- La Comisión Nacional para la Mejora Continua de la Educación (Mejoredu) destaca la transformación profunda del currículo de educación básica.
- Celebra evitar la sobrecarga de contenidos y coincide con la noción de aprendizaje como experiencia formativa integral.
- Subraya la apertura para atender la diversidad de necesidades, intereses y contextos de las y los estudiantes, particularmente de quienes se encuentran en condiciones de vulnerabilidad.
La Comisión Nacional para la Mejora Continua de la Educación (Mejoredu) considera que el nuevo Plan de estudios de educación prescolar, primaria y secundariafavorece la formación de personas autónomas, críticas y participativas, y permite superar la visión del aprendizaje como mera transmisión y acumulación de información. Asimismo, contribuye a una formación integral y con sentido humano de niñas, niños y adolescentes (NNA) para su desarrollo pleno.
Esta comisión coincide en que también ayudará a promover que el aprendizaje ocurra como una experiencia formativa integral, situada en el contexto social e histórico de NNA, y plantea una transformación profunda del currículo al considerar una base formativa común indispensable para niñas, niños y adolescentes, con márgenes para trabajar propuestas curriculares locales.
Asimismo, que brinda la posibilidad de seleccionar, ampliar y profundizar en el abordaje de contenidos, de acuerdo con las necesidades, intereses, procesos, tiempos y contextos de aprendizaje de las y los estudiantes, particularmente de quienes tienden a ser más vulnerados en su derecho a la educación.
Mejoredu señala que el Plan de estudios de educación prescolar, primaria y secundaria también busca posicionar a las y los docentes como profesionales que ponen en juego sus conocimientos, saberes y experiencias, en el marco de las condiciones históricas, sociales, culturales y materiales en las que realizan su labor, para hacer uso de sus márgenes de autonomía e impulsar la transformación educativa y social.
Finalmente, Mejoredu enfatiza que el nuevo plan coloca en el centro el aprendizaje como proceso que ocurre en formas y tiempos diversos; ofrece posibilidades para que cada escuela determine cuánto tiempo y desde qué espacios curriculares se abordan ciertos temas o problemas en el marco de los campos formativos, y brinda autonomía a docentes para decidir sobre la progresión del aprendizaje en las aulas.