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La pérdida de biodiversidad, el estrés hídrico y la crisis por contaminación señalan la urgencia de acciones y cambios

*Natalie Rosales Pérez, profesora-investigadora de El Colegio Mexiquense, propone impulsar la movilidad eléctrica y medidas en las ciudades; en riesgo, 184 especies de flora y fauna en el Estado de México

En la conmemoración del Día Mundial de Medio Ambiente se deben tomar en cuenta datos como que en México 2 606 especies de flora y fauna están en riesgo y en el Estado de México lo están 184, que representan casi 7 % del total, así como el estrés hídrico de los entornos urbanos, que en 2028 podría llevar al llamado «día cero», por la carencia total de agua en algunas ciudades.

            Natalie Rosales Pérez, profesora-investigadora de El Colegio Mexiquense, se pronunció porque, ante la urgencia de crear una conciencia y filosofía ambientales, se cumpla en las ciudades una agenda con acciones a favor de la movilidad eléctrica, en lugar de la motorizada, la creación de infraestructura verde para renaturalizar, emprender procesos de restauración ecológica y construir una cultura ambiental.

            La investigadora dijo que la Tierra tiene una capacidad limitada para proveer recursos biológicos y absorber los residuos producto de las actividades humanas; ello exige trabajar en las necesidades de las generaciones presentes y futuras, así como acomodar a los eres vivos que cohabitan en el planeta, en un esfuerzo de gobiernos, sociedades e individuos.

La biocapacidad global se superó desde principios de los setenta, asentó, y ya desde 2019 se manifestó una deuda ecológica, con la dificultad de hablar de una sola problemática, pues el ambiente es el producto de la interacción dinámica de un conjunto de elementos, por la relación entre suelo, vegetación, fauna, condiciones climatológicas, geografía y factores sociales, a la manera de un jenga, donde mover una pieza vuelve vulnerable al sistema.

El Grupo Intergubernamental de Expertos sobre Cambio Climático (IPCC, por sus siglas en inglés) ha advertido de que la tierra está en código rojo, debido a que el ambiente se encuentra en peligro por diversas amenazas para los ecosistemas, la biodiversidad y las condiciones de vida de los seres humanos.

En México, los problemas más señalados son la deforestación, la pérdida de biodiversidad y la contaminación del agua y el aire; por ejemplo, desde 1990, se ha destruido una superficie equivalente a la tercera parte de Tlaxcala, y de acuerdo con datos de Conafor, se estima que solo en el periodo 2001-2018 se perdieron 212 mil hectáreas, y la tendencia es creciente.

            Natalie Rosales explicó que lo mismo pasa con la pérdida de la biodiversidad y el agua, además, se debe ver que la pandemia mostró las fallas estructurales del sistema de salud y las limitaciones de las viviendas para habitarlas por mucho tiempo, aunque durante la emergencia se pudo apreciar una mejoría ambiental por la disminución de contaminantes y de la actividad humana.

Para la estudiosa, la sensibilización es el primer paso a favor de una filosofía que esté basada en el respeto al planeta, su protección y conservación, y en el uso sostenible de los recursos naturales que tenemos disponibles.

            Remitió a la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible con sus 17 objetivos y sugirió que la crisis ambiental debería dar pie a un proceso de renovación del mundo y a plantearse los cambios y transiciones necesarias para avanzar hacia un futuro más prometedor, que incluyan no solo la disminución de las tendencias actuales, las cuales no son alentadoras, sino la posibilidad imaginar un mejor futuro y construirlo juntos.