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La UE no conoce bien a España

Jordi Oriola Forch

España acabó siendo el único régimen fascista que sobrevivió en Europa, con un genocidio de 300.000 personas a sus espaldas que no tiene comparación en Europa. Y además, esta España ultranacionalista trata a Catalunya como una colonia.

Dado que la dictadura franquista nunca fue derrotada, cuando se vio obligada a transitar hacia una apariencia democrática, se aseguraron de que perviviera su esencia manteniendo el control de la Justicia, el ejército y la policía.

En la UE se toma a la Justicia española como homologable a la de otros estados europeos porque funciona razonablemente en la mayoría de temas, excepto cuando se trata de la monarquía o la unidad de la patria. En estos casos deja entrever el franquismo subyacente, como ha ocurrido respecto del deseo de la minoría nacional catalana que quiere vivir al margen de esta España que expolia y maltrata Cataluña. Ante el proyecto independentista catalán, la Justicia se utiliza como arma política, como Turquía hace contra los kurdos.

Pero la UE no consigue darse cuenta, porque recientemente el abogado general del TJUE, Richard de la Tour (contradiciendo la doctrina utilizada hasta ahora por los tribunales europeos) ha considerado que Bélgica no actuó correctamente cuando denegó la extradición del exiliado catalán Lluís Puig por considerar que no tendría un juicio justo en España. Es evidente que la Justicia española persigue a los independentistas catalanes y, en juicios farsa, los condena inexorablemente como si fueran violentos terroristas, aunque hayan actuado de forma totalmente pacífica. Y la indefensión es total porque es sobre todo la cúpula judicial la que tiene ese sesgo.

Sucede algo similar respecto al espionaje con el programa Pegasus. La organización Citizen Lab ha acreditado casos de espionaje en: Polonia (3 políticos de la oposición), Hungría (4 periodistas) y España (65 independentistas catalanes, entre ellos 7 abogados!). Pero, de repente, el Presidente español anunció que él y algunos ministros también habían sido espiados hacía un año con Pegasus, supuestamente por Marruecos. ¿Por qué lo decía ahora? ¿Y por qué asumía la vergüenza de haber sido espiado? Parece claro que era para intentar tapar el espionaje a los independentistas. Y la UE lo ha aceptado porque, en la comisión que estudiará el espionaje con Pegasus, sólo han señalado a Polonia y Hungría, y esta comisión viajará a estos dos países además de Israel y EEUU, pero evitando señalar y visitar España.

La UE debería evitar imponerse el corsé de la no injerencia ante el abuso de la Justicia española. Más bien lo contrario, esta justicia supraestatal es la única que puede detener una Justicia impropia en la UE. Impropia porque quiere impedir, por medios abusivos, la aspiración legítima del pueblo catalán a decidir su futuro.

Los exiliados catalanes, encabezados por el Presidente Carles Puigdemont, están librando una batalla legal en Europa para que se haga justicia. Su victoria servirá para acabar con el franquismo en España y esto reforzará a todos los ciudadanos europeos, mientras que, si se deja que el franquismo continúe en España, toda Europa se resentirá.