Ayer vimos la inmensa manifestación reclamando que bajen los alquileres de las viviendas; manifestación que, vergonzosamente, como hacen siempre los cuerpos policiales, cuantifican una participación ínfima (22.000), en comparación con la expresada por los organizadores, en este caso, el Sindicat de Llogaters (sindicato de inquilinos) (170.000). Siendo cauto, si la cifra fue la media entre ambos extremos, la manifestación de Barcelona tuvo una participación impresionante, a la que debemos incluir la de otras ciudades del País, por lo que fue una notoria exigencia para los diferentes gobiernos, como comento en este escrito.
‘Las pancartas y gritos de esa manifestación transversal, bajo el lema ‘S’ha acabat’ (Se ha acabado), ‘No s’entén: gent sense casa y cases sense gent’ (No se entiende: gente sin casa y casas sin gente), ‘Ja s’acosta la vaga de llogaters’ (ya se acerca la huelga de inquilinos), ‘L’habitatge és un dret, no un negoci’ (la vivienda es un derecho, no un negocio),
Marta Espriu, portavoz del Congrés d’habitatge de Catalunya, dijo que:
‘Catalunya es el lugar de España con más desahucios, ¿pero sabéis, Salvador Illa y Pedro Sánchez, que aquí hay más de 400.000 pisos vacíos? Por lo que reclamó la bajada drástica del 50 % de los alquileres, recuperar los pisos turísticos y acabar con el racismo institucional, así como aumentar los contratos indefinidos y acabar con la compra especulativa’
El año pasado (2023) la media de edad de emancipación de la casa paterna, en España, fue a los 30,4 años, según un informe del instituto de estadística de la Comisión Europea, el Euroestat, 4 puntos por encima de la media europea.
En España en general, y en Catalunya en concreto, las cifras son tremendas: el 45% de los inquilinos están en riesgo de pobreza (…) Actualmente, alquilar un piso en Barcelona cuesta, de media, 1.131 €; y comprarlo, también de media, requiere una entrada de 140.000 €, unos 20.000 € más que el año anterior. (…) esto explica que la edad media de los compradores en Catalunya, ha pasado de los 37 a los 47 años, según datos del Col.legi Notarial de Catalunya (…) Y todo eso forma un gran círculo vicioso, pues la vivienda es la primera preocupación de la ciudadanía.’
(Carlota Serra Llagostera, Ara, 24 de noviembre 2024)
Efectivamente, el problema lo tenemos aquí y ahora, pero las consecuencias las tendremos a corto y medio plazo, al ver que bajará la natalidad (por no poder hacer frente a tantos gastos), el desplazamiento a localidades de cada vez más alejadas de las grandes ciudades, ya que el coste expulsa a los inquilinos (con el consiguiente aumento de los desplazamientos, con un deficitario servicio de transporte), por lo que, finalmente, Barcelona, y otras ciudades catalanas, quedarán para la explotación turística y los buitres especuladores; sin olvidar, tampoco, que parte de la culpa la tienen los tenedores de pisos en alquiler, pues, aunque sea sólo uno, piensan obtener rentas estratosféricas, muy superiores a las de cualquier otro sector de negocio, por lo que no deja de ser inmoral, dada la situación, comprar viviendas, y esperar que los inquilinos, con los alquileres, paguen la hipoteca, y le permitan que vaya aumentando su patrimonio.
Todo es complejo, es verdad, pero tenemos a los gobernantes para solucionarlo, o, al menos, tomar medidas para paliarlos. Y ahora no hay excusas, pues el ayuntamiento de Barcelona, la Generalitat y el gobierno del estado, los tres, están ‘ocupados’ por el PSOE.
Y no es de recibo oír hoy al represor Illa, diciendo que es un problema general, que afecta a todos los países, que está muy preocupado, y que oirá a todos los implicados, para conocer a fondo los diferentes intereses y conocer el problema a fondo, pero que nadie tiene la solución al respecto.
Nooooo, nacionalista español Illa, no queremos políticos preocupados, queremos que se ocupen de la solución, no nos valen promesas al aire, como la que hizo en su investidura, de construir 50.000 viviendas en Catalunya, de aquí al 2030. Queremos políticos que, al llegar al poder, tengan las ideas claras, que vengan con las lecciones aprendidas.
Pues, lo que no es esto, es marear la perdiz, ya que abrir diálogos con los diferentes implicados, es chutar la pelota hacia adelante, esperando que el tiempo y, la aparición de otros problemas, tape el actual. Y esta es la política de los grises gobiernos de Collboni, Illa y Sánchez. Unos gobiernos que no quieren enfrentarse a los verdaderos culpables del actual desaguisado, ya que no quieren frenar el turismo, como vemos por el gran interés en ampliar el aeropuerto, y ‘vender’ las ciudades (que ya son meros escenarios homogéneos), entre otros aspectos.
Pasa lo mismo con las grandes empresas hidroeléctricas y los grandes consorcios bancarios, que están alejados de la ciudadanía, rechazando todo tipo de nuevas tasas que se les pueda aplicar; y por eso, actúan en plan mafioso, como Repsol, amenazando que si se aplican esas nuevas tasas, no invertirán los anunciados 1.100 millones de € en el área de Tarragona (y ese chantaje hace que Junts, ceda); en cuanto a los bancos, rescatados, en 2008, por la crisis financiera, con 64.000 millones de € del erario público; y, tras diferentes absorciones, permitieron que, en pocos años, los bancos tuvieran impresionantes beneficios y descomunales pagos de dividendos, ‘olvidándose’ de devolver las ayudas (el 73% de dichas ayudas no se ha recuperado); y, para más inri, en el 2017 vimos que CaixaBank, el Banc de Sabadell, etc., se sometieron al jefe de la ‘cosa nostra’, mejor dicho, de ‘la casposa costra nostra), es decir, a Felipe VI, y trasladaron sus sedes fuera de Catalunya, reconfirmando su amoralidad, su falta de ética y el ‘olvido’ histórico de su razón de ser y de su origen.
Es tremendamente injusto que esos bancos no devuelvan esas ayudas, y no pase nada; y que un inquilino con problemas, si no paga su alquiler, es desahuciado y penalizado rápidamente.
En ese mismo 2008, el entonces presidente Mariano Rajoy (PP) subió los tipos del IVA (del 18 al 21% el tipo general; y del 8 al 10% el tipo reducido); eliminó la deducción por la compra de viviendas; la reducción de la prestación del paro, a partir del sexto mes; etc., para ahorrar 65.000 millones de €. Medidas muy criticadas por la oposición, pero que, llegado al poder Pedro Sánchez, se olvidó, y todos esos gravámenes fueron consolidados y, desgraciadamente, asumidos. Pasa lo mismo con la ley orgánica de la ‘protección de la seguridad ciudadana’ (1992), conocida como la de la patada a la puerta, que tanto criticó Pedro Sánchez, y que ha seguido manteniendo, con algún ligero maquillaje.
Efectivamente, hay diferencias entre Rajoy (PP) y Sánchez (PP), pero, respecto a temas estructurales como la monarquía, la unidad de España, la subordinación a las empresas del Ibex 35, y a los poderes del estado, etc., no hay ninguna diferencia, salvo la cara más ‘agradable’ de Sánchez, al mentir.
Ahora, con los primeros pasos para la ‘reconstrucción’ de las zonas valencianas afectadas por la gota fría (DANA), vemos que sigue gobernando el inepto Carlos Mazón, y por más excusas que nos digan, la realidad es meramente política, pues a Sánchez ya le va bien, para seguir criticando al PP, le va de perlas, ya que, como vemos, Mazón va asignando a dedo, cuantiosos contratos a empresas implicadas, años atrás, en la corrupción del PP, por el caso Gürtel. Y todo este es pura corrupción, no hay ninguna otra explicación ni mejor calificativo.
Por todo esto, las grandes empresas y fondos de inversión buitres y, también, los especuladores tenedores de pisos, me recuerdan el mito de Erisictón, rey de Tesalia, que, en la mitología griega, es un claro ejemplo de rey impío, al que la diosa Deméter condenó a padecer un hambre eterna.
Según ese mito:
‘Erisictón despreciaba a los dioses y no les hacía sacrificios. Una vez que quiso construir un techo para su sala de banquetes, no dudó en talar un árbol sagrado que formaba parte de un santuario ancestral de la diosa Deméter (…) ésta tomó la forma de su sacerdotisa Nícipe y, de esa guisa, intentó de buenas maneras hacer desistir a Erisictón, de continuar con su sacrilegio. Pero éste, lejos de dejarse disuadir, amenazó a la diosa con matarla con la misma hacha que estaba utilizando. Fue entonces cuando Deméter, víctima de una gran ira sin precedentes, ordenó a Hambre (Limós) o a Némesis, que vengaran ese ultraje.
El Hambre tocó el vientre de Erisictón, y desde entonces nada saciaría sus ganas de comer: cuanto más engullera más crecería su hambre. Cuando Erisictón vendió todas sus posesiones para comprar comida, su padre se encargó de alimentarle, pero fue tal su voracidad que en poco tiempo acabó con las riquezas de Tríopas, y Erisictón acabó convirtiéndose en un mendigo que comía inmundicias. Erisictón terminó comiéndose a sí mismo, poniendo fin, así, a su tormento’
(fuente: Wikipedia)
Un buen ejemplo de esa codicia, lo hemos visto estos días, con la decisión final de la cumbre del COP29 (conferencia de la ONU sobre el cambio climático, efectuada en Bakú, Azerbaidjan), conclusiones que los países pobres consideran insuficientes, ya que los 300.000 millones de $ anuales, acordados in extremis, en ayudas por el cambio climático, son insuficientes para cumplir los objetivos fijados en París (para reducir 1,5 grados la temperatura media del planeta), ya que las ayudas necesarias se habían fijado en 1,3 billones de $.
Ese ejemplo es el summum de la sinvergüencería de los países ricos, pues, todos los jefes de estado y de gobierno, acuden el primer día, para la sesión inaugural, y cada uno de ellos, acompañado de un amplio ´sequito, y, claro, caja responsable con su respectivo avión de su estado; y eso para frenar la polución, claro. Y, una vez allí, todos los medios de comunicación, sustancialmente subvencionados, les hacen miles de fotografías y llenan periódicos. Pero, pasados los días, y llegado el cierre de los pactos, esos miserables ‘líderes’ no están presentes, ya que no quieren que se les asocie con el desacuerdo y el engaño por la infrafinanciación.
Y, claro, no pasa nada, nunca pasa nada, Pedro Sánchez (como los otros ‘líderes’) sigue encantado de conocerse, pues sus subordinados (como Illa) siguen riéndole todas sus ‘gracias’ y sus grandes ‘logros nacionales, internacionales e intergalácticos’, sin el menor escrúpulo.
Y en esa misma línea, los partidos que le apoyan, secuestrados y chantajeados con la amenaza de la llegada al poder del PP y Vox, siguen con el mal menor, pero eso no es una verdadera política, no queremos seguir siendo, metafóricamente, bizcos, cojos y mancos, en definitiva, seres inferiores, sin los derechos básicos. Y si no son capaces de forzar verdaderos cambios, si no son capaces de actuar como estadistas, que marchen, que dejen sus poltronas, y den paso a otros que puedan llevarnos a la independencia del corrupto estado español.
Pero no, su codicia y su egocentrismo les hace creer que son únicos e indispensables, por lo que siguen en sus poltronas con todas sus prebendas; y no tienen el mínimo pudor ni empatía, como lo demostró ayer la arrogante y soberbia Margarita Robles, ministra de defensa, en su visita a Paiporta, ‘la zona 0’ de la tragedia valenciana.
Ya estamos hartos de la monarquía y de su madrileñismo, de ese gran agujero negro centrípeto parapetado por los diferentes brazos de su poder. Estamos muy cansados de esos émulos del mencionado Ericsitón de Tesalia.
Y, como ayer hicieron los inquilinos, manifestándose contra los buitres carroñeros causantes de la crisis inmobiliaria, deberíamos volver todos a las calles, hacerlas nuestras de nuevo y, esta vez, efectuar una mejor presión, más efectiva y directa, pero siguiendo nuestra tradición pacifista y democrática. Sólo así podremos cambiar el actual estatus quo.