Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades exhortaron el miércoles a todas las mujeres embarazadas a vacunarse contra el COVID-19, en un momento en que los hospitales de Estados Unidos están registrando números inquietantes de futuras madres sin inocular y gravemente enfermas.
Las mujeres que esperan un bebé corren mayor riesgo de presentar una enfermedad grave y complicaciones en su embarazo a causa del coronavirus, incluidos posibles abortos espontáneos y mortinatos. Pero sus tasas de vacunación son bajas: aproximadamente sólo el 23% de ellas han recibido al menos una dosis de la vacuna contra el COVID-19, de acuerdo con datos de los CDC (siglas en inglés del organismo médico).
“Las vacunas son seguras y efectivas, y nunca ha sido más urgente aumentar la inoculación, ya que nos enfrentamos a la variante delta altamente contagiosa y estamos viendo graves desenlaces a consecuencia del COVID-19 entre personas embarazadas sin vacunar”, señaló la directora de los CDC, la doctora Rochelle Walensky, en un comunicado.
Un análisis efectuado por los CDC de nuevos datos de seguridad en 2.500 mujeres no mostró un mayor riesgo de sufrir un aborto espontáneo para aquellas que recibieron al menos una dosis de las vacunas contra el COVID-19 desarrolladas por Pfizer y Moderna antes de las 20 semanas de embarazo. El análisis encontró una tasa de abortos espontáneos del 13%, dentro del rango normal.
El consejo de los CDC hace eco de las recientes recomendaciones de los principales grupos de obstetras. Previamente, la agencia había animado a las mujeres embarazadas a pensar en vacunarse, pero se había abstenido de recomendarlo directamente. El nuevo consejo también es aplicable a las madres lactantes y a las mujeres que planean embarazarse.
Aunque no se incluyeron mujeres en cinta en los estudios que llevaron a la autorización de las vacunas contra el COVID-19, los expertos dicen que la experiencia en el mundo real de decenas de miles de mujeres muestra que las vacunas son seguras para ellas y que, cuando se administran durante el embarazo, podrían ofrecer cierta protección a los recién nacidos.
La nueva recomendación fue emitida en medio de un repunte de casos, de hospitalizaciones y de muertes por COVID-19 en Estados Unidos, impulsados por la variante delta.
Algunas autoridades de sanidad creen que la variante podría hacer que la enfermedad sea más grave —en mujeres embarazadas y también en otras personas— que con las versiones previas del virus, aunque eso todavía se está investigando.
Las cifras nacionales muestran que el repunte más reciente de casos de coronavirus entre las embarazadas es menor que durante el pico invernal del brote. Sin embargo, en algunos hospitales de estados con bajas tasas de vacunación, el número de futuras madres enfermas supera a los registrados en otros repuntes, antes de que hubiera vacunas disponibles.
“Esto es por mucho lo peor que hemos visto en la pandemia”, dijo la doctora Jane Martin, obstetra del Centro Médico Bautista Ochsner. “Es desalentador y agotador. Se siente como que no tendría que ser así”.
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