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La zoología política española: camaleones, avestruces y calamares, pero ningún pulpo.

‘Según Aristóteles (384 a.C.-322 a.C.), el ‘zòon politikon’, el animal político o animal cívico, hace referencia al ser humano, que, a diferencia de los otros animales, posee capacidad de relacionarse políticamente, es decir, de crear sociedades y organizar la vida de la ciudad (polís).

(…) El hombre y el animal por naturaleza son sociales, pero sólo el hombre es político, siempre que viva en comunidad’

(Wikipedia)

Evidentemente, todos somos políticos, lo queramos o no, pero, en este escrito, me refiero, básicamente, a los políticos ‘profesionales’, y, en menor medida, a los hombres en toda su extensión.

Revisando los diferentes poderes del estado, vemos que tenemos políticos que se han mimetizado con la poltrona, otros que actúan como la popular y errónea idea del avestruz, mientras que otros aplican la práctica del calamar; pero NINGUNO actúa de forma inteligente, como el pulpo.

Por eso, tras una breve introducción, y a modo de simple juego, haré algunas comparaciones metafóricas.

Camuflajes:

‘El arte de la cripsis es una técnica empleada por presas y depredadores.

Algunos animales viven con un permanente disfraz todo el año: son expertos en camuflaje. Se trata de animales con la habilidad del mimetismo, una capacidad que tienen ciertos seres vivos para asemejarse a otros organismos y a su propio entorno para obtener alguna ventaja. Así, pueden parecer hojas, flores, o incluso una criatura feroz para evitar ser atacados. Lo cierto es que es una técnica empleada tanto por depredadores como por presas.

El arte del camuflaje encuentra su denominación correcta en el término cripsis, del griego kryptos, que significa ‘lo oculto’ o ‘lo que se esconde’. Existen cuatro grandes categorías de cripsis:

·       inmovilidad (la más sencilla),

·       coloración (adaptar su cuerpo a los tonos del hábitat),

·       patrón (simular la textura que les rodea) y

·       no visual (camuflaje a través de la alteración de olores y sonido, para pasar inadvertido a especies que no utilizan la visión como sentido primario).

(…) el camaleón es probablemente la criatura más famosa por su capacidad de camuflaje, pero lo cierto des que solo algunas especies de camaleón tienen capacidad de cambiar de color’.

(www.muyinteresante.es)

Avestruces:

‘Uno de los mitos populares más extendidos y que más personas creen a pies juntillas. Incluso existe la costumbre de decirle a una persona que ha escondido la cabeza como un avestruz cuando rehúye algún compromiso, no quiera dar la cara en un asunto o tiene una actitud cobarde.

Pero nada más lejos de la verdad, ya que el avestruz no es un animal que se caracterice por su cobardía. Evidentemente, al no tratarse de un animal depredador, sin o todo lo contrario (de los que suelen ser presa de los carnívoros) debe tomar todas las precauciones posibles para no ser cazado, motivo por el que, a pesar de ser un ave que no vuela, puede alcanzar grandes velocidades corriendo gracias a sus largas patas (hasta los 90 km hora).

Pero el hecho de que en alguna ocasión podamos observar a un avestruz que mete la cabeza en la tierra se debe a otros motivos, por ejemplo, el de estar cavando para conseguir algún tipo de alimento (entre ellos, lombrices) y, sobre todo, para cavar un agujero donde posteriormente depositará los huevos.

(…) Si que hay que tener en cuenta que, debido a su altura (suelen alcanzar los dos metros y medio e incluso superarlos) muchas son las ocasiones en las que si el avestruz ve que le acecha algún peligro, baja su largo cuello hasta la altura del suelo, pero no lo entierra debido a que debe de estar expectante y alerta al peligro que le acecha’.

(blogs.20minutos.es)

La raíz histórica del error:

Muchos historiadores concuerdan en que el mito de que los avestruces esconden la cabeza en la arena comenzó con un gran pensador romano, Plinio el Viejo (23-79 d.C.), quien escribió una de las primeras enciclopedias, su ‘Historia Natural’, en 37 libros, y fue un notable intento de resumir todo el conocimiento conocido por los romanos. En el libro 10, capítulo 1, escribe: ‘Los avestruces imaginan que cuando han escondido su cabeza y su cuello dentro de un arbusto, todo su cuerpo está oculto’

(www.chequeado.com)

‘El cerebro de un avestruz es más pequeño que su ojo (cada ojo mide 5 cm de diámetro).

(…)

A los avestruces les gustan las cosas que brillan, como a las urracas’

(enquepiensauncalcetin.com)

Calamares:

‘El calamar es un molusco marino que pertenece a la clase de los cefalópodos.

Los calamares pueden camuflarse en su medio con gran facilidad para evitar a los depredadores.

También tienen unas células llamadas cromotóforas en la piel, y se le otorga la cualidad de cambiar de color en el caso de sentirse amenazado, estrategia que combinan con la expulsión de la tinta que producen, como mecanismo de escape’.

(Wikipedia)

Pulpos:

‘Como los calamares, los pulpos son cefalópodos, pero se diferencian por tener ocho apéndices (brazos, no tentáculos), y, a diferencia de la mayoría de cefalópodos, casi todos no tienen esqueleto interno, etc.

(…) Los pulpos son muy inteligentes, más inteligentes que cualquier otro invertebrado (…) según los estudios, tienen memoria a corto y largo plazo. (…) Tienen un sistema nervioso muy complejo, con un buen cerebro. Los dos tercios de las neuronas de un pulpo se encuentran en las fibras nerviosas de sus brazos, que tienen mucha autonomía y con una amplia variedad de actos reflejos. (…) mueven los brazos imitando los movimientos que observan en otros animales.

(…) En experimentos de laboratorio, muestran que los pulpos pueden distinguir entre diferentes formas y dibujos. También han estado observados en lo que se ha descrito como un juego, dejando ir unas botellas o juguetes en una corriente circular de sus acuarios, para después volverlos a coger. A menudo se escapan de sus acuarios y visitan acuarios cercanos buscando comida, o subiendo a las barcas, para, después, volver a su lugar de origen.

(…) Tiene tres mecanismos defensivos muy característicos: expulsión de tinta (que contiene melanina, que también afecta al olor, por lo tanto, al camuflaje no solo es visual), camuflaje y autotomía (capacidad de perder miembros del cuerpo).

(Wikipedia)

Una vez efectuada esta larga introducción, y aterrizando el tema al objetivo, vemos que hay políticos que utilizan diferentes técnicas de camuflaje, según sus propios intereses.

Por ejemplo, ante la cada vez más conocida permanencia del pensamiento franquista en el ejército, pues de cada vez se están filtrando más informaciones, chats y vídeos, en los que, sin ningún tipo de rubor, y plenamente orgullosos, cantan o hacen saludos nazis, critican al gobierno, que no consideran legítimo, y se ofrecen al rey para asegurar la unidad y valores españoles (incluso si es preciso, ‘fusilando a 26 millones de hijos de puta’).

Pues bien, ante este grave problema, tanto Pedro Sánchez, como el rey, eluden su responsabilidad, hacen como el avestruz, escondiendo la cabeza debajo del ala o en un agujero (como popularmente decimos, si bien no es cierto, como ya hemos visto). Pero sí, Sánchez, a través de la ministra de defensa, Margarita Robles, se limita a decir que son casos esporádicos, no representativos ni significativos, y que se trata de comunicaciones privadas, etc. (si esos mismos hechos lo hiciésemos independentistas catalanes, la fiscalía ya nos hubieran crucificado). Vaya diferencia con las medidas adoptadas en Alemania, nuestra falsa democracia está a años luz de la real democracia alemana.

Este ejemplo, lo tratan no sólo escondiendo la cabeza, y, por lo tanto, no viéndolo; sino que, además, utilizan la técnica del calamar, tirando tinta, para camuflarse. Por eso, tanto Sánchez, como seguro que hará el rey en el discurso de esta noche, se centran en el tema pandémico, con sus crisis sanitaria, social, económica, etc., esa es la tinta del calamar que lo tapa todo.

Y de ese modo, si se toca el tema del rey emérito, se trata de puntillas y de forma telegráfica, cuando no hay más remedio y, siempre, considerando que se refieren a hechos pasados, que no afectan al rey actual. Es decir, hacen como el camaleón, camuflándose en la inviolabilidad constitucional, se mimetizan utilizando todo tipo de técnicas: la inmovilidad, el coloreado, el patrón y también el no visual, pues todo les vale. Pero no van al fondo de la posible prevaricación del emérito para cobrar sus millonarias comisiones (en eso, el emérito, como muchos otros, se parecen a las urracas y a los avestruces, que les encanta todo lo que brilla).

Siempre hacen lo mismo, cuando ha salido a la luz cada uno de los cientos de casos de corrupción del PP y del PSOE, inmediatamente, los medios de comunicación unionistas, ya sean escritos, radiofónicos o televisivos, reaccionan con el mecanismo de defensa de sacar en portada un tema catalán, aunque sea conocido, pero siempre es recurrente hacer referencia al período de Jordi Pujol y las comisiones del 3%.

Asimismo, la forma de tratar los temas, como, por ejemplo, el escrito de la fiscalía contra el indulto de los presos políticos que, como ya comenté, se trata de un texto amenazador también contra Pedro Sánchez, si se atreviera a conceder el indulto. Y ese escrito socaba la democracia, ya que pasa por encima de la separación de los poderes, e incluso, en sí mismo, es un llamamiento a un golpe de estado, aunque más sibilino que el citado de los militares. Pues bien, este tema, apenas ha merecido unos pocos centímetros de papel o unos pocos minutos de pantalla, ya que se supone que la fiscalía hace lo que debe hacer.

Y esa es otra de las estrategias miméticas, como el avestruz, bajar la cabeza a ras de tierra, para que no le vean sus perseguidores; pero, eso sí, estando bien alerta, para que los independentistas no nos pasemos ni un milímetro.

Todo esto demuestra que los poderes del estado, como el avestruz, tiene un cerebro muy pequeño, menos que sus ojos, que ven y saben diferenciar si un hecho está realizado por uno de los suyos, o si, lo ha hecho un demoníaco independentista catalán.

Por lo que vemos, falta la inteligencia adaptativa del pulpo, no tenemos élites éticas y morales que actúen, estrictamente, por el bien común, olvidando los intereses privados y los de los partidos.

Y realmente, esa actividad necesaria, objetiva y legal, es la que no tenemos, nos falta el animal político que postulaba Aristóteles, ya que, entre:

·       los políticos profesionales, esa propia profesionalidad, de carrera vital (su ‘modus vivendi’), genera todo tipo de corrupciones, ya que, con el paso de los años, los autocontroles y exigencias se relajan y, en ese momento, ‘florecen’ todo tipo de estrategias miméticas, de camuflaje. Asimismo, otros, como Mariano Rajoy, con su pasividad (cuando el ‘problema’ no era el catalán), actuaba con la estrategia de la inmovilidad, que es la más sencilla y primaria, junto al mimetismo (de color y forma). Otros, por ejemplo, como José Mª Aznar, no se camuflan, pues son el tipo de especies depredadoras. Pero, realmente, todos acaban depredando el bien público.

·       Y entre la ciudadanía general, que es a la que se refería Aristóteles, vemos que hay muchos que dicen ‘pasar’ de la política, considerando que es una cosa que no va con ellos, que hacen unos que están en otra esfera; esa gente no cabe considerarlos ciudadanos, sino súbditos. Y éstos si que hacen como el mal interpretado avestruz. Mientras que otros, que están interesados en los temas sociales, es decir, políticos, nos vemos confundidos por la constante tinta de calamar que nos tiran los ‘profesionales’.   

Es cierto que la mimetización es un fenómeno generalizado, pues es más cómodo pensar y actuar como la mayoría, y las propias encuestas de ‘opinión’ tienden a ello, a forzar un patrón que siguen tanto los políticos profesionales, como los súbditos. Los primeros, como la serpiente ouroboros, cerrando el círculo; los súbditos, conformándonos y, así, todos en casa, en el sofá.

En esa línea mimética, ayer la alcaldesa (gracias al voto de Ciudadanos de Manuel Valls, el ex primer ministro francés, voto que, una vez conseguido, Colau ha querido que sus votantes olviden), comentó ayer que:

‘Espero que Sàmper, el conseller de interior de la Generalitat, busque una salida a los cortes de la avenida Meridiana, conciliando el derecho de manifestación y el de la movilidad (…) pues muchos vecinos se quejan que tienen dificultades para llegar a casa (…) Una cosa es una manifestación puntual y otra una manifestación que se reitere cada cía. Se ha de garantizar el derecho de manifestación, pero no si esto quiere decir que se menosprecian los derechos de los ciudadanos durante meses y meses’

(elnacional.cat)

Vaya diferencia, vaya adaptación a la poltrona, de esa política que durante años fue la líder del movimiento ‘Plataforma de afectados por la hipoteca’ (PAH), una década movilizándose por el derecho a la vivienda y con el movimiento antiglobalización, realizando todo tipo de escraches, cortes y manifestaciones.

En definitiva, que así está el patio, y si no nos queremos enterar, si nuestro desánimo ya nos ha desmotivado (o la desmotivación nos ha desanimado), y ya ni nos implicamos ni nos comprometemos, estaremos muertos, o lo pareceremos, como los animales que se mimetizan con su entorno, con las hojas o los troncos de los árboles, para pasar desapercibidos (seremos una burda copia ‘rajoyana’, que es lo que quieren)

Otros pensamos que, si no nos movemos, si no dejamos la zona de confort, si no actuamos de mosca cojonera, mal que les pese a nuestra nefasta y mutante alcaldesa y a todos sus corifeos, todo estará perdido (que ya lo está, pues tenemos todos los poderes del estado en contra).

Sabemos que las minorías nunca son escuchadas, los poderosos ya se ocupan de invisibilizarlas y ridiculizarlas, como vemos, también, con el potente adoctrinamiento a favor de la vacunación contra el covid (que yo comparto), pero ética y moralmente, sería de interés dejar oír y ver a los científicos que tienen sus dudas, así podríamos decidir con más conocimiento de causa.

Amadeo Palliser Cifuentes

amadeopalliser@gmail.com