es prácticamente de 0%.

Rodríguez Gámez presentó información sobre la importancia de Sonora como el primer productor minero nacional, habló de la explotación del cobre por el Grupo México en Cananea y Nacozari, que representa casi 80% de la producción nacional, y detalló la importancia de ese estado como primer productor de oro, cuarto en plata, primero en wollastonita y quinto en fierro.

Parte central de su exposición fue el modelo de investigación en el que trabaja y la documentada referencia a algunos casos de accidentes -Pasta de Conchos, Coahuila, y el derrame de lixiviados en afluentes del Río Sonora-, en el contexto de una visión de mercado que prevalece, pese a las problemáticas por los impactos ambientales.

Habló de la responsabilidad social corporativa en la busca de equilibrar visiones encontradas entre comunidades y grupos de interés, para atender la idea negativa de la actividad minera y traducirla a positiva, haciendo que las comunidades estén a favor de la industria y de las tarea de exploración y explotación que se realizan en los territorios.

Rodríguez Gámez dijo que el objetivo de su modelo es indagar la imagen que tiene la población de esa zona de Sonora respecto de la minería y acciones de responsabilidad social corporativa con una visión de desarrollo sustentable para una actividad extractiva, bajo el escrutinio de la sociedad.

José Antonio Cabrera Pereyra, profesor-investigador de El Colegio Mexiquense, hizo los comentarios y, a la par de agradecer a la conferenciante, coincidió en que hoy, no hay ruptura con el proceso extractivista y la posición de México en la economía de América del Norte, pues se hay continuidad dentro de los ejes del TLCAN y el TMEC, a la vez que pidió no echar en balde las experiencias y dejar de privilegiar el enfoque económico para dar paso al beneficio social de la minería.