Buscar

La matriz de la confusión en la política catalana.

Amadeo Palliser Cifuentes
Amadeo Palliser Cifuentes    amadeopalliser@gmail.com

Ayer pudimos ver la primera sesión de investidura para confirmar el nombramiento de Pere Aragonès (ERC) como 132 president de la Generalitat, y esta vez, que es su tercer intento, ya lo ha conseguido, este mediodía ha sido investido, pues tenía acordado un pacto con Junts y la Cup.

Yo soy bastante masoquista, y me gusta seguir esas sesiones, por lo que estoy bastante acostumbrado a oír promesas que después no se cumplen, a ver desplegar programas que tampoco se aplican. Y en parte, sólo en parte, es normal, ya que una cosa son los deseos y otra la realidad, que es cambiante, y con nuevos o diferentes retos.

Pero para mi fue el colmo de los colmos la estructura del discurso del candidato Aragonès, haciendo equilibrios entre el más puro autonomismo dentro del reino de España y, al párrafo siguiente, hacer un reto, un brindis al sol, manifestando su convicción de conseguir la amnistía de los represaliados y la realización de un referéndum de autodeterminación acordado con el estado central, durante la nueva legislatura.

Y así, repetidas veces, un párrafo para agradar a su propio partido, que ahora es pactista, y, al párrafo siguiente, intentar satisfacer a Junts y la Cup, pero, siempre, procurando no molestar demasiado al gobierno de Madrid, salvo cuatro manifestaciones simbólicas, para ‘justificar’ su independentismo delante de sus electores.

El discurso del jefe de la oposición, Salvador Illa (PSOE-PSC) también reflejó esa ambivalencia, pues mientras ofrecía colaboración y lealtad, al minuto siguiente, recordaba que la amnistía y el referéndum de autodeterminación no se efectuarían nunca, pues la constitución española marca esas líneas tojas, insalvables.

Pero, el candidato Pere Aragonès, como si oyera llover, y ofrecía y pedía diálogo sin líneas rojas. Así, delante de su clientela, se mostraba como dialogante.

Pere Aragonès, es un político joven de 38 años, con una amplia experiencia política, ya que del 2003 al 2007 fue el portavoz de la juventud de ERC, y desde 2006 es diputado en el Parlament; así como secretario de economía (2016-2018), y desde ese momento, conseller de economía y hacienda y vicepresidente; y últimamente presidente en funciones.

Pero, precisamente, esa larga y casi exclusiva experiencia partidista (y sin entrar en aspectos políticos y económicos de su familia), particularmente me ha dado siempre la impresión que, como todos los que sobreviven tantos años en un partido político, deben tener un pragmatismo acomodaticio y, en cierto modo, también adulador, ya que ese es el aceite que hace falta para prosperar en toda organización.

Y en el caso de Aragonès, ciertamente, los que le conocen, dicen que es un tecnócrata muy ordenado, organizado, disciplinado con las ideas muy claras.

No dudo de que sea así, ni mucho menos, pero, con esas características, diseñar un discurso de investidura que diga, blanco, negro y, todo lo contrario, párrafo tras párrafo, a mi, particularmente me dejó desconcertado, pues no sé que podemos esperar: más autonomismo, por descontado (justificado por la crisis del covid), pero ¿hará una mínima confrontación ‘real’ con el estado, a parte de las meramente simbólicas?

Es evidente que los partidarios de ERC, Oriol Junqueras el primero, están satisfechos, ya que tras, 81 años han alcanzado nuevamente el cargo de presidente de la Generalitat (el anterior fue Lluís Companys (123 president de la Generalitat), asesinado por Franco en 1940, su sucesor, Josep Irla ya lo fue en el exilio, hasta el 1954; y Josep Tarradellas fue el 125 president de la Generalitat, desde ese año hasta 1980, tras ser rehabilitada la institución en 1977, pero plenamente autonomista), y no hay para menos, es un hecho histórico, es un gran éxito para ERC.

Volviendo al discurso, y a las expectativas que pueda haber generado, es preciso señalar que todos somos conscientes de las limitaciones de nuestras fuerzas independentistas, y de la no conveniencia de efectuar gestos épicos sacrificiales, que lleven a más personas a la prisión o al exilio; si se han de hacer, han de ser muy medidos, no improvisados alegremente, pues las consecuencias son graves, como sabemos.

Y en mi caso particular, el discurso y las expectativas que puedan derivarse, me han dejado tan a oscuras, que me es más fácil entender el siguiente texto, describiendo la matriz de confusión, que tampoco entiendo:

‘Matriz de confusión

En el campo de la inteligencia artificial, una matriz de confusión es una herramienta de visualización que se utiliza, sobretodo, en el aprendizaje supervisado.

Cada columna de la matriz representa el número de predicciones de cada clase, mientras que cada fila representa a las instancias en la clase real’.

Esta descripción que figura en la Wikipedia, se ‘aclara’ con el siguiente ejemplo:

‘En la matriz ejemplo que aparece seguidamente, de 8 gatos reales, el sistema ha predicho que tres eran perros y de los 6 perros ha predicho que 1 era un conejo y 2 eran gatos. A partir de la matriz se puede ver que el sistema tiene problemas para distinguir entre perros y gatos, pero que puede distinguir razonablemente bien entre conejos y otros animales:

Ejemplo de matriz de confusión:

   REAL 
  GatosPerrosConejos
 Gatos520
PREDICHOPerros332
 Conejos0111

(Wikipedia)

Como he comentado, no entiendo nada, ni el significado, ni la utilidad de esa matriz de confusión, ni tampoco el ejemplo me ha clarificado nada.

Pues bien, volviendo a la situación política catalana, estoy tan confuso como al querer entender la matriz citada.

Y estoy cogiendo complejos, pues no veo claro el mensaje, ni veo clara las personas, los políticos que, según las quinielas al uso, pueden ser consellers del futuro gobierno. Y es que no puedo entender que en todos los discursos que ha hecho Aragonès, no se haya citado a Carles Puigdemont, de forma directa y personal. Por eso no puedo entender qué tipo de dirigentes políticos se amoldarán a un discurso y política tan ambivalentes, con tal de ocupar una poltrona, y demostrar una unidad que es falsa.

Por eso, ya quedé descolocado con Jordi Sánchez (en la prisión), pues estos últimos días, con el acuerdo alcanzado, ha dejado los hechos de octubre del 2017 en el baúl de los recuerdos meramente simbólicos. Poniéndose de acuerdo, de ese modo, con ERC, que hace tiempo que ya está en la vía plenamente autonomista.

En consecuencia, haciendo un cierto paralelismo, tengo complejo de padecer prosopagnosia, es decir, la incapacidad de reconocer caras, si bien sí cualquier otro estímulo. Pues eso, viendo los perfiles e historias de los ‘candidatos’ a consellers, de uno y otro partido, me cuesta reconocer qué valores se les esperan y para hacer qué, cómo y cuándo.

(Nota: la prosopagnosia, del griego cara y desconocimiento), también llamada ceguera de rostros es un trastorno cognitivo y una forma específica de agnosia visual, caracterizada por la incapacidad para reconocer rostros familiares, incluyendo el propio)

Pues bien, si es difícil entender el mensaje, y también es difícil comprender los ‘valores’ de los futuros consellers, que, obviamente, siempre, siempre, responden a intereses de partido, y, en este caso, a los dos partidos ya que así se agradecen fidelidades, favores, etc. Pero, aún así, y siendo conscientes de ese proceder, los ciudadanos deberíamos conocer el plus de cada nuevo conseller, para poder valorar si es tendente al mero autonomismo, o, a la búsqueda del embate, de la confrontación.

Pero, en este momento, estoy perdido en una gran matriz de confusión, con una gran aqnosia (desconocimiento).

Vemos que Carles Puigdemont, que siempre es muy activo en twitter, últimamente está muy callado sobre el tema de las negociaciones, acuerdos, etc.; y eso ha sido una demostración de prudencia, ya que no ha querido interferir, ha querido dejar claro que no quería ‘tutelar’ al futuro gobierno (que era la principal acusación que le hacían desde ERC). Pero, obviamente, al momento de ser reelegido Aragonès, Puigdemont le ha felicitado y se ha puesto a su disposición, como no puede ser de otra forma, en un gran político.

Pero, si realmente hay una división en Junts, como todo lo demuestra, desde la tardanza en llegar al acuerdo, la negativa de Elsa Artadi para ser la vicepresidenta, las múltiples críticas cruzadas, etc., creo que sería aconsejable clarificar la situación. Saber qué políticos se han contagiado del ‘realismo pesimista’ de Oriol Junqueras, que pedía posponer un nuevo intento independentista para dentro de 10 o 20 años.

Los que intentamos poner nuestro granito de arena diario, de un modo u otro, no queremos más engaños ni falsas ilusiones, YA es el momento de que todos nos quitemos las caretas, y así, saber la representatividad que tenemos para hacer una cosa, otra, o nada, y quedarnos en el sofá de casa, derrotados totalmente.

Queremos y necesitamos claridad, ética y moral, queremos dejar la matriz de confusión en la que estamos, y así, superar todo tipo de agnosia, por lo que debemos esperar la gestión que vaya haciendo el futuro gobierno de Aragonès, no hay otra.