*La investigadora de El Colegio Mexiquense participó en el Segundo Encuentro Temático sobre la Regeneración de Espacios Habitacionales, cooperación México-Chile
La mayor parte de la vivienda de interés social construida en México en los últimos 25 años presenta problemas de construcción, confort funcional y otros que han provocado deterioro, abandono, vandalización y ocupación irregular, señaló Carolina Inés Pedrotti, profesora-investigadora de El Colegio Mexiquense.
La especialista en vivienda consideró que ésta es una necesidad básica para la vida y que el origen de los problemas referidos está en que, al menos en el discurso, con la política habitacional se buscaron cambios en la forma de producción y ordenamiento, pero se permitió la construcción en periferias y con desventajas en equipamientos y servicios, acceso deficiente a bienes y servicios urbanos y la resolución a través de la vía privada o irregular de servicios como el agua potable mediante pipas, en lugar de agua corriente, de limpia (carritos) y transporte (mototaxis).
La investigadora participó en el Segundo Encuentro Temático sobre la Regeneración de Espacios Habitacionales, cooperación México-Chile, dedicado a «Habitabilidad de la vivienda y de los conjuntos habitacionales», del proyecto de cooperación entre la Sedatu del gobierno federal de México y el MinVU de Chile, el cual es operado por el IRD (Instituto de Investigación para el Desarrollo) y la Universidad de Chile para los respectivos países.
Pedrotti Bruno detalló que la vivienda de interés social presenta muchos problemas de construcción, repetición de diseños, ampliaciones de espacios de la misma vivienda sin código constructivo, todo lo cual afecta las condiciones de habitabilidad.
Estudiosa de este último tema, propuso analizar la vivienda social, de producción promocional y mercantil, con financiamiento y regulación pública, en conjuntos habitacionales uni y plurifamiliares que fueron producidos en México en el último cuarto de siglo.
Dijo que se trata de vivienda de interés social con bajas o malas condiciones de habitabilidad para grupos sociales que la han adquirido y se refirió a los siete elementos que ONU Hábitat señala para considerar una vivienda adecuada, a saber: la seguridad de la tenencia; disponibilidad de servicios, materiales, instalaciones e infraestructura; asequibilidad; habitabilidad; accesibilidad, ubicación y adecuación cultural
Señaló que, sin duda, la habitabilidad está en varios de los demás de manera intrínseca, pues se trata de un punto central en la vivienda adecuada.
También detalló los seis elementos o condiciones deseables que en conjunto se acercan al ideal de habitabilidad para lograr una relación virtuosa entre ésta y sus ocupantes, entre los que están la protección frente a agentes climatológicos, residuales y fenomenológicos; la higiene, que tiene que ver con el acceso y la disponibilidad de servicios básicos, iluminación, ventilación natural y asoleamiento, espacio útil y total por ocupante para evitar hacinamiento, y la seguridad.
Además, la flexibilidad para adaptar espacios, privacidad, posibilidad de aislamiento voluntario de los ocupantes dentro de la vivienda y de esta respecto del espacio externo, y comodidad y funcionalidad.
Con base en una propuesta que hizo inicialmente en su tesis doctoral y que ha desarrollado a lo largo de diez años, Carolina Pedrotti se inclinó por hacer la medición de la calidad residencial, para lo cual se deben integrar condiciones de habitabilidad mediante índices objetivos y subjetivos.