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La razón de la sinrazón

Amadeo Palliser Cifuentes
amadeopalliser@gmail.com

Para el presente escrito he tomado el título ‘La razón de la sinrazón’, de una de las obras de Benito Pérez Galdós (1843 – 1920), publicada en 1915, y que el autor subtituló como: ‘Fábula teatral absolutamente inverosímil’.

En esa obra, Pérez Galdós sitúa los hechos en una ciudad imaginaria ‘Ursaria’ de ‘Farsalia Nova’, poblada por demonios (Arimán, Nadir y Zafronio) y brujas celestes (Celeste y Rebeca), empeñados en restablecer el caos con el triunfo de la sinrazón y la mentira.

Pues bien, leyendo la prensa de hoy y oyendo algunas tertulias radiofónicas, respecto a nuestra manifestación de la Diada Nacional de Catalunya, realizada ayer, 11 de setiembre, me parece que la mayor parte de esos ‘opinadores’ actúan como los citados demonios y brujas, pues quieren fomentar el caos, basándose en burdas mentiras, como ya avisé en mi escrito de ayer.

La mayor parte de esos ‘monosabios’ diluyen sus opiniones en un ‘totum revolutum’ propio del estilo churrigueresco, es decir, del barroco castellano, que muestra una abigarrada ornamentación, que sólo lleva a la mayor confusión, cansancio y aburrimiento.

Y esa confusión es lo que buscan, pues saben que ‘a río revuelto, ganancia de pescadores’, como dice el refranero.

Todos esos monosabios opinadores, falsamente documentados, ocultan su subjetividad en ese churriguerismo, y nos recuerdan al ‘Doctor inverosímil’, de Ramón Gómez de la Serna (1888 – 1963), obra publicada en 1921.

En esa novela, el autor narra las vivencias del doctor Vivar, el ‘doctor inverosímil’, que cura a sus pacientes descubriendo el foco irradiador de sus males: haciendo afeitarse a un hombre cuya insinceridad radicaba en sus espesas barbas; devolviendo la juventud a un hombre envejecido, al hacerle abandonar un reloj, heredado de su padre, que con sus latidos prolongaba una vida vieja; liberando de su doliente melancolía a una señorita vestida siempre con trajes escoceses, al obligarla a romper con su pasado, hecho de las cosas rancias que guardaba en su bolsillo, y de sus mismos trajes; etc.

Según ese doctor inverosímil:

Angina de pecho es un latinajo que estalla en el pecho.

La medicina ofrece curar dentro de cien años, a los que se están muriendo ahora mismo.

Reúma es tener dolor de cabeza en las piernas.

Para lo que más fuerza necesita el enfermo, es para abrir el frasco de la medicina.

La homeopatía es la medicina de los avaros.

Aquel tipo tenía un tic, pero le faltaba un tac: por eso no era un reloj.

Se dice dentífrico, y sabe a dentífrico, pero sonaría más a dientes, si fuese ‘dientífrico’.

El bacilo no vacila en contagiarnos.

Taquicardia: el corazón comienza a escribir en taquigrafía.

El termómetro parece haber sido hecho con la mala intención de que no veamos la línea de temperatura.

El jugo pancreático es el jugo más griego que tenemos.

La tos es el ladrido de los pulmones.

Tenía tan mala memoria que se olvidó que tenía mala memoria y comenzó a recordarlo todo.

Las acelgas saben a consejo de médico.

¿Por qué en vez de pedicuro, no se dice ‘curapiés’?

Etc.

(https://www.tremedica.org)

En esa línea se mueven las opiniones de los citados monosabios, todos ellos anclados en su ideología, que les impide ser objetivos, pues tienen sus opiniones ya predeterminadas, y hacen lo imposible, para que la realidad no les desmienta, claro. Sólo hay que ver las portadas de los principales periódicos unionistas españoles: ‘La Diada pierde fuelle’ (El País), ‘Desmovilización total en la Diada de la investidura’ (La Razón), ‘Diada de trámite’ (El Periódico), ‘El independentismo refleja su división en una marcha de la Diada en declive’ (Heraldo de Aragón), etc.

Asimismo, vemos que Pedro Sánchez, también sigue con su plan, más propio de ‘las aventuras de Alicia en el país de las maravillas’ (publicada en 1865 por Lewis Carroll, pseudónimo de Charles Lutwidge Dodgson, 1832 – 1898) pues Sánchez se considera el mago que saca el conejo de la chistera, en el momento oportuno, y … magia, espera que todo el mundo le aplauda.

Así, vemos que ‘casualmente’, hoy, después de la Diada, la fiscalía española ha pedido al juez Pablo Llarena, que reactive la euroorden contra el conseller Lluís Puig, exiliado en Bruselas. Sabemos que no es una casualidad.

De ese modo, Pedro Sánchez, que en su momento comentó, retóricamente: ‘¿de quién depende la fiscalía?, pues …’, ahora reacciona a nuestra manifestación, con ese nuevo ataque, que nos confirma que no es un personaje de fiar, es un tahúr tramposo, valga la redundancia.

Pedro Sánchez actúa como el citado ‘doctor inverosímil’, pues tiene una única idea preconcebida, como todo mal perdedor limitado en todos los sentidos, así, actúa como el doctor del siguiente cuento.

Gómez de la Serna, explica que, ‘el doctor inverosímil’ dice:

‘Mi termómetro es un termómetro falso que no puede señalar más que treinta y siete y cuatro, porque hasta ahí tiene camino el mercurio, y en el resto, el cristal es sólido y no deja pasar a la plateada sierpe.

Para mis enfermos también tengo termómetros de esa clase, que sustituyo en lugar de los suyos.

No hay nada más nocivo que un termómetro, pero que menos se le pueda quitar al enfermo. Sólo se le puede sustituir. Yo he intentado a veces despojarles del termómetro, rompérselo, tirárselo, y no ha sido posible: siempre ha vuelto el termómetro clandestino con sus brillos de barrita de hielo.

El termómetro, con sus borrosidades, en que se pierde la línea del mercurio como en los limbos de la nada entre los limbos del cristal, es aciago, como si fuese una espina que se tragase el enfermo y que se le clavase en el alma.

Contiene el termómetro una inyección de fatalidad irreparable, que se vuelve más irreparable aún después de inyectarse. Ese mercurio inquieto de los termómetros penetra en la vida y pone su columna de frío, que como un fenómeno reflejo o como se quiera se inmiscuye en la columna vertebral.

Se mueve, circula en el torrente circulatorio el termómetro entero, y con sus números, con sus brillos de fría locura, con su metro de la vida, medida exacta, breve -tan breve que parece mentira-, que separa lo que va de la vida a la muerte’

(epdlp.com)

Así, Pedro Sánchez tiene su termómetro, que siempre señala 37,4 grados, que, por lo que parece, es su mantra de la convivencia y sometimiento que nos ha impuesto, gracias a sus maravillosas y mágicas dotes.

Él no entiende que la realidad pueda ser diferente, sólo ve su espejo mágico, y actúa en consecuencia, como la bruja del cuento de Blancanieves de los hermanos Grimm, pues a la pregunta ‘espejito, espejito, ¿quién es la más bella del reino?’, él mismo se responde que no hay nadie mejor que él.

Pedro Sánchez, actúa como Grimhilde, la malvada madrastra de Blancanieves, que, al oír del espejo, que la más bella es Blancanieves’, hace lo imposible para eliminarla. Ese es el proceder de ‘Sánchezhilde’, al ver la manifestación de ayer, y hoy, ordenando la actuación de la fiscalía, como he señalado.

Y, desgraciadamente, Pere Aragonès, y todo su partido (ERC) también actúan como ese doctor inverosímil de Gómez de la Serna, intentando imponer su discurso sobre ‘dientífricos’ y ‘curapiés’, pensando que, tergiversando la realidad a su medida y comodidad, así controlan el pensamiento social mayoritario. En fin, ese es su problema, que, lógicamente, nos afecta a todos, ya que intentan buscar la confusión, mareando la perdiz.

Habitualmente, en mis escritos introduzco alguna fábula ilustrativa, ya que, me parece que es un buen ejercicio didáctico.

Pues bien, acabo este escrito con una historia que supera todas las fábulas habidas y por haber:

‘Un policía nacional imputado por el 1 de octubre, denuncia ahora un beso no consentido de una manifestante el 2017.

Uno de los 45 agentes de la policía nacional imputados por las cargas en los colegios electorales de Catalunya durante el referéndum, ha denunciado el beso no consentido que le hizo una de las manifestantes en Barcelona, por considerarlo un delito contra la libertad sexual.

Seis años después, y a la espera del juicio, en medio de la polémica generada por el beso forzado de Luis Rubiales a Jenni Hermoso durante el final del Mundial, que le ha llevado a dimitir, el policía nacional, ayer lunes, ha interpuesto una denuncia contra la mujer, en el juzgado de instrucción número 7 de Barcelona.

El efectivo de la unidad de intervención policial (UIP), los antidisturbios, relata que una persona desconocida de unos 60 años le dio un beso en la boca de manera ‘sorprendente, inopinada, rápida y no consentida’. El policía ha acompañado la denuncia con un vídeo del canal de Qatar Al Jazeera y según ha relatado, los hechos se produjeron en un ‘ambiente de extrema violencia ambiental’, en el cual, según denuncia, la mujer ‘buscaba, además del ánimo libidinoso’, desencadenar ‘una situación de violencia generalizada’ por la reacción del agente que, no obstante esto, fue de ‘asco y contención’.

Los hechos, según el agente, se produjeron ante la sede central del departament d’Educació, situado en la Vía Augusta de Barcelona: ‘una señora de unos 60 años se acerca y me insulta, y, al observar que un cámara estaba próximo a ambos, me coge con las dos manos del cuello y del casco antidisturbios que llevaba como uniforme, inmovilizándome sorprendentemente, y acercando me cabeza a la suya, para posteriormente besarme en la boca con la suya (…) al cogerme de la parte baja del casco, no puedo escaparme ni impedir que doble mi espalda, (…)

(Marta Sánchez Iranzo, martes 12 de setiembre, elnacional.cat)

Efectivamente, esta historia merecerá trascender como una de las perlas del estado español. Seguro que ninguna fábula la podrá superar.

Y que curiosamente, el agente la denunciase ayer, en la Diada, seis años después de los hechos del 2017, y, también, después del famoso beso robado de Rubiales, demuestra la escasa imaginación y nulo funcionamiento neuronal, propio de un encefalograma plano.

Todos hemos visto que los policías antidisturbios, nacionales, guardias civiles y mossos, llevan una indumentaria que les hace parecer robocops, pues van acorazados, como los hemos visto y sufrido en las manifestaciones de la avenida Meridiana, cuando cortábamos la circulación. Sus brazos, rodillas, botas, todo está pensado para su defensa y para su respuesta de ataque.

Así, que una señora de 60 años, pudiera cogerlo por el cuello e inmovilizarlo, parece pura ficción; si fuera tan fácil, la historia sería otra. Y que ahora quiera imputar a esa señora, por violencia sexual, por encima de la suya con sus porrazos y empujones …

¿Qué harían y opinarían ese tipo de policías, si aquí se hubiese reproducido la imagen del 25 de abril de 1974 en Portugal, en el inicio de la Revolución de los Claveles?, ¿Qué pensarían si les hubiésemos puesto un clavel en sus porras (si eso fuese posible) o en sus cascos? Seguro que considerarían que era un acto terrorista ‘floricida’.

En fin, que, como vemos, debemos hacer lo posible y lo imposible por escapar de las fauces del reino español. Afortunadamente, somos incompatibles. Nosotros queremos una república democrática, igualitaria. Ellos sólo quieren una España indivisible, como ‘unidad de destino en lo universal’ (como apuntó José Antonio Primo de Rivera (1903 – 1936), para preservar sus esencias, como defiende la Falange Española.

Podemos estar en desacuerdo en la estrategia, en el programa y calendario. Pero sólo hay una receta, que el mencionado doctor inverosímil nos recetaría: salir a las calles para presionar pacíficamente, y eso, los jubilados podemos hacerlo sin repercusiones laborales. Pero nos falta determinación. Si lo hacemos, los actuales dirigentes de los partidos independentistas, nos seguirán, quizá no por ganas, pero sí, por no perder sus poltronas.

Sólo así podremos salir de ‘la razón de la sinrazón’ en la que estamos inmersos desde hace 309 años, desde 1714.