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La migración infantil a México va en aumento; niñas y niños migrantes requieren apoyos, sobre todo educativos

*La política de contención se está dando en la frontera sur, se concentra en las familias y las mujeres y es laxa con los varones que viajan solos, dice la investigadora Lucía Ortiz Ramírez, que ofreció conferencia en El Colegio Mexiquense

Santa Cruz de los Patos, Zinacantepec, Estado de México, 28 de abril de 2025

En los flujos de población migrante proveniente de otros países a México y al Estado de México se da el hecho de que adolescentes de 13 a 17 años viajan solos porque sus familias suponen que así tendrán oportunidad de pedir asilo, y también un aumento de la población de 0 a 12 años, lo cual señala algunos de los elementos de la complejidad del fenómeno migratorio en el contexto de la política arancelaria del presidente norteamericano Donald Trump.

La investigadora Lucía Cristina Ortiz Domínguez expuso la ponencia «Crecer en movimiento. Infancias migrantes», en diálogo con la historiadora Margarita Vasquez Montaño, coordinadora de Investigación, como parte del ciclo «Dialogando conceptos clave de las Ciencias Sociales que organiza El Colegio Mexiquense.

La estudiosa del fenómeno migratorio de extranjeros en el Estado de México compartió que la presencia de más población infantil en los flujos ha significado también mayores riesgos y casos de violencia en contra de las niñas.

Propuso clasificar a la población migrante infantil entre la conformada por quienes han sido deportados con sus familias desde Estados Unidos, aun con doble nacionalidad, y buscan regresar a esa nación, y quienes, estando retenidos en alguna parte del país, sobre todo en la frontera sur, siguen en su propósito de cruzar la frontera con sus familias.

Ortiz Domínguez afirmó que es notoria la presencia de migrantes provenientes de Guatemala, Honduras y El Salvador, pero últimamente ha habido un incremento de niños de Venezuela, Ecuador y Colombia, así como de India y China, y en Nuevo Laredo hay africanos.

A pregunta de la historiadora Margarita Vasquez, la ponente afirmó que toda investigación es política, y fundamentó su respuesta en su práctica etnográfica -es antropóloga de origen- que la ha llevado a trabajar en albergues y a establecer lazos con los migrantes, cuyas niñas y niños, describió, aun en las condiciones más adversas, buscan jugar, generar confianza con la gente y vivir en el presente.

Niñas y niños tienen una capacidad muchas veces negada por los adultos de entender lo que están viviendo y de reconstruir su vida, tal vez como un mecanismo de defensa, por su habilidad para vivir el hoy, abundó.

Como consecuencia de las presiones, sobre todo arancelarias, del presidente Donald Trump, Lucía Ortiz dijo que en México se está conteniendo a los migrantes extranjeros sobre todo en la frontera sur, para que no lleguen al centro del país.

A las familias las detiene el Instituto Nacional de Migración, pero a los hombres se les permite el paso, lo cual es resultado de la política xenófoba y racista de Trump, que no quiere familias ni mujeres que eventualmente pudiesen tener hijos en Estados Unidos.

Estas medidas soslayan que, en muchos países, en especial los centroamericanos, niñas, adolescentes y mujeres salen huyendo primeramente de la violencia familiar, pero también de la violencia del crimen organizado, que las pone en riesgo permanente de violaciones y otras formas de agresión sexual.

Luego de decir que la situación en el Estado de México es semejante a las otras partes del país, observó que es necesario ofrecer espacios abiertos a la población migrante infantil y juvenil que permanece varada, como parques y juegos al aire libre, pero en especial educación.

Aunque no sean visibles o lo sean menos por las medidas de contención en la frontera sur, advirtió, la población migrante está en México, y en particular niñas, niños y adolescentes necesitan cuidados, en términos de protección de derechos humanos, pero igualmente de reconocimiento a las delicadas, complejas y hasta ignoradas situaciones que viven en su afán de buscar mejores condiciones de vida, pues, asentó, se trata de personas, no de números.