
amadeopalliser@gmail.com
La determinación de las eras geológicas permite subdividir el tiempo geológico, y el paso de una a otra, era provocado por eventos con extinciones masivas. Pues bien, ¿podemos considerar que la era Cenozoica, período Cuaternario, será sustituida por la de los ‘homos motosierras’? y, ¿podemos estar optimistas? Sobre el particular va el presente escrito.
En la escala del tiempo geológico, los especialistas establecieron diez eras geológicas, agrupadas en tres eones y divididas en veintidós períodos (el eón Hádico no está dividido en eras, y las eras del eón Arcaico no están divididas en períodos). Y, hasta el 20 de enero de este 2025, nombramiento de Donald Trump como nuevo presidente de los EUA (el 47), estábamos en el período Cuaternario de la era Cenozoica (la era de los mamíferos), que empezó hace 2,58 millones de años y todavía duraba, hasta, como he dicho … el encumbramiento del nuevo Trump.
El Cuaternario incluye épocas glaciales e inter-glaciales, con importantes cambios climáticos y oceanográficos; y, a nivel ‘humano’, permitió la aparición del género Homo, y las especies Homo Habilis, Homo Erectus, Homo Neanderthalensis y el Homo Sapiens.
Y ahora, como vemos, el Homo Sapiens ha dado paso al Homo Motosierra; que, evidentemente, más que un progreso, representa un claro retroceso social, moral y ético, pues esos nuevos especímenes ni siquiera son ‘habilis’; y esa visión no es distópica (representación ficticia de una sociedad futura de características negativas causantes de la alienación humana)
Es sabido que verlo todo negro es patológico, es propio de un trastorno depresivo mayor o de trastornos de personalidad, ya que, no contemplar los matices, la gama de colorido, incluso de grises, es una muestra de una percepción insana.
Asimismo, el relativismo, como ya señalé en un escrito del pasado mes de noviembre, es el denominado síndrome de Campoamor. Y en ese escrito apunté que:
El poeta Ramón María de las Mercedes Pérez de Campoamor y Campoosorio (Ramón de Campoamor, 1817 – 1901) escribió el poema titulado ‘Las dos linternas’, que forma parte de su obra ‘Doloras’ (1846), en el que dice:
Y es que en el mundo traidor
nada hay verdad ni mentira:
todo es según el color
del cristal con que se mira.
con ese poema, el poeta relativizaba todas las situaciones, que ningún valor es inmutable, que todo es subjetivo, y, en definitiva, el desencanto ante ese ‘mundo traidor’
Si se cae en ese relativismo cultural y filosófico, al final se acaba negando todo, que cualquier conocimiento es incompleto, relativo y subjetivo. El relativismo gnoseológico considera que no hay verdad objetiva y que siempre la validez de un juicio depende de las condiciones.
Evidentemente, el relativismo conduce a un escepticismo, como ya postuló Protágoras de Abdera (485 a.C. – 411 a.C.): ‘el hombre es la medida de todas las cosas’; y que Platón (427 a.C. – 347 a.C.) consideró un sofista, un profesional de la ‘virtud’, entendida no como ‘bondad’, sino como conocimiento y habilidad para tener éxito mundano.
Esta retórica sofista es la que se puede ver frecuentemente, ya que busca el rápido y fulgurante éxito puntual; y esa práctica la aplican, de forma especial, los políticos de toda índole, y el mencionado caso de la visita de los reyes a Paiporta (Valencia) es un claro ejemplo.
Me parece preciso puntualizar que el realismo, que es la postura filosófica contraria al relativismo, postula verdades absolutas, inmutables y constantes. Y ambas posturas son igualmente incorrectas, obviamente, pues siempre hay objetividades, aunque sean con matices, grises y contextos diferentes.
Sé que es muy petulante autocitarse, y siempre podemos argumentar a favor y en contra de ello, y así es, pero, con todo, he reproducido los párrafos anteriores, y pido perdón al paciente lector.
Volviendo al tema de ‘verlo todo de color negro’, o tener un pensamiento dicotómico, es decir, polarizado: blanco / negro, todo / nada, bueno / malo, positivo / negativo, lleno / vacío, etc., como he dicho, es una visión patológica.
Es cierto que un poco de relativización es positivo, e incluso en un momento político como el actual (y con una situación sanitaria personal complicada) es aconsejable y beneficioso mantener un poco de perspectiva, de gran angular, ya que, atendiendo a la cultura popular, siempre podemos pensar que ‘no hay mal que cien años dure’, y que ‘otros vendrán que bueno te harán’ (*), sin que eso comporte un conformismo, ni mucho menos, pues rendirse es la demostración de perder la cualidad de persona social, de ciudadano, de homo polis.
(*) Según el Centro Virtual Cervantes, el refrán original es en singular: ‘otro vendrá que bueno me hará’.
Pero es evidente que pensar que el sucesor de Trump puede hacerle bueno, es pensar en ‘salir del fuego y caer en las brasas’.
Efectivamente, sin caer en distorsiones cognitivas o equivocadas, siempre podemos encontrar aspectos con ciertas tonalidades y matices coloridos, aunque sea difícil, ya que la pendiente nos lleva a pensamientos catastróficos.
Está estudiado que hay una correlación entre la baja autoestima e inseguridad, y el pensamiento dicotómico, pero, particularmente, no creo que sea el caso, ya que cognitiva y conductualmente, no tengo intención de rendirme, en ningún aspecto. Así, en el tema político, seguiré con mis pequeñas aportaciones (estos escritos y manifestación en Meridiana, y constatación de mis ideas en todo tipo de comentarios)
Por todo lo expuesto, y para ‘compensar’ mínimamente los negros nubarrones de los ‘homo motosierra’, con sus ‘cuadrilleros’ (*) Milei, Trump, Musk, Bannon, etc., y sus subalternos émulos, me parece interesante reseñar un par de informaciones:
(*) ‘miembro de las partidas armadas de cada pueblo o lugar en las que se dividían los cuerpos de la Santa Hermandad castellana, patrulladas por un alguacil, un cuadrillero mayor o un alcalde de la hermandad’ y, también, ‘oficial que en la milicia medieval tenía por oficio la distribución del botín tomado al enemigo’ (diccionario panhispánico)
1 – Ayer falleció María Victòria (Viqui) Molins i Gomila (1936 – 2025), monja barcelonesa, dedicada a los más vulnerables del Rabal (drogadictos, prostitutas, inmigrantes, etc.), fundadora del Hospital de Campanya de Santa Anna. A raíz de unos viajes a Nicaragua y Ángola, en 1985, decidió cambiar la manera de profesar su fe, y decidió vivir al lado de los más desfavorecidos. Pues bien, personas como Viqui nos han dado una gran lección de humanidad, y su lucha antisistema nos ha de reconfortar y animar a seguir, manteniendo siempre actitudes éticas y morales, pues esas actitudes son más poderosas de lo que nos imaginamos, tanto a nivel personal como social, y contra ellas no hay motosierra que valga.
2 – El 18 de febrero, pero de 1987, murió Josefina Manresa Marhuenda (1916 – 1987), esposa del poeta Miguel Hernández Gilabert (1910 – 1942), una de sus inspiradoras y principal cuidadora de su obra (escribió ‘Así murió mi marido’ y ‘Recuerdos de la viuda de Miguel Hernández). Pues bien, la dura vida de esa mujer (que con pan y cebollas mantenía a su familia; como explicó en una carta a su marido, encarcelado, y éste compuso ‘Nanas de la cebolla), y que debió repetir el matrimonio con su esposo, ya en artículo mortis, pues el dictador Franco no reconoció los matrimonios civiles de la época republicana, es otra muestra del poder de perseverar en las ideas y, muestras así, no debemos olvidarlas.
Pues bien, este par de informaciones confirma que debemos huir de la manipulación mediática que nos impone el pensamiento único. Sobre el particular, hace un par de días, una compañera de Meridiana me reenvió un texto de Noam Chomsky (n. 1928) titulado ‘La estrategia de la distracción’, que me pareció muy claro y pedagógico; y está en línea con la teoría de la ‘Ventana de Overton’ (Joseph P. Overton, 1960 – 2003), que he citado repetidamente. Y no voy a explayarme, ya que el presente escrito ya es suficientemente extenso, en otra ocasión repescaré las ideas del mencionado Chomsky, pero me parece que es un excelente colofón, la mejor defensa contra el pensamiento único que nos quieren imponer los ‘homo motosierra’.
Y para finalizar, me parece que tampoco es una buena opción conformarnos con argumentos e ideas intelectualizadas, si no las ponemos en marcha, dentro de nuestras posibilidades y limitaciones.
Es verdad que no podemos cambiar casi nada, que hay duras noticias, como la violación y posteriormente quemadas vivas, de cientos de mujeres en la guerra del este del Congo, o los asesinatos en infinidad de guerras, y eso se escapa a nuestras posibilidades, pero, como dice el eslogan, ‘piensa globalmente y actúa localmente’ (original de David Ross Brower, 1912 – 2000), es decir, el pensamiento ‘glocal’ y, localmente, podemos hacer cosas, aunque sean pequeñas acciones y no solo simbólicas.