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amadeopalliser@gmail.com
En mi escrito de ayer me referí al potaje informativo del momento político español, y vistas las reacciones de los políticos de la extrema derecha y la derecha extrema (PP y Vox / Vox y PP), así como de todos sus medios de comunicación afines, es fácil ver que algunos de los ingredientes de ese potaje, les han resultado indigestos.
Ese ingrediente, que para ellos fue la peor pócima diabólica, fue, claramente, el de las lenguas cooficiales: catalán, euskera y gallego, que tuvo dos frentes: el reconocimiento en el congreso de los diputados, y el debate para ese mismo fin, en el parlamento europeo.
Para la derecha, el día de ayer, por lo tanto, fue como si hubieran tomado una buena dosis de la peor pócima, como he dicho, y, por eso, su resaca les durará días o meses.
Es evidente que a la autoconsiderada izquierda española, como el PSOE y Sumar, también se les revuelven las tripas (pues, en realidad piensan igual que la derecha), pero, apropiándose del refrán ‘hacer de la necesidad virtud’, han hecho lo imposible por beneficiarse de las desventajas. Y es evidente, Pedro Sánchez nunca ha estado a favor del plurilingüismo, pero ahora necesita los votos de los 7 diputados de Junts, y, por ello han vendido su alma al ‘diablo’ Puigdemont. (Los votos de ERC, por mucho que digan, ya los tienen entregados al PSOE, desde los indultos).
El estado, y sus brazos políticos y mediáticos, consideran que ese reconocimiento no es otra cosa que un ataque al castellano, SU lengua ‘superior’ que ‘nos une a todos los españoles’. Y un ataque a SU lengua (‘que nunca fue de imposición’ como dijo con toda su cara el rey autoexiliado), lo viven como si se tratara de un ataque a SU bandera, nada más y nada menos.
En esa línea, no quieren ni asumir, que haya jugadoras de fútbol que, como expresión de fuerza, se negaran a jugar con la selección española (SU ‘roja’); por eso, tras amenazarlas de arruinar su carrera deportiva, éstas han tenido que ceder, excepto 2 jugadoras del FC Barcelona (Mapi León y Patri Guijarro), las dos jugadoras que hace unos meses ya se negaron a jugar el mundial de Australia y Nueva Zelanda. Así que mi mayor respeto por su coherencia, que está por encima de las pérdidas económicas e inmateriales que eso les comporta.
El estado quiere demostrar que los castellanos y, por extensión, todos los españolistas (incluidos los catalanes que piensan así), siguen siendo los vencedores, los conquistadores, los que ganaron la guerra de 1714, y sus descendientes ganaron la guerra provocada por el criminal e ilegal levantamiento franquista de 1936 a 1939; un levantamiento traidor, pues todos sus generales habían jurado fidelidad a la República. Pero esos juramentos tienen el mismo valor que los de Juan Carlos I, que, habiendo jurado los principios fundamentales franquistas, sin pestañear, poco después se declaró demócrata de toda la vida, jurando la actual constitución.
Como ilustración del mal estar expuesto, podemos ver las portadas de los periódicos españolistas, del día de hoy:
- El Mundo: ‘Hito del independentismo al imponer la discordia lingüística’
- La Razón: ‘Sánchez renuncia al español como lengua de trabajo en la UE’
- ABC: ‘El castellano deja de ser la lengua de todos en el Congreso’
Mientras que, en otros periódicos, siempre hábiles con si ambigüedad interesada, vemos:
- El País: ‘El PSOE afianza una mayoría en el Congreso con las lenguas’
- La Vanguardia: ‘El Congreso plurilingüe se abre camino por amplia mayoría’
- El Periódico: no hace ninguna referencia al respecto.
Respecto a La Vanguardia, es fácilmente observable la línea editorial en todo el Grupo Godó, pues hoy, por ejemplo, su cadena de radio RAC1, en la tertulia ‘el mon a RAC1’ (el mundo), su locutor y director, Jordi Basté, ha dedicado todo el tiempo para hablar del fútbol femenino, y las agresiones sexuales a niñas; y, al final de la tertulia, riéndose, se ha vanagloriado de ‘no haber hablado del catalán’.
Y todo eso es vergonzoso, pues poder hablar en catalán, euskera y gallego en el congreso de los diputados, fue un hito histórico de una gran fuerza y trascendencia simbólica, pues la lengua es uno de los elementos que configuran y definen la identidad.
Y ese es el núcleo duro que les duele, claro.
Los unionistas españoles saben, por su propia experiencia en sus antiguas colonias americanas, igual que aquí en Catalunya, Euskadi y Galicia, que la utilización de la lengua como un arma de dominio y control, siempre es efectiva. Por eso, consideran que las lenguas minorizadas (que no minoritarias) dividen a la población, población que quieren unificada, homogeneizada, en definitiva, amuermada. Un ejemplo de ese poder, lo vemos también en Asturias, que la mayoría va contra el bable (llingua), al que le privan de financiación, así que esa minorización comportará la muerte de esa lengua, en breve.
Pero, claro, como he dicho, en el reino español nunca, y nunca es nunca, ha habido ningún interés por las diferentes lenguas, que consideran como una riqueza folclórica, nada más.
Es preciso señalar que los españolistas, achacan, como otro gran argumento para atacar el plurilingüismo, el coste de los pinganillos y traductores. Qué pena y qué asco. No se plantean la costosísima casa real, las subvenciones a los diferentes lobbies, el coste militar en su conjunto y sus ridículos desfiles, etc. Y, claro, nunca reconocen los derechos humanos, entre ellos, el poder hablar en su propia lengua.
Respecto al parlamento de la UE, a pesar de que los aduladores interesados de Pedro Sánchez mostraban su gran satisfacción; vimos que no fue más que tirar la pelota hacia adelante. Y es conocido que ‘cuando un diplomático dice sí, quiere decir ‘quizá’; cuando dice quizá, quiere decir ‘no’; y cuando dice no, no es un diplomático’.
De todos modos, el paso que se dio ayer en el parlamento de la UE, fue un gran paso, que esperamos que se confirme en la próxima sesión plenaria de octubre. Pero, si los informes económicos y jurídicos que han solicitado los europarlamentarios, deben ejecutarlo comisiones controladas por la derecha, lo tendemos claro, se dilatarán los estudios, al objeto de dificultar la investidura de Pedro Sánchez, claro.
Los eurodiputados se organizan en 20 comisiones, 3 subcomisiones y 39 delegaciones; toda una burocracia, nada ágil.
Y ya vimos que el presidente de la comisión de asuntos jurídicos del parlamento europeo, presidido por el español (y españolísimo) Adrián Vázquez (de Ciudadanos), a pesar de haber expresado su hostilidad contra Carles Puigdemont, fue considerado válido para presidir la causa sobre su inmunidad (y la de Comín y Ponsatí), y, como sabemos, esa comisión ‘neutral y objetiva’ quitó la inmunidad a nuestros representantes (El TGUE ratificó esa medida; y ahora está pendiente del TJUE). Así que, si ahora el análisis jurídico sobre la ampliación de las lenguas oficiales recae en esa misma comisión y en ese españolista, lo tenemos claro.
Me parece que una medida profiláctica y democrática, sería que los miembros de un estado se inhibieran de formar parte de esas comisiones, cuando deban tratar temas de su propio estado. Pero, en ese club de mercaderes se procede justo al revés, los diputados de los estados tienden a copar las comisiones que les parecen más relevantes, en función de la cartera de temas pendientes o previstos. Una vergüenza más.
Por todo ello, me parece que encaja a la perfección la reproducción del siguiente cuento:
‘La sopa de piedra
En cierta ocasión, un viajero que iba cargado con un ligero petate y una olla vacía llegó a un pueblo que no conocía. Llevaba días caminando y estaba sucio, cansado y, sobre todo, hambriento.
Se dirigió a la plaza y vio que estaba muy animada. Entre el bullicio distinguió a algunas personas sentadas y degustando buenos trozaos de queso con pan de hogaza y refrescándose a base de beber vino de la última cosecha.
Se acercó a ellas y les pidió, por favor, si podían invitarle a comer algo, pues hacía más de dos días que no se llevaba nada a la boca.
Por desgracia, nadie quiso compartir con él ni unas migajas.
Entristecido, pero sin perder el ánimo, avistó una fogata en medio de la plazoleta. Cogió su olla, la llenó de agua en la fuente pública, y metió dentro una piedra limpia y lisa, del tamaño de una naranja. La gente, extrañada, se acercó a él.
¿Qué hace usted? ¿acaso va a cocinar un pedrusco?, le preguntó un lugareño descarado, cuya voz sobresalió entre los murmullos de la gente que se miraba con cara de asombro.
Tengo una piedra que podría decirse que es mágica y hace la mejor sopa del mundo. Ahora mismo ustedes van a comprobarlo con sus propios ojos.
Decenas de personas se arremolinaron en torno al viajero. ¿Una sopa mágica? ¡Eso había que verlo! La expectación era máxima.
Cuando el agua empezó a hervir, el extraño vagabundo sacó una cuchara de su bolsa y la probó.
¡Uhmmm! … ¡qué rica está quedando mi sopa! Claro que si tuviera algo de carne estaría más sabrosa…
Uno de los lugareños le dio un pedazo de jamón que acababa de comprar. Pruebe a echarle esto, a ver si ayuda a mejorar su sabor.
Al rato, el viajero la probó de nuevo. Realmente está más rica, pero con un poco de verdura quedaría aún más exquisita, exclamó en alto para que todos le escucharan.
Una mujer que salía del mercado y se había unido al curioso grupo, también quiso contribuir a esa curiosa receta. ¡Tenga … unas zanahorias y unas berzas para añadir al caldo!
El viajero las aceptó encantado, las echó a la olla y se llevó un poco de líquido caliente a los labios. ¡Qué maravilla! Pocas veces he comido algo tan delicioso .. ¿Alguien tiene media docena de patatas y un poco de sal para realzarla un poco más? ¡Esto ya casi está!
¡Yo tengo!, dijo un muchacho deseoso de probar la sopa. Espere un momento que me acerco a casa y ahora mismo le traigo lo que le falta.
Tal como había prometido, el chico apareció minutos después con las patatas y la sal, que fueron a parar a la cazuela, junto con los demás ingredientes.
Cuando la sopa estaba en su punto, el viajero dijo a todos los allí presentes que fueran a buscar un plato ¡tenían que probar aquella maravilla!
Hombres, mujeres y niños degustaron la sopa de piedra y la encontraron espectacular. El perspicaz e inteligente viajero había conseguido que la gente del pueblo creyera que estaba tan rica por los efectos mágicos de la piedra, cuando, en realidad, estaba buenísima porque entre todos habían llenado la olla de buena comida y sabrosos condimentos.
Una vez que el hombre sació su apetito y se sintió con fuerzas, lavó la piedra y se la metió en el bolsillo ¡probablemente volvería a necesitarla para poder comer en otra ocasión!
(https://www.mundoprimaria.com)
De ese cuento hay muchas variantes, como que una vez hecha la sopa y mientras todos iban a buscar su plato, el viajero desaparece; etc.
De todos modos, me parece que la lectura tiene varias similitudes, que van muy bien en el actual momento, pues, por ejemplo, el viajero hambriento, podría ser Puigdemont, la piedra mágica, sus 7 votos de Junts, y los diferentes partidos, los lugareños que inicialmente le rechazan y, después, le entregan lo que quiere.
Pero, como sabemos, siempre hay dificultades en la comunicación, como refleja muy bien el siguiente cuento, que también va de potajes:
‘El cuento de la sopa
Estaba una señora sentada en la mesa de un restaurante, y tras leer la carta, decidió pedir una apetitosa sopa en la que se había fijado.
El camarero, muy amable, le sirvió el plato a la mujer y siguió haciendo su trabajo. Cuando éste volvió a pasar cerca de la señora, ésta le hizo un gesto y rápidamente, el camarero fue hacia la mesa.
Camarero: ¿qué desea, señora?
Señora: quiero que pruebe la sopa.
El camarero, sorprendido, reaccionó con amabilidad, preguntando a la señora si la sopa no estaba rica o no le gustaba.
Señora: no es eso, quiero que pruebe la sopa.
Tras pensarlo un poco más, en cuestión de segundos, el camarero imaginó que posiblemente el problema era que la sopa estaría algo fría y no dudó en decírselo a la mujer, en parte disculpándose y en parte preguntando.
Camarero: quizás es que esté fría señora. No se preocupe, que le cambio la sopa sin ningún problema…
Señora: la sopa no está fría ¿podría probarla, por favor?
El camarero, desconcertado, dejó atrás la amabilidad y se concentró en resolver la situación. No era de recibo probar la comida de los clientes, pero la mujer insistía y a él no se le ocurrían más opciones ¿qué pasaba a la sopa?
Camarero: señora, dígame que ocurre. Si la sopa no está mala y no está fría, dígame qué pasa y si es necesario, le cambio el plato.
Señora: por favor, discúlpeme, pero he de insistir en que si se quiere saber qué le pasa a la sopa, sólo tiene que probarla.
Finalmente, ante la petición tan rotunda de la señora, el camarero accedió a probar la sopa. Se sentó por un momento junto a ella en la mesa y alcanzó el plato de sopa. Al ir a coger la cuchara, echó la vista a un lado y otro de la mesa, pero no había cuchara. Antes de que pudiera reaccionar, la mujer dijo:
Señora: ¿lo ve? Falta la cuchara. Eso es lo que le pasa a la sopa, que n o me la puedo comer’.
(https://lamenteesmaravillosa.com)
Y la moraleja de la incomunicación, desprecio y deshumanización de los partidos españoles con el president Carles Puigdemont, que ha dominado desde 2017 por parte de todos los poderes del estado, ahora ha cambiado, pues el PSOE y Sumar se ven obligados a negociar con él, pero hacen como la señora del cuento, pese a las clarificaciones del president, así que han de cambiar mucho las cosas, si quieren tener la presidencia del gobierno.
Así que ‘cosas veredes, amigo Sancho’.
Pero, como Mafalda odiaba a la sopa (que representaba las dictaduras militaristas), yo también estoy cansado de los potajes españoles y de su cocido madrileño, que nos han impuesto a la fuerza durante tantos años (siglos).