La situación política española y catalana, así como la internacional (Francia, Reino Unido, EUA, Rusia, Israel, etc.), me ha recordado que Charles Robert Darwin (1809 – 1882) escribió, en 1809 que ‘las especies más fuertes no son las que sobreviven, ni las más inteligentes, sino las que mejor se adaptan a los cambios de su entorno’; y esa adaptación ‘supone una variabilidad de las especies’. Pero en todas las organizaciones: políticas, empresariales, familiares, etc., desgraciadamente, los adaptados de forma oportunista e interesada, son los que adquieren la mayor fuerza, que aplican despóticamente, como intento explicar en este escrito.
Estos días son muy ilustrativos, especialmente para los independentistas catalanes, que vemos, de nuevo, que el corrupto reino español está blindado de forma ilegal, alegal, amoral y carente de toda ética, y tienen todas sus trincheras en ‘perfecto estado de revista’, para actuar rápidamente contra los independentistas y, por extensión, contra todos los catalanes.
La prevaricadora actuación del poder judicial con su reciente sentencia contra la ley de la amnistía, es una buena muestra al respecto, ya que, de forma directa afecta a los líderes implicados, pero, indirectamente, concierne a todos los catalanes (y españoles), pues comporta un recorte de los derechos fundamentales.
Y claro, esa mentalidad de aniquilación, se refleja en la política de tierra quemada, que consiste en destruir absolutamente todo lo que pueda ser de utilidad al enemigo, incluso cuando el invasor abandona la tierra arrasada.
Esa política, que ya se utilizaba siglos atrás, quemando los campos de cereales del enemigo, e impedirle cualquier refugio, suministro, etc., obviamente, tiene unas consecuencias directas, físicas, pero, también psicológicas.
El artículo 54 del Protocolo I de los Convenios de Ginebra (en su enmienda del año 1997), prohíbe ‘atacar, destruir, sustraer o inutilizar los bienes indispensables para la supervivencia de la población civil (…)’.
En su momento, el reino español firmó esos convenios, pero, como vemos, no los aplica, ya que siguen con su estrategia militar, sí, militar, de seguir ahogando económicamente la economía catalana, mediante la infrafinanciación que históricamente vienen practicando, con la no inversión en infraestructuras, el incumplimiento en la ejecución de los presupuestos, el favorecimiento para que las empresas trasladaran sus sedes fuera de Catalunya, etc. Y esa represión, obviamente no se limita a la economía, sino que, también, a la cultura, especialmente la lengua catalana.
Y la consecuencia directa, es que en Catalunya la tasa de riesgo de pobreza o exclusión social, el año 2023 fue del 24,4%, según el Idescat; en 2020 en Catalunya había 702.000 personas en el nivel de pobreza severa, lo que suponía un 9,2% sobre la población total; y, obviamente, esos datos se han ido agravando.
Hace unos días, y como ya expliqué en un escrito anterior, en mi barrio de Sant Andreu de Barcelona, en concreto en la calle Navas de Tolosa, se suicidaron dos hermanas (de 54 y 64 años), horas antes de ser desahuciadas de su vivienda, y ya van 4 este año en Barcelona; y es sabido que todas las personas en ‘espera’ de ser desahuciadas, sufren un severo proceso de estrés tipo post-traumático.
Y claro, con posterioridad, todos los organismos implicados se exculparon de sus responsabilidades, argumentando mil subterfugios para ‘justificar’ el incumplimiento de los protocolos sobre la vulnerabilidad de las personas.
Y viendo que el alcalde de Barcelona, Jaume Collboni (PSC/PSOE) antepone los shows mediáticos (Copa América, Fórmula 1 con su Live Barcelona Road Show, etc.), diciendo, orgullosamente que ‘Barcelona ha vuelto’, ya está todo dicho sobre los reales intereses de esos especímenes de sujetos y de su orden de prioridades.
La portavoz del gobierno de la Generalitat, Patrícia Plaja, al ser preguntada sobre ¿qué había fallado?, contestó: ‘ha fallado todo, una vez más, esto es lo que es realmente grave. Esto no es un hecho excepcional’; y ya está, nadie cesa, nadie dimite, todos siguen calentando sus poltronas. Los servicios municipales de la vivienda no hicieron el preceptivo informe de vulnerabilidad, ya que ‘nunca pudieron contactar con nadie (…) ni respondieron los mensajes’. De vergüenza total, pues, con esas excusas muestran que desconocen el estado psicológico de las personas estresadas / deprimidas, carentes de todo tipo de recursos y de capacidades, que merman todo tipo de reacción y de respuesta esperable en las personas sanas.
Evidentemente, también y de forma especial, tienen responsabilidad los vecinos de esas mujeres, por desconocer, por no interesarse, por desinhibirse, de los problemas de sus propios vecinos (es preciso señalar que el propietario de la vivienda en cuestión, también es un vecino de la misma finca). Y, claro, de cara a la galería, posteriormente, el ayuntamiento se desplazó a la finca para dar apoyo psicológico a los vecinos. Una burla más, pues no necesitan psicólogos, que también, lo que necesitan son lecciones de humanidad, de solidaridad, de convivencia.
Sobre esa infrafinanciación, y sobre los irresponsables especímenes políticos al efecto, me parece interesante un artículo de Joan Vall Clara, del PuntAvui de hoy, que señala:
‘Bien entretenidos que estábamos mirando si se conseguía un financiamiento singular para Catalunya que justificase investir el 155 (Illa) a la presidencia de la Generalitat, y nos la pegan en la cabeza con la amnistía, basándose en una malversación singular que, al cabo de dos días también se convierte en multilateral, porque el tribunal constitucional ha exculpado a los implicados y acusados por el caso de los ERE (expedientes de regulación de empleo) de Andalucía’
Ese caso de los ERE fue el de mayor corrupción política en la España ‘democrática’, vinculada a la Junta de Andalucía en el período 2000 / 2009, por el que fueron acusados, mediante la sentencia del 20 de mayo del 2019, por malversación y prevaricación (que ascendió a 647.869.157,45 €) los presidentes andaluces José Antonio Griñán Martínez, Manuel Chaves González, ambos del PSOE), entre otros personajes’.
Y ayer, el tribunal constitucional, teóricamente progresista, aunque dividido, anuló las condenas, exonerando a los implicados.
Formalmente, el tribunal constitucional no es parte del poder judicial, pero, a todos los efectos, nos muestra el diferente baremo, máxime si lo comparamos con la nefasta sentencia del tribunal supremo con su fabulada interpretación sobre la malversación de los líderes independentistas. Pero, en ambos casos, lo que prima son los intereses de los grandes partidos, los sistémicos.
Y nos muestra, como señala inteligente y agudamente el citado Joan Vall, los catalanes ‘hemos pasado de esperar un financiamiento singular, a tener una malversación singular’.
Todo es un teatro, y la separación de poderes uno de los mayores, y eso no es específico de España, pues vimos que, durante el mandato de Donald Trump, en un solo mandato, nombró al 33% de los nueve jueces del tribunal supremo de los EUA, y al 30% de los jueces en las cortes de apelación, y todos ellos son cargos vitalicios; y la mayoría de los nombrados fueron hombres blancos, y ninguno de los 54 jueces de apelación designados es negro. Y esos jueces, son los que conformarán la jurisprudencia de ese país durante estas décadas, ya que, según el Centro Judicial Federal señaló que esos jueces designados por Trump, ejercerán 270 años (*) más que los jueces de Obama, con la consiguiente incidencia en temas como la inmigración, el aborto, la pena de muerte, etc. Y claro, eso ‘explica’ la reciente sentencia del tribunal supremo, ampliando la inmunidad de los presidentes y ‘salvando’, así, al que les nombró.
(*) los tres jueces nombrados por Trump tenían 48, 49 y 53 años cuando se incorporaron al tribunal, lo que les garantiza décadas ejerciendo su influencia.
Ese ejemplo nos explica el interés que tienen los partidos sistémicos españoles (PP y PSOE) en nombrar a jueces afines en los órganos judiciales, pues así confían en tener una mayor ‘confortabilidad’. Y, en concreto, esta semana, hemos visto a Alberto Núñez Feijóo, alegrase por la sentencia del tribunal supremo contra los independentistas, y, a la vez, señalar su desconfianza con el tribunal constitucional, actualmente más ‘vinculado’ con el PSOE.
El resultado de todo esto explica la desmotivación y desmovilización de los independentistas catalanes, que vemos que no podemos hacer nada ante un reino como el español, pues, llegado el caso, el PP y el PSOE, no se diferencia en los temas centrales.
Es cierto que el PSOE aplica un cierto maquillaje, para tapar sus vergüenzas, y hace gestos respecto a Catalunya (por necesidad, no por convicción): defensa del catalán en la UE, la amnistía, etc.; pero, en realidad, son gestos infructuosos, sabiendo que lo son, y aprovechándose de ellos. Gestos que, infantilmente y de forma ilusa, nuestros líderes van comprando y creyéndose que son la panacea, que, al cabo de poco, se ve que no son más que humo.
En el Ara de hoy (4/7), Salvador Cardús, publica un artículo titulado ‘La represión, y también la subversión’, hace referencia a un artículo de Ayaan Hirsi Ali (Somalia, 1969) titulado ‘Hemos estado subvertidos’, y explica las cuatro fases para sabotear y controlar un determinado país:
- La primera fase, la más larga, porque había de afectar a toda una generación, consiste en desacreditar los valores y las instituciones por tal de crear un autoodio ‘civilizatorio’, inculcar ideas autodestructivas y extender la desconfianza en la propia sociedad.
- La segunda fase de desestabilización que fomentaba la polarización y fragmentación social y política.
- La tercera ya es autopropulsada por la misma sociedad, enfrentada interiormente.
- La cuarta y última, es la fase de normalización del proceso de descomposición, el enemigo ya tomaba el control ‘sin haber disparado ni un tiro’.
Pues bien, me parece claro que actualmente, en Catalunya, estamos llegando a la cuarta fase, ya que ahora ERC está negociando para investir a Salvador Illa (PSC/PSOE) represor y favorable del 155.
Vemos la fragmentación, la confrontación y la descomposición de los partidos políticos ‘independentistas’, sólo hace falta seguir, estos días, la corrupta gestión de ERC respecto a los desgraciados carteles ‘Fuera el alzheimer de Barcelona’, con las fotos de Ernest Maragall y su hermano Pasqual, que ya comenté en un escrito anterior. Pero hoy, precisamente, hemos visto que Sergi Sabrià, ha dimitido como vice-conseller de estrategia y comunicación del gobierno de la Generalitat.
Y en su discurso de dimisión, muy emotivo, ha comentado que:
‘(…) no soy culpable, ni me siento culpable, dimito porque creo que es la mejor aportación que puedo hacer a ERC’, (…)
‘las campañas de difusión de mensajes sin logo son habituales y quizás las campañas contemporáneas no son tan bonitas como nos gustaría’, (…) ‘cuando se enteró de esa campaña, le tocó hacer de bombero, apagar el incendio que habían provocado otros’, y ha asegurado que ‘cuando se enteró de todo, lo trasladó a la dirección’. Preguntado por si Junqueras lo sabía (éste había dicho que no) ha dicho que no fue él el que le trasladó personalmente, pero que, como máximo dirigente del partido, se enteró en aquel momento’ (…),
Ha revelado que ‘no hablo con Junqueras desde la noche de las elecciones españolas, hace casi un año, y le ha apuntado a él cuando ha asegurado que personas que han querido precipitar su marcha con ‘acusaciones infundadas, acusaciones falsas y enfangar hasta límites insospechados el debate interno, en el que se encuentra ERC, que se ha convertido en una crisis de grandes dimensiones dentro del partido’ (…).
Ha cargado contra Junqueras, que hasta casi hace un mes era el presidente del partido, dejando caer que miente cuando asegura que desconocía que los carteles venían de dentro del partido y ha revelado que su relación está rota.
‘Hay quién ha enfangado hasta límites insospechados un debate interno imprescindible, al tiempo que decía frases como que era preciso lavar las sábanas en casa’ (…)
‘La conclusión que saco es que, desgraciadamente, hay a quien no le importa ni el partido, ni la militancia, ni la ciudadanía, sólo la ambición y el deseo personal de controlar una organización para hacérsela a medida’ (…)
‘Ahora ya tienen lo que querían y sólo les puedo pedir una cosa, que dejen de hacer daño a la organización y a su reputación’ (…),
‘ERC siempre será un proyecto colectivo y nunca será de una sola persona (…)’
Este es un claro ejemplo de descomposición / putrefacción, derivada del proceso de subversión aplicado por el estado español, en su conjunto, para que, al final, lleguemos a la cuarta fase, invistiendo al nefasto Salvador Illa. Y en estas está ERC, ya que, en plena crisis interna, es lógico que no puede afrontar unas elecciones, que se convocarán de forma automática el 26 de agosto, si no hay investidura previa.
A tal fin, el PSC/PSOE prometerá a ERC la recaudación integral de los impuestos catalanes, y gestionarlos mediante un consorcio compartido, pero ya conocemos las trampas, pues el año pasado, para su investidura, Pedro Sánchez aceptó el traspaso de los trenes de cercanías, que, al final gestionaría un consorcio paritario estado / Generalitat, si bien con voto de calidad de ésta última.
No saben, no quieren, traspasar nada relevante; y claro, ahora, traspasar el cobro de forma conjunta, pero no, gestionar los ingresos, ni eliminar la infrafinanciación, no sirve para nada.
Un nuevo engaño, que la actual ERC me parece que acabará aceptando y vendiendo como un gran logro, para que sus 8500 afiliados, les den la conformidad. Todo lo que sea, para no ir a nuevas elecciones, tal como están ahora. Y, de momento, con Oriol Junqueras como único candidato, que pena. Y con el voto telemático, para evitar la contestatária respuesta a la consulta que efectuó la federación de ese partido hace unas semanas.
Oriol Junqueras, en su inicio me gustó, me pareció un verdadero aire nuevo, pero se endiosó, él mismo llegó a decir que ‘el junquerismo es amor’, y así, hasta quedar afectado por los años de prisión, que le hicieron perder el norte, la empatía y la ética, contra sus propias creencias católicas – apostólicas y romanas, como siempre ha ido recordando, pues como vemos, es vengativo y egoísta.
Por todo esto, los independentistas de base estamos desmotivados, desmoralizados, deprimidos, desmovilizados, pues vemos que nuestra única opción, Carles Puigdemont, tendrá muy difícil volver, ya que al primer paso lo detendrán y se pasará una larga temporada (años) en la cárcel, para saciar la sed de sangre de los vampiros jueces y de la españolidad en general.
Una españolidad tarada en gran parte, como lo demostró ayer el escritor Arturo Pérez-Reverte con su mensaje en ‘X’:
‘cada vez que tengo sed me acuerdo de que en Bruselas hay un hijo de puta que, cada mes, cobra un sueldo y unas dietas para complicarme los tapones de las botellas de agua’.
(ahora, por normativa ecológica europea, los tapones deben estar unidos al envase)
La periodista Marta Otero Mayán le contestó:
‘Reverte 1990: ‘vi los paracaidistas turcos cayendo sobre Chipre. Vi l’Anàbasis, Xenofont, Thalassa, el Mare Nostrum quemando en el infierno eritreo. Vi niños soldados matando en Beirut’.
Reverte 2024: ‘aiuda’ no puedo abrir la ‘bomtellita’.
Y la tuitaire Emi:
‘Se ha de ser muy cortito para que te moleste un tapón porque no lo sabes utilizar’
Y ese personaje Arturo Pérez-Reverte Gutiérrez, es miembro de la real academia de la lengua española desde el 2003, con un pensamiento alineado y alienado con el de Vox. Ese es el nivelito con el que tenemos que convivir malviviendo, pues es el prototipo de los hidalgos castellanos, conquistadores, que se ha mimetizado con el capitán Alatriste (Diego Alatriste Tenorio), de sus novelas,
En definitiva, debemos ser conscientes de que los personajes adaptativos, acomodaticios, como apuntó Darwin, son los que sobreviven, y entre ellos, Donald Trump, Pedro Sánchez, Felipe VI, y, quizás, el propio Oriol Junqueras, que ha acabado creyéndose el capitán Alatriste catalán.
Pero me parece preferible no sobrevivir en ese mundo, que quieren configurar a su gusto y conveniencia; y para eso, para no dejar a nuestros nietos un mundo ya irrecuperable, debemos rebelarnos, sublevarnos, negarnos a obedecer todo lo que ‘convenga y disponga’ el corrupto reino español; empezando por NO investir a Salvador Illa.
Este personaje, de la triste figura, con toda seguridad forzará la realización de la sesión de investidura antes del 26 de agosto, aunque sea una investidura fallida de antemano (si ERC no se vende), pues sabe que así forzará el regreso del president Carles Puigdemont, para que acabe en la cárcel; y, si no viene, le acusará de faltar nuevamente a su palabra.
Cuando, Illa no es nadie, un mero títere del estado español, y su opinión, a Carles Puigdemont y a sus afines, nos debe importar un bledo; yo, hace días envié un mensaje a la cuenta de ‘X’ del president, pidiéndole que no vuelva, que es más útil trabajando fuera, que no regalando a los franquistas la foto que quieren, ya que aquí se pasaría años y más años en prisión, pues ya vemos como retuercen los tiempos y las leyes.
Por suerte, la ANC, presidida por Lluís Llach, está bien despierta y, de momento, ya ha llamado a una manifestación el próximo sábado 13, para expresar nuestro cabreo por la sentencia de los nefastos marchenas y llarenas.