*Michel Oudijk, investigador de la UNAM, participó en el ciclo dedicado a reflexionar sobre la caída de México-Tenochtitlan; Yásnaya Aguilar cuestiona el uso ideológico del pasado en la historia oficial
Según las fuentes documentales con testimonios indígenas que apenas se empiezan a estudiar de manera sistemática, fue mayoritaria la participación de las poblaciones nativas en las guerras de conquista emprendidas por los españoles luego de la caída de Tenochtitlan, lo cual cambia la narrativa oficialista que se impuso durante siglos, para dar paso a la noción de «indios conquistadores», y con ello se derrumba la idea de que 500 españoles conquistaron a millones de pobladores originarios.
En «Los indios conquistadores. A 500 años de la Conquista», que ha sido la conferencia más audaz y provocadora de la serie organizada por el seminario Arqueología y Etnohistoria de Mesoamérica dedicada a reflexionar sobre el gran hecho ocurrido hace 500 años, el filólogo e historiador Michel Oudijk, investigador de la UNAM, ofreció datos, cifras y referencias a fuentes para sostener la idea de que la conquista de Mesoamérica tuvo una presencia indígena mayoritaria por razones que hace falta esclarecer, pero que remiten tanto a la sobrevivencia como a obtener beneficios y hasta privilegios -no pagar tributos a la corona española-.
El estudioso habló en particular de la conquista de la región de Chiapas, Guatemala, Honduras y El Salvador, pero se remitió a otros enfrentamientos en diversas regiones en que los indígenas fueron guías, espías, tamemes, guerreros y estrategas, con la cual se muestra de falsedad de la pregunta que plantea cómo fue posible que un puñado de españoles conquistara a millones.
Miguel Oudijk hizo su exposición con la advertencia de que no se trata de borrar la historia como la conocemos, sino de poner en balance el relato dominante hasta ahora con el relato de los indígenas, a partir de un trabajo de archivo, sobre la base de que ni Cortés era un genio ni el imperio mexica estaba en crisis, sino del papel fundamental de los indígenas en las guerras de conquista que antecedieron -Zempoala y Tlaxcala- y sucedieron a la caída de Tenochtitlan.
Para ello utilizó datos de ubicación, composición, las alianzas y la noción de conquista secuencial, la importancia de las rutas comerciales anteriores a la llegada de los españoles para trazar los caminos de la guerra, y finalmente poner en equilibrio la versión del triunfo y dominio español con la de relativa a una participación indígena mayoritaria y fundamental para lo que sería el orden colonial.
Yásnaya Aguilar Gil, de COLMIX-Colectivo Mixe, mantuvo una postura más crítica en contra de lo que llamó la captura que la historia oficial ha hecho de acontecimientos de hace 500 años como una proyección ideológica del pasado, en la que se quiere establecer equivalencias entre las sociedades indígenas y el estado español de hace 500 años y los estados mexicano y español actuales.
Sin embargo, también cuestionó la interpretación conservadora que quiere ver a la conquista como un enfrentamiento entre pueblos indígenas y niega los efectos del orden colonial dentro del contexto de la formación del capitalismo y los del colonialismo en el mundo indígena.
Otros hechos abordados por Michel Oudijk fueron la pérdida de población por la pandemia y la adoctrinación, en tanto que Yásnaya Aguilar mantuvo la idea de la compleja y diversa composición del mundo prehispánico, y el rechazo a que la caída de Tenochtitlan cubra todo lo que aconteció, para lo cual se debe desmontar la versión ideológica que pone al imperio mexica y a los españoles en medio de todas las explicaciones, pues lo acontecido tuvo repercusiones mundiales.