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La otra pandemia

Martha Nava Argüelles
Imagogenia
@mar_naa

Queda claro que referirse al aspecto físico de alguien siempre va a generar polémica, porque normalmente los comentarios al respecto no construyen, por el contrario, y más cuando el tema involucra a figuras públicas del orden político. En este caso, un tweet se hizo viral porque menciona, o más bien hace una insinuación, al sobrepeso de la senadora Citlalli Hernández de Morena quién fue mencionada por Rodrigo Pérez-Alonso, exprofesor de la Universidad IberoAmericana quien dice “Noticia Urgente: senadora Citlalli se registró a la Presidencia de @morena con la plataforma OINC = Organizadas e Indignadas por la Nutrición de Citlalli #OINC #Morena” después de esto, en la red social se hizo viral el hashtag #Gorda.

Según la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) en el informe Panorama de la Salud: Latinoamérica y el Caribe 2020 en México más del 75% de la población femenina padece sobrepeso, un porcentaje que personalmente encuentro alarmante, y los hombres no se quedan atrás con el 70%. Si bien el gobierno ha hecho su parte con políticas públicas sobre etiquetado, impuestos sobre bebidas azucaradas, campañas de salud y más, el impacto de la obesidad rebasa el alcance de estas políticas. La misma Organización señala que el sobrepeso y las enfermedades derivadas de este reducirán la fuerza laboral con 2.4 millones de trabajadores de tiempo completo por año ya que tienen menos probabilidades de estar empleadas y en caso de estarlo, son menos productivos; también supondrán cerca del 8.9 % del gasto en salud por año durante el período 2020 a 2050 y le restará al PIB mexicano 5.3 puntos porcentuales. Ciertamente la Senadora tiene una clara oportunidad en todo este embrollo digital pues, al formar parte de las estadísticas, puede hacer suyo el “combate a la obesidad” en nuestro país y trabajar por mejorar la calidad de vida de millones de mexicanos, si empieza por trabajar en ella: por salud, no por vanidad.

Ahora, tener sobrepeso también es un problema de imagen pública ya que complica aspectos como: el trabajo de la autoimagen –importantísimo para la proyección personal- porque una persona con obesidad difícilmente se siente cómoda con su cuerpo, la vestimenta porque desgraciadamente es mucho más complejo encontrar atuendos para una persona con sobrepeso; la imagen verbal ya que, quien padece obesidad, tiene problemas de respiración y por ende es más complicado trabajar en un estilo verbal, entre otros. En el caso de la senadora Hernández Mora el tema se complica ¿por qué? Por falta de congruencia, recordemos que este es unos de los factores determinantes en la construcción de la imagen pública y es que ella tampoco ha ayudado a construirse como una figura “respetable”, nada menos después de este incidente salieron a luz tweets en los que ella se refiere a diversos personajes como: “enano borracho” “enano idiota” “estúpido enano” “gaviotita anoréxica” “cara de idiota” y bueno, la lista sigue.

Al final del día ningún tipo de agresión –física o verbal- está justificada ya sean hombres o mujeres, el respeto debe ser mutuo, porque si eres una figura pública como es el caso de la Senadora, que está sentando un precedente para las futuras generaciones de mujeres y niñas que quieren llegar hasta donde ella ha llegado, importa tanto el esfuerzo político e intelectual, como el esfuerzo por cuidarse a ella como mujer –física y mentalmente-, como la percepción que deja en aquellas que, por el motivo que sea, la admiran.