Ayer (20 de setiembre), en la sesión plenaria de la ONU, su secretario general, Antonio Guterres, tras denunciar la avaricia des medida de las industrias basadas en los combustibles fósiles, sentenció que: ‘la humanidad ha abierto las puertas del infierno’.
Estoy totalmente de acuerdo con Guterres, pero me parece que en la actualidad tenemos muchas puertas abiertas al inframundo, sin contar las aberturas naturales que reciben ese nombre, como el Pozo de Darvaza (Turkmenistán), la Puerta de Pluto (Turquía), Fengdu (China), el Volcán Masaya (Nicaragua), el Purgatorio de San Patricio (Irlanda), etc.
Todos sabemos los grandes y graves problemas actuales de la humanidad, que son verdaderas puertas del infierno: las guerras, la desigualdad social, el hambre, el agua, el paro, el cambio climático, etc.; pero estos males, por verlos constantemente en los telediarios y en nuestras calles, ya los tenemos asimilados, y no nos hacen ni pestañear.
Y, precisamente, este exceso de información es uno de los mecanismos que utiliza el sistema, para tenernos anestesiados, acríticamente pasivos, conformados con el pan y circo que nos ofrecen a modo de espectáculo, como vemos estos días, que salen gladiadores más o menos infradotados, para ofrecer sus patéticos movimientos delante de su público.
Un buen ejemplo de ayer, lo tuvimos con la pareja de ‘payasos’ (con perdón de los payasos), uno de ellos hacía de ‘listo’, ‘el de cara blanca’ Felipe González, y el otro, Gustavo, el ‘tonto ‘útil’, representado por Alfonso Guerra, que presentaba su libro (la rosa y las espinas), ante un público ultraconservador, deseando ver y tocar sangre.
Está claro que todos ellos representaban las espinas, pues hace años dejaron de representar a la rosa, si es que alguna vez lo hicieron.
Ambos ‘personajes’ consideraron que la amnistía es ‘una humillación deliberada a la generación de la transición’, ‘una condena a la democracia y a los españoles que votaron la constitución’, ‘una ley injusta ya que sitúa a los traidores y felones como demócratas’. Felipe González, asimismo, comparó el derecho de autodeterminación con el autoritarismo de la URSS ‘Stalin también autodeterminaba a todos’, ‘no podemos permitir el chantaje, y menos si viene de minorías en extinción’, etc.
Hoy es el día internacional del Alzheimer y, con buena voluntad, podría considerar que esos personajes lo tienen muy avanzado, pero la realidad es que están envenenados de su propia bilis negra, de su mala leche, están podridos.
No recuerdan que, inicialmente, el PSOE era partidario de la autodeterminación de los pueblos, pero, claro, ha pasado mucho tiempo, y, desde la cúpula del poder corrupto y mafioso, se ve todo muy diferente.
Por esto, me ha parecido muy adecuada y pertinente la respuesta de Carles Puigdemont, en un par de tuits:
‘Hay políticos que cuando hablan hacen subir el precio del pan, y otros que hacen subir el precio de la cal viva. De momento, parece que ha habido un repunte en el interés español por el óxido de calcio’.
(en referencia a los asesinatos cometidos por el GAL, durante el gobierno de ambos personajes)
‘La prensa española me ahorra mucho trabajo. Cada día me entero de lo que estoy negociando y de lo que pienso, y descubro muchas cosas que desconocía.
Viendo los esfuerzos por el control del relato, se confirma la impresión que España no es una nación, si no una narración’.
El escultor François-Auguste-René Rodin (1840 – 1917) y su pareja Camille Claudel (1864 – 1943), entre 1880 y 1917 crearon su gran obra ‘La puerta del infierno’, compuesta por distintas figuras relacionadas con ‘La Divina Comedia’ de Dante Alighieri (1265 – 1321), ‘Las flores del mal’ de Charles Pierre Baudelaire (1821-1867), y por el libro ‘Metamórfosis’ del poeta Ovidio (43 a.C. – 17).
Baudelaire se refiere a ‘Esplín e Ideal’, que representan diversas formas de salvación, liberación y huida del mundo por la belleza, el arte, el erotismo, el amor, etc.; pero que tras fracasar esas formas ideales, se refieren al ‘spleen’ (vocablo adoptado del inglés), referido al hastío, al tedio.
Y en estas estamos.
El filósofo francés Alexandre Lacroix considera que ‘los nacidos después de 1989 ya crecen en entornos eminentemente digitales, ya son nativos de la tercera revolución de los signos’, y, por eso, considera que los nacidos antes de ese año lo tenemos verdaderamente difícil para entender el mundo actual, pues nos seguimos basando en la ‘cultura’ de la imprenta.
En parte tiene razón Lacroix, pero nunca se puede generalizar y, menos todavía, desvalorizar a los mayores. Pero es verdad que viendo y oyendo a los dinosaurios González y Guerra, vemos que hay mentalidades que han traspasado todos los límites de la ética, y de la moral, ya no tienen decencia ni honorabilidad, y no pueden entender nada de nada.
Y, nuestra desgracia, es que aún así, siguen teniendo su público.
Y esos representantes del reino español, son los que nos motivan, todavía más, si cabe, a independizarnos, alejarnos de esa chusma infumable, irrespirable.
Queremos y necesitamos huir de esa puerta del infierno que es el reino español.