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La sociedad del cansancio que expulsa al diferente

Amadeo Palliser Cifuentes
amadeopalliser@gmail.com

Estos días vamos viendo más ‘ocurrencias’ de Pere Aragonès que nunca y, en una sociedad cansada de tanto postureo y de tanto marketing ‘político’, ese proceder, a mi modo de ver, conlleva un efecto negativo, como intento explicar en este escrito.

Montserrat Dameson, este sábado día 6, publicó un artículo titulado: ‘Aragonès persigue la relevancia’, en el que dice que:

‘El president Aragonès ya no sabe qué hacer para llamar la atención. Estas semanas de precampaña han sido un desfile de ocurrencias para ocupar titulares, para no pasar desapercibido. Confunde la discreción -un gran don, como bien sabe Salvador Illa – con la irrelevancia, y ha decidido revestirse de un tono más agresivo, incluso travieso, para sacarse de encima la sombra de hombre gris (…) y es curioso, pues hasta ahora, ERC se ha encargado de salvar la falta de carisma de Aragonès revistiéndolo de institucionalidad. Conjugar un discurso de precampaña agresivo para ganar relevancia con la ventaja de hacerlo desde la presidencia puede salirle por la culata: en lugar de potenciarse, las dos intenciones pueden contrarrestarse.

(…) Bombardear a la opinión pública con propuestas de referéndum pactado o de un debate con Puigdemont e Illa, sirve para marcar una agenda política que no se base en la fiscalización de su gobierno.

(…) El president Aragonès se ha lanzado a esta estrategia porque piensa que matará dos pájaros que le punchan: ponerse al centro de la agenda -conseguir que una mayoría notable de catalanes le considere un candidato serio -, y borrar la sensación general de que no ha sido capaz de resolver ninguno de los grandes problemas que enfronta el país’.

(www.elnacional.cat)

El filósofo coreano Byung-Chul Han (n. 1959), señala que:

‘Si el siglo XX nos preparó para los problemas de la represión, las patologías relacionadas con el peso de los deberes, el siglo XXI se enfronta a la saturación de posibilidades, a la exigencia constante de optimizarnos, que nos lleva a la autoexplotación y al narcisismo exacerbado: la demanda omnipresente de rendimiento es la condición a la cual nos ha llevado el capitalismo neoliberal, que se manifiesta en todos los ámbitos de la vida.

(…) Byung-Chul Han, señala 20 temas para estudiar:

  1. La sociedad del cansancio
  2. La sociedad de la transparencia
  3. La sociedad del positivismo
  4. La expulsión de lo distinto
  5. El infierno de lo igual
  6. La sociedad de consumo
  7. La sociedad del entretenimiento
  8. La sociedad del narcisismo
  9. La sociedad del control
  10. La sociedad del Big Data
  11. La sociedad del trabajo
  12. La sociedad del burnout
  13. La sociedad del multitasking
  14. La sociedad de la aceleración
  15. La sociedad de la comunicación
  16. La sociedad de la información
  17. La sociedad del algoritmo
  18. La sociedad del poder
  19. La sociedad de la violencia
  20. La vida contemplativa

Y todos ellos son sumamente importantes e interesantes, pero, a los efectos del presente escrito, me centro en el mencionado en primer lugar:

La sociedad del cansancio:

Byung-Chul Han sostiene que vivimos en una sociedad del cansancio, en la que el individuo se somete a la presión constante por producir más y mejor, por optimizar su tiempo y su energía, por consumir y competir sin límites. Esta dinámica genera un agotamiento físico y mental que se manifiesta en enfermedades como la depresión, el estrés o el déficit de atención. El autor critica que esta sociedad nos hace creer que somos libres y autónomos, cuando en realidad somos víctimas de un sistema que nos explota y nos deshumaniza.

(Wikipedia)

Y efectivamente, si analizamos la situación catalana actual, podemos constatar, fácilmente, un gran agotamiento y una gran desmotivación, así como una notable desmovilización, en definitiva, un cansancio.

Y los independentistas catalanes somos conscientes de que ERC tiene gran parte de responsabilidad de esos sentimientos de la ciudadanía, ya que sus políticas de sumisión a Pedro Sánchez (PSOE), para conseguir los indultos, tenían, por lo que parece, la exigencia de desinflar, desmotivar y  desmovilizar a la ciudadanía; y eso, a corto y medio plazo, y por los siglos de los siglos, amén, como debió apostillar Oriol Junqueras, presidente de ERC, y calificado como el ‘obispo’, por sus discursos bonistas, poniéndose él, como prototipo, sin el menor rubor, pues no debe tener abuelas, o no deben cumplir esa función.

Y de ese modo, ERC se aprovecha, asimismo, del cansancio generalizado expuesto por el filósofo mencionado, dándonos la impresión de que somos libres y autónomos, cuando, en realidad, estamos esclavizados por sus mentiras (las del estado español ya vienen de origen, desde hace más de 300 años)

Es verdad que la ciudadanía no puede permanecer en perpetua movilización, y que una década como la que hemos pasado, tiene sus efectos; pero vemos, asimismo, que cuando tenemos una idea ilusionante, que comporta mantener el pulso con el estado para seguir trabajando por la independencia, como es el caso de la candidatura del president Carles Puigdemont, en el exilio, la realidad es que, aparentemente, revitaliza las ilusiones de muchos ciudadanos, que nos sentimos menos cansados y no queremos caer / seguir en la abulia.

Una buena muestra de esa ilusión la hemos visto este fin de semana, que una gran cantidad de independentistas se desplazaron a Elna (Catalunya Nord, actual Francia), para apoyar la presentación de las candidaturas de Junts a las elecciones del próximo 21 de mayo, mientras que, comparativamente, en los actos programados por los restantes partidos, aún siendo efectuados en Barcelona, la asistencia a éstos ha sido mucho menor.

Byung-Chul Han advierte que la sociedad de la transparencia no es sinónimo de verdad, ni de democracia, sino que implica una pérdida de nuestra intimidad, de misterio, de singularidad y de profundidad, pues nos convierte en objetos visibles, calculables, por haber renunciado a nuestra subjetividad y a nuestra capacidad crítica.

Y ante esta situación, debemos sublevarnos, debemos ser críticos con todos los políticos (y también con Carles Puigdemont, si nos falla, que espero que no); no debemos ser dóciles regaladores de nuestro voto, como acto único y exclusivo de nuestra actividad política.

Sólo siendo críticos, en todo momento, defenderemos nuestra singularidad, nuestra diferencia, y lograremos romper la homogeneidad que pretende el sistema, y que tan bien aplica el estado español, pues tanto el PP como el PSOE, sólo aspiran al ‘café para todos’, al ‘infierno de lo igual’ (como lo llama el mencionado filósofo coreano), una sociedad en la que solo hay repetición, imitación, conformismo, la previsibilidad y el aburrimiento; un infierno en el que no hay lugar para el discrepante, para la diferencia y para la novedad. Un infierno que el autor contrapone al paraíso que, según él, se caracteriza por la creatividad, la diversidad y el asombro.

Y en estas estamos, que ERC, por más juegos malabares que haga Pere Aragonès, no deja de ser un mero representante más del mencionado infierno; y no digamos ya, de Salvador Illa (PSC/PSOE) que hace el papel de triste ‘delegado’ del gobierno central, ‘la voz de su amo’. Mientras que Junts, en este momento, representa, como he dicho, una candidatura ilusionante.

Byung-Chul Han, profundiza, asimismo, en la sociedad del entretenimiento, que nos impide reflexionar, aprender y crecer, y nos mantiene en un estado de pasividad, de superficialidad e infantilismo; como lo hace también la actual sociedad del narcisismo, con el culto al cuerpo, a la fama y al éxito personal, un narcisismo que nos aísla, nos impíde relacionar y nos hace perder el sentido de la realidad. UN perfecto exponente de esa política es Pedro Sánchez (PSOE) como he apuntado en diversas ocasiones. Y, claro, sus tentáculos en Catalunya son, de forma directa, Salvador Illa y, de forma indirecta, ERC.

Y así estamos, ese es el momento actual contra el que tenemos que luchar, sin desfallecer, no hay otra.

Para finalizar este escrito, me parece interesante destacar, también, otros dos aspectos:

El filósofo surcoreano profundiza en la sociedad del control (interno y externo) y sobre esto, todos somos muy conscientes, viendo las guerras y, también, como no, la vulneración de derechos básicos, como hemos visto con la invasión de la embajada mexicana en Ecuador. 

Y, al analizar la sociedad del algoritmo, señala que, de cada vez más, estos algoritmos determinan nuestra forma de pensar, decidir y de actuar, por lo que nos convierten en meros sujetos pasivos e irrelevantes. Un buen ejemplo lo tenemos con el uso de la IA por parte del ejército de Israel, con sus programas ‘Lavanda’, ‘dónde está papá’ y ‘Habsora’ (Evangelio), que llegan a seleccionar y determinar los presuntos miembros de Hamás en Gaza. Una clara muestra de despersonalizar e irresponsabilizar a los ‘responsables’ del ejército de Israel y, en consecuencia, considerar a las futuras víctimas como meros ‘clics’ en su video juego asesino.

En definitiva, que, en este momento, la tentación de rendirnos, de sentirnos cansados y superados, es infinita, pues luchar contra esos molinos de viento es enormemente costoso. Por eso, si nos esforzamos para ser diferentes, para mantenernos críticos, aunque sea en nuestra pequeña esfera e inmediaciones, deberemos soportar un sobrecoste muy alto, pero, aún así, valdrá la pena, si queremos seguir siendo personas, ciudadanos con plenos derechos.