En días pasados la familia del presidente, Andrés Manuel López Obrador fue objeto de duras críticas por parte de usuarios de redes sociales, el problema es, en gran medida, la incongruencia. Y es que, no podemos negar que la familia del presidente se proyecta una imagen que no va acorde a aquello que él busca implementar, primero fue la casa gris de su hijo mayor en Estados Unidos y en general el estilo de vida que publicaba en redes sociales la esposa de este; también podemos recordar un hecho reciente en el que muchos usuarios criticaron duramente una fotografía en la que aparecen el iPhone 13 Pro y el Apple Watch 7 de la no primera dama Beatriz Gutiérrez Müller ya que estos no concuerdan con la imagen de austeridad que busca implementar su marido; pero lo que ha captado el ojo público en últimos días es que el hijo mayor de AMLO fue visto vacacionando en un resort de lujo en Acapulco. Sin embargo, el tema con el que muchos se están dando vuelo en redes sociales es con el viaje más reciente de su hijo menor a Inglaterra.
Siendo honestos, no hay justificación con la que se logre empatar todos estos desaciertos de congruencia sobre lo que pide el titular del ejecutivo a su administración y no sólo eso, al pueblo a quién en 2020 hizo un llamado a la “austeridad”, señalando que “si ya tienen zapatos ¿para qué comprar más?”; porque entonces la austeridad aplicaría para todos, menos para su familia.
Y es que, el problema pareciera absurdo si sólo vemos que es un joven de 15 años que viaja en primera clase gracias al dinero que ganan sus papás -porque en efecto tanto el presidente como la no primera dama tienen un sueldo- y que, esos mismos sueldos dan también para que el joven pueda comprarse unos tenis de más de 10 mil pesos; sí, hasta ahí parece absurdo notar el hecho, sin embargo si entendemos el contexto bajo el cual se da la publicación de estas fotografías del hijo del presidente en el aeropuerto de Heathrow en Londres acompañado de la embajadora de México en Reino Unido, Josefa González Blanco Ortiz Mena se comprenden las reacciones de algunos internautas.
Nada menos el 27 de julio pasado el mismo AMLO señaló en su conferencia matutina que se implementaría una fase de mayor rigidez económica a fin de gastar menos recursos del erario público, por lo que se pasaría de una fase de austeridad republicana a una de pobreza franciscana, queda claro que el presidente entiende el problema económico que atraviesa México. Sin embargo, sigue sin entender que la congruencia entre lo que dice y lo que hace es clave para su imagen pública, y que esta congruencia debe extenderse a aquellos personajes cercanos a él, que evidentemente incluyen a su familia, porque de lo contrario, como ya lo vimos, las críticas políticas y sociales hacia su imagen toman la agenda mediática y evitan que se posicionen temas relevantes, positivos, para su reputación y la de su administración.