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La pandemia ha puesto en crisis la movilidad y el transporte en las ciudades; internet debe ser un servicio básico como el agua o la luz

*Cinco especialistas participaron en la mesa redonda virtual organizada por El Colegio Mexiquense; analizaron la desigualdad, pobreza, población vulnerable y la relevancia del usuario del transporte público

El problema de la movilidad y el transporte en México y el resto de América Latina, con peculiaridades para cada caso, se ha agudizado críticamente con la pandemia de Covid-19 y ha desnudado el abandono en que se ha dejado a las ciudades, sistemas complejos caracterizados por la aglomeración que representan oportunidades de desarrollo, empleo y creación de riqueza, pero actualmente en crisis debido al confinamiento obligado por la emergencia sanitaria.

El manejo del espacio público, la relación entre transporte público y transporte privado, el gasto en infraestructura urbana, el uso del impuesto predial como recurso para atender la movilidad, el empobrecimiento y el aumento de la desigualdad, la urgente necesidad de asegurar el acceso a Internet de manera gratuita y libre para realizar teletrabajo y educación a distancia, pues ya es un servicio básico, hacen evidente la importancia de que haya políticas de Estado y una participación ciudadana abierta y plena en estos asuntos.

Así se puso de manfiesto en la mesa redonda virtual «Las nuevas realidades de la movilidad y el transporte urbanos. Reflexiones para la postpandemia», organizada por El Colegio Mexiquense con cinco especialistas del mismo número de países, a propósito de la publicación del libro Desafíos del desarrollo urbano sostenible en el transporte y la movilidad, novedad editorial que enriquece el catálogo de la institución anfitriona del encuentro.

Con el llamado del presidente de esta, César Camacho, a que los especialistas ofrezcan conocimiento que se convierta en políticas públicas por parte de los tomadores de desiciones y a «horizontalizar el conocimiento» que se ofrece tanto en el libro como en reuniones que son posibles gracias a la tecnología, los participantes respondieron tres rondas de preguntas así como inquietudes de los asistentes, en una sesión moderada por José Antonio Álvarez Lobato, investigador y secretario general de El Colegio Mexiquense.

Óscar Figueroa Monsalve, investigador de la Pontificia Universidad Católica de Chile, advirtió del peligro de que la gente abandone el transporte público, pues se generarían más problemas que soluciones; enfatizó que el transporte y la movilidad deben ser políticas de Estado, y previno que el uso de la bicicleta como opción debe tomarse con cautela por las limitaciones que tiene tiene para realizar recorridos largos.

Por su parte, Luis Miguel Valenzuela Montes, investigador de la Universidad de Granada, abordó en una de sus intervenciones las diferencias entre las ciuades europeas y las de América Latina, al tiempo de señalar al usuario como el actor fundamental en el transporte público, para lo cual ejemplificó con la situación del Valle de Toluca, en donde los operadores, concesionarios y autoridades ocupan los papeles centrales y no aquél, pues el transporte no está en realidad a su servicio.

Para Daniel A. Rodríguez, investigador de la Universidad de California en Berkeley, se debe buscar cómo conectar la tecnología con la movilidad en la sustitución de viajes dentro de las ciudades, pues entre 10 y 30 % de estos se hacen para diligencias, es decir, en sitios cercanos, y son la segunda razón de que la gente salga de sus casas, pero se trata de trámites que podrían realizarse a distancia.

            Por parte de la Asociación Nacional de Transportes Públicos de Brasil, Edoardo Vasconcellos abordó la relación entre movilidad y equidad, y dijo que las ciudades han tenido un desarrollo desigual y una urbanización rápida y sin control; hay altos niveles de informalidad, democracias frágiles y «ciudadanía flaca», a la par de que 30% de la población no tiene dinero para transporte público y el auto ocupa 80% del espacio, consume 70% de la energía y produce la misma cantidad de contaminantes, sobre todo CO2.

            Carlos Garrocho, profesor-investigador de El Colegio Mexiquense, se concentró en la población vulnerable, sobre todo los ancianos, pidió ver de manera integral a las ciudades para ubicar el transporte y la movilidad como parte de ellas, al tiempo de advertir que no hay soluciones sencillas, fáciles, bonitas y baratas, sino específicas para cada ciudad, y ahora es indispensanle considerar a Internet como un servicio básico, al igual que el agua o la luz.

En la sesión se abordaron temas muy variados, diversos e importantes vinculados a la movilidad y el transporte, en algunos de los cuales se insistió particularmente, como el espacio público, y se pidió reconocer en la ciudad el motor de desarrollo; se analizaron además algunas de las consecuencias negativas que ha traído la pandemia en el medio urbano y se subrayó que el comportamiento social es clave para sobreponerse a la pandemia, por ejemplo en el uso del transporte público, a partir del cubrebocas, el gel antibacterial, la distancia y evitar hablar y comer, de lo que son prueba ciudades del lejano Oriente, como Seúl, Tokio y Taipei.