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La lingua ignota (lengua desconocida)

Amadeo Palliser Cifuentes
amadeopalliser@gmail.com

‘La lingua ignota es una lengua artificial inventada por la monja, científica y escritora Hildegarda de Birgen (Hildegard von Bingen, 1098 – 1179). De Bingen es la única persona de la que perduran hoy escritos usando esa lengua.

Ella la describió, utilizó un alfabeto también inventado, de 23 letras, invento su gramática, la sintaxis, y contiene unas mil palabras, de las que hizo un glosario en latín, con sinónimos también en alemán. La utilizaba como lengua mística, la que tendrían los ángeles, y podía intercalar palabras de lingua ignota en sus escritos, consiguiendo un efecto global enigmático.

Es una de las primeras lenguas artificiales de la historia, y es por eso que Santa Hildegarda de Bingen (la Sibila del Rin) es considerada patrona de los esperantistas’.

(fuente: Wikipedia)

Me ha parecido interesante efectuar esta introducción para aplicarla, metafóricamente, al momento actual del conflicto entre el reino español y Catalunya; pero, claro, esa metáfora debe tomarse con todas las distancias precisas, ya que si Hildegarda buscó una lengua estética y poética, para tratar aspectos superiores, místicos; vemos que, por el contrario, los políticos, politólogos y tertulianos, utilizan un lenguaje casi críptico, para hablar sin decir nada, y para confundir al personal, diciendo blanco y negro simultáneamente.

Y a esa complejidad debemos añadir la dificultad debida a la falta de un criterio ético, moral y uniforme en el tiempo. Un ejemplo en este sentido, lo vemos en los discursos crispados de los socialistas, como Salvador Illa, pidiendo hoy en el Parlament, una crítica unánime contra las manifestaciones que efectúan la derecha y la extrema derecha delante de las sedes del PSOE, especialmente en Madrid. Y, entre otros argumentos, ha dicho que hay líneas rojas de la democracia, que no se pueden saltar.

Obviamente, toda manifestación y toda libertad de expresión pacíficas deben ser respetadas, aunque nos disgusten; o, mejor dicho, más, si cabe, si nos disgustan, como es el caso, que se manifiestan contra de la amnistía y ‘para salvar España’.

También es cierto, que las manifestaciones de estos días en Madrid, con presencia de ultraderechistas, con gritos y con una estética nazis y franquistas, no son pacíficas. Y, según la prensa, la policía hizo unas detenciones.

Pues bien, sobre este tema, y si bien, en principio, estoy parcialmente de acuerdo con el citado Salvador Illa (PSC/PSOE), me surgen varias preguntas:

Esas manifestaciones saltan unas líneas rojas de la democracia y ¿la actuación del estado español el 1 de octubre del 2017, cuando votamos nuestro referéndum, no se saltó esas líneas, secundadas por el propio Illa?

Ahora critica a la derecha y la extrema derecha, por manifestarse contra su partido, el PSOE, pero el 2017 y hasta ahora, Salvador Illa y todo su partido han ido del brazo con esa derecha y extrema derecha, prescindiendo de la ideología franquista de ambos, ¿lo único que les interesa es que apoyen su postura?

Es comprensible que las personas y partidos políticos evolucionen y cambien de opiniones; ¿pero, es ético cambiar por la necesidad de votos para seguir gobernando?, ¿es moral hacer un giro tan radical y pretender que la sociedad lo asuma sin más, como han hecho la ejecutiva y toda la corte celestial del PSOE?, y éstos, claro, lo han hecho sumisamente (la nómina y las prebendas son lo primero), al toque de corneta de Pedro Sánchez, que cayó del caballo y vio que ahora es preciso ‘hacer de la necesidad virtud’.

¿Es proporcional la actuación policial, que en Madrid hiciera algunas detenciones, y el 1 de octubre del 2017, o en muchas manifestaciones pacíficas desde entonces, por ejemplo, en la que efectuamos diariamente en la avenida Meridiana de Barcelona, efectuasen muchas identificaciones, con consecuencias penales posteriores (multas o juicios)?

¿Salvador Illa y su partido, el PSOE, promoverán que la fiscalía actúe, como actuó contra los independentistas catalanes?

Etc.

Todas estas preguntas, y otras, deberían replanteárselas Salvador Illa y su jefe, Pedro Sánchez, pues, en caso contrario, es más de lo mismo, utilizar un lenguaje impostado, para seguir engañando a la ciudadanía, especialmente a los que no siguen el día a día de la política, y se limitan a cuatro titulares.

Así, mientras sigan utilizando ese tipo de lenguaje, esa ‘lingua ignota’ de baja estrofa, lo que conseguirán es un aburrimiento de la ciudadanía en general.

Y claro, si tradicionalmente el PSOE siempre ha montado sus campañas electorales con el lema, ‘si tu no vas (votas) ellos vuelven’, y así hasta las recientes del pasado 23 de julio; y ahora, todos los medios de comunicación están hablando de un riesgo de golpe de estado, de rumores en los cuarteles, potenciados por la extrema derecha (Vox), y eso al PSOE le interesa, que ese temor cale en la ciudadanía, presentándose Pedro Sánchez como el ‘mesías’ salvador de la democracia.

Y ese burdo mensaje, esa trampa demagógica, abonada por el PSOE, fue asumida por ERC, y así le fue, que decenas de miles de sus votantes, pasaron a votar al PSC/PSOE, pues muchos pensaron, que, era mejor votar al original, que no a un sucedáneo.

Pero ni así ha aprendido, y Oriol Junqueras sigue con el síndrome de Estocolmo, abducido por Pedro Sánchez (un día nos enteraremos de la letra pequeña que hubo para conseguir los indultos).

En esa línea, Vicenç Villatoro, en su artículo ‘Antes el horror que el tedio’ comenta que:

‘(…) según George Steiner, en su obra ‘En el castillo de Barba azul’, señalaba la importancia del término ‘ennui’, en la literatura europea del siglo XIX; un término que se puede traducir por un aburrimiento trascendente y profundo: el tedio. Y Villatoro, recuerda que, en muchas obras literarias, hay un rumor de fondo, que es la que destaca George Steiner: que vengan los cosacos, los piratas, los aventureros y rompan esta monotonía aburrida de balneario. Que vengan los bárbaros, aún que hayan de destruirlo todo, porque acabarán con este tedio pacífico y de bienestar, pero insoportablemente previsible.

(…) pero si llamas al horror, el horror arriba. Si cree que lo deseas, acaba viniendo. A partir de la carnicería enorme de la guerra del 1914, Europa entra en una primera mitad del siglo XX donde el horror campa por el mundo y el tedio ha desaparecido absolutamente del panorama. Es el siglo del lager y del gulag, de Auschwitz y de Katyn, de Hiroshima y Nagasaki, de la playa de Argelers y del Camp de la Bota. Si llamas a los bárbaros, los bárbaros llegan. O te das cuenta de que ya están dentro tuyo y no lo sabes (…)’.      

(Elmon.cat, 7 de noviembre del 2023)

Ante este panorama, lo triste es ver que los partidos independentistas sigamos enganchados en la tela de araña que ha tejido Pedro Sánchez, para perpetuarse en el poder.

A modo de ejemplo, vemos que Oriol Junqueras (ERC) hace años que quedó enganchado en esa tela, y está a merced de la araña; por eso, está haciendo el papel de ‘El Divino impaciente’, de José María Pemán Pemartín (1897 – 1981) autor de la infumable letra de la marcha real de España, que no llegó a ser oficial, pues utilizaba metáforas bien ridículas como que ‘los yunques y las ruedas cantan al compás de la fe’ ‘juntos con ellos cantemos de pie la vida nueva y fuerte del trabajo y paz’.

(así, España, Bosnia Herzegovina, San Marino y Kosovo, son los únicos estados europeos sin letra en su himno)

La primera representación teatral de ‘El Divino impaciente’ fue en 1933, con gran éxito. En esa obra, Pemán defendió el contraataque de la iglesia católica, contra la disolución de la compañía de Jesús y el laicismo del gobierno de la II República. En abril de 1939, nada más entrar las tropas de Franco en Madrid, se programó esa obra teatral, a pesar de que por su temática y su extensión (3 horas) parece que dormía hasta a las ovejas, y, según la crítica (escasa y clandestina) consideró esa obra, como un ‘Tenorio de las beatas’, ya que gran cantidad de monjas asistieron a su representación.

En definitiva, y atendiendo a las diferentes ideas expuestas, creo que debemos ser adultos para superar el tedio y el aburrimiento que generan esos políticos con su lenguaje ignoto, y desconectar de los ‘personajes’ que nos amenazan con la trampa de que vienen los bárbaros, si los bárbaros son todos ellos, los tenemos dentro de casa, como los ‘corsarios’ (*) Salvador Illa (PSC/PSOE), Jéssica Albiach (en Comú Podem), etc., que actúan con ‘patente de corso’ de sus respectivos jefes Pedro Sánchez y Yolanda Díaz y, por lo tanto, sin pensamiento propio.

(*) piratas ‘legales’ para un estado y ‘piratas’ para sus enemigos.

Por eso, como dijo Sun Tzu (Sunzi) (544 a.C. – 496 a.C.), en su ‘Arte de la guerra’: ‘debemos escoger muy bien nuestras batallas porque no las podemos librar todas. Y hay batallas que valen la pena, hay batallas que son inútiles y hay batallas que sabemos que es mejor no meternos’; pero no podemos rehuir todas las batallas siempre, eso sería la rendición total.