Como era de esperar, la polémica artificial creada, por enésima vez, por Pedro Sánchez, desacreditando al president Quim Torra, y la respuesta que éste le dirigió, que expliqué en mi escrito anterior, ha sido interesadamente multiplicada por la casi totalidad de los medios de comunicación: prensa, televisiones, tertulias radiofónicas, etc.; y, obviamente, ‘interpretadas’ para confundir, aún más, a la ciudadanía.
Khawajah Nasr al-Din, filósofo y sabio conocido como Mulá Nasrudin, que vivió en el siglo XIV en Anatolia (Turquía), que en Konya aprendió del maestro sufí Jalal al-Din al-Rumi, explica que:
“Un día, un juez pidió a Nasrudín que le ayudara a resolver un problema legal.
¿Cómo me sugerirías que castigue a un difamador?
Córtales las orejas a todos los que escuchan sus mentiras, replicó el Mulá”.
(manuelherreroyoga.wordpress.com)
Obviamente, no pretendo que nos quedemos todos sordos y ciegos, pero es verdad que para desarmar a los medios de comunicación que viven para potenciar ciertas polémicas y, de ese modo, criticar y ridiculizar a los independentistas, ya que, según ellos, ‘todo vale’ para conseguir una mayor audiencia; pues, como digo, para desarmarlos, la única alternativa que tenemos es no seguirlos, no prestarles atención.
Y no es que esté a favor de la censura, pero sí en contra de las mentiras.
Y lo triste es que realmente, en el mundo unionista, esos mensajes son muy apreciados, y cuanto más morbo tengan, mejor. Aún hoy día hay ‘informadores’ y ‘políticos’ que, al carecer de mejores argumentos, recuerdan citas de Quim Torra, fuera de contexto y sin querer entenderlas, como, por ejemplo, la de ‘bestias taradas’.
Es evidente que Pedro Sánchez, y su gobierno autodenominado ‘el más progresista de la democracia’, sigue aplicando idénticas medidas que las infligidas por Mariano Rajoy, al fin y al cabo, Sánchez respaldó la ejecución del artículo 155, por el cuál, eliminó el autogobierno catalán; y, en este momento, la fiscalía, que es jerárquica, y dependiente del gobierno, sigue persiguiendo a muchos independentistas, presentando denuncias en los diferentes juicios contra imputados; y, en este momento, que están a punto de cumplirse los tres años de prisión de los líderes sociales: Jordi Sánchez (ANC) y Jordi Cuixart (Òmnium Cultural), estos señores ya llevan más años en prisión bajo el gobierno de Pedro Sánchez, que bajo el de Mariano Rajoy.
Ayer, por ejemplo, asistió a su juicio Jordi Pesarrodona, exconcejal de Cultura de Sant Joan de Vilatorrada, por delito de desobediencia grave, por su actuación en el referéndum del 1 de octubre del 2017. La fiscalía solicita dos años de inhabilitación y una multa de 5400 euros. Y la defensa pide la libre absolución ‘porque las conclusiones provisionales de la fiscalía responden a un relato ficticio y retuercen la ley para criminalizar el ejercicio de la desobediencia civil y los derechos de la libertad de expresión, manifestación y reunión’ (elnacional.cat). Es evidente que Pesarrodona pagará por haberse fotografiado con la nariz de payaso junto a un guardia civil (igual que Jordi Sánchez y Jordi Cuixart pagan la foto subidos en el coche de la guardia civil, para desconvocar la manifestación).
A la entrada al juicio, Pesarrodona ha comentado ‘el juicio está ganado antes de entrar, porque ellos han perdido, aunque me condenen’. Esa es la moral que nos hace falta a muchos; pero sólo de moral no se vive, obviamente.
Este juicio, que debía haberse celebrado el 31 de marzo, pero que fue pospuesto por el estado de alarma.
Y ayer, también, se inició el juicio contra cuatro CDR (comité defensa república), por cortar la ronda de Dalt de Barcelona, el 8 de noviembre del 2017. “Y la fiscalía pide cinco años de prisión para cada uno de los acusados y tres para el resto, por desórdenes públicos y un delito contra la seguridad vial. Esa manifestación de protesta fue como respuesta por el ingreso en prisión de algunos miembros del gobierno de Carles Puigdemont”. (Crónicaglobal.elespañol).
Y Pedro Sánchez hace como la mujer de Nasrudín en la siguiente fábula:
“La cuerda para tender la ropa.
Un vecino llamó a la puerta de Nasrudín y le dijo:
Nasrudín, si no estás usando tu cuerda para tender la ropa, ¿me la puedes prestar para colgar y secar la mía?
A lo que Narudín respondió: Espera un momento que se lo preguntaré a mi mujer.
Al rato, Nasrudín volvió y dijo: Lo siento, vecino, pero mi mujer está secando la harina encima de la cuerda de tender la ropa.
Entonces, el vecino, perplejo, le dijo: ¿Cómo se puede secar la harina sobre la cuerda de tender la ropa?
A lo que Nasrudín respondió: Muy fácil, vecino, se seca la harina sobre la cuerda de tender la ropa, cuando no se la quiere prestar”.
(manuelherreroyoga.wordpress.com)
Es decir, Pedro Sánchez, en las entrevistas, dice estar a favor del diálogo, pero, la realidad es la que es, y no quiere y no puede, como dijo Rajoy, hacer ni el más mínimo gesto de normalización, retirando las acusaciones de la fiscalía; y, en lugar de ser sincero e ir de frente, argumenta mil elucubraciones, como ‘secar la harina sobre la cuerda’; y siempre pasa la culpa a los otros.
El ministro de justicia, Juan Carlos Campo, el 23 de enero de este año, comentó que ‘los delitos de rebelión y sedición están pensados para ataques con tanques en las calles (…) y aseguró que tal como está diseñado, es propio del siglo XIX y no hay que asustarse por abordar las reformas (…) y hoy vemos que la soberanía es atacada de otra manera y es necesario dar respuesta proporcional a estas actuaciones, sin matar moscas a cañonazos’ (cadenaser). Argumentos que ha vuelto ha manifestar hoy en una entrevista a TVE.
Jaume Asens, diputado y presidente del grupo Unidas Podemos (liderado por Pablo Iglesias), ayer ‘urgió a reformar el delito de sedición antes de las elecciones catalanas (si Quim Torra es inhabilitado), aunque la califica de ‘solución parcial’ (la solución sería la amnistía)’ (leonnoticias.com).
Ha pasado casi un año, y, es verdad que tenemos la pandemia, pero la justicia no debe pasar a un segundo nivel, no se puede tener en prisión a ciudadanos de forma interesada; y ahora, volver a desenterrar esa reforma, antes de la prevista próxima campaña electoral catalana, es una pura vergüenza.
Si en Europa no se contempla el delito de la sedición, y el gobierno español está obligado a armonizar nuestro código penal a los estándares europeos, demorar esa reforma, sólo se puede ‘entender’ por intereses espurios, falsos. Y, por lo tanto, sin un ápice de ética ni moral.
Creo que Pedro Sánchez teme que una medida en ese sentido sea ‘aprovechada’ por los partidos de la derecha (PP, Ciudadanos y Vox), que siguen con el derecho de conquista, comentado ayer; no quieren perder lo que ganaron en batalla en la guerra incivil (1936-1939), ya que, para ellos, el franquismo ideológico, sigue en pleno vigor, como muy claramente explica Nasrudín en la siguiente fábula:
“Justicia o dinero
Cierto día, un juez le preguntó a Nasrudín: Nasrudín, si tuvieses que elegir entre la justicia y el dinero, ¿qué elegirías?
Nasrudín respondió sin pestañear: Está claro, el dinero…
¿Qué?, dijo el juez. Yo siempre elegiría la justicia sin dudarlo. No es fácil encontrar la justicia, sin embargo, el dinero no es algo tan difícil de encontrar. Se puede conseguir sin demasiadas dificultades. Maestro Nasrudín, estoy absolutamente desolado con su respuesta. No le juzgaba de tal ambición, siendo usted un maestro…
A lo que Nasrudín respondió: Mi queridísimo amigo, cada cual desea lo que más le falta…”
(manuelherreroyoga.wordpress.com)
Y evidentemente, Pedro Sánchez, al hablar continuamente de justicia, cargando ayer contra Torra, justificando que se saltó la ley, está haciendo el triste papel del juez de la fábula, aprovechando todos los resortes que tiene (y los que no debería tener) y los que le hacen seguidismo, como los medios de comunicación institucionales.
Con este panorama político, los independentistas catalanes tenemos claro que el estado español, con sus poderes y cloacas, nunca cederán, nunca se pondrán a la altura de las democracias consolidadas; aquí mientras la sacrosanta unidad de España sea un tema tabú intocable e indiscutible, no se solucionará el problema territorial. Por eso, debemos seguir trabajando para conseguir la deseada república catalana.
Amadeo Palliser Cifuentes