Buscar

Leasing o crédito empresarial: ¿cuál elegir?

En el mundo empresarial, el leasing y el crédito son dos mecanismos de financiamiento muy útiles que pueden ayudar a las empresas a adquirir activos estratégicos. Sin embargo, es importante analizar a detalle cada uno de ellos para definir el más adecuado para nuestra empresa. Los expertos de Engen Capital nos explican las diferencias entre cada uno.

¿Cómo funciona el leasing en México?

El leasing o arrendamiento puro es un financiamiento que nos permite adquirir activos productivos, siempre y cuando le paguemos renta a una entidad financiera por ello.

Su principal ventaja radica en que el activo permanece a nombre de dicha entidad, permitiendo al arrendatario deducir las rentas. Dado que en el crédito empresarial también se puede deducir la depreciación, si lo que se busca es optimizar a deducción fiscal, el arrendamiento puro suele ser más adecuado.

Además, se evita la obsolescencia de activos estratégicos, ya que pueden ser renovados al finalizar el plazo pactado.

¿Cómo funciona un crédito empresarial?

Este financiamiento también establece una relación entre una entidad financiera y la empresa, ofreciendo una cantidad de dinero determinada durante un periodo que conlleva el pago de intereses.

Entre las ventajas del crédito empresarial y también del arrendamiento puro se encuentra la posibilidad de crear un buen historial crediticio. Al ser gestionadas adecuadamente, estas opciones pueden facilitar el acceso a futuras oportunidades de financiamiento y condiciones más favorables.

Ahora bien, las principales diferencias entre el leasing y el crédito empresarial serán clave para decidir qué opción cubre mejor las necesidades de la empresa. ¿Cuáles son?

3 diferencias entre el leasing y el crédito

1. Duración del financiamiento

Tanto en el arrendamiento puro y el crédito empresarial, el plazo puede variar según el contrato establecido; sin embargo, en el leasing es posible renovar el contrato al final del plazo, lo que permite mantener el activo actualizado por uno de última generación; mientras que en el crédito empresarial el activo será nuestro al finalizar el plazo, lo que puede limitar la capacidad de la empresa para adaptarse a cambios en el mercado o en su producción.

2. Final del plazo

Al finalizar el plazo, en un esquema de leasing, se puede adquirir el activo, extender el plazo de arrendamiento o devolverlo y renovarlo por uno de mejor tecnología. Por otro lado, en el crédito empresarial, la empresa adquiere la propiedad del activo desde el inicio, y una vez que se han realizado todos los pagos, el activo es completamente suyo sin necesidad de opciones adicionales.

3. Beneficios Fiscales

En el caso del arrendamiento puro, la empresa tiene la ventaja de poder deducir el total de la renta del activo como un gasto para efectos fiscales, lo que puede generar ahorros significativos.

Por otro lado, en el crédito empresarial, la compañía puede deducir tanto la depreciación del activo como los intereses reales.

En resumen, la elección entre el leasing y el crédito empresarial dependerá de las necesidades y objetivos específicos de la empresa, así como de su situación financiera actual. Con esto en mente, evalúa las opciones de financiamiento, arrendamiento puro y el crédito empresarial disponibles en el mercado y encuentra la más apropiada para impulsar tu empresa de la mejor forma.