Estos días es muy frecuente ver que muchos independentistas catalanes están en contra de repetir las elecciones, prefieren un gobierno que nos aplicó el 155, y lo argumentan por el cansancio y la necesidad de la estabilidad. En este escrito comento estas falacias.
En las repetidas manifestaciones, todos gritábamos ‘ni olvido ni perdón’, pero, por lo que estamos viendo, con estas y anteriores elecciones, muchos han olvidado, y no sé si también perdonado.
Yo creo que, aplicarnos abusivamente el 155, destituyendo a todos los responsables del gobierno y del parlamento, y facilitar la represión en todos los niveles, llegando a espiar los teléfonos móviles, vulnerando todo derecho a la libertad de expresión y de privacidad, no es posible olvidarlo ni perdonarlo.
Políticos que han festejado la represión, la cárcel, el exilio, nunca deberían merecer nuestro voto, por los siglos de los siglos, hasta que no reconozcan y reparen sus pecados.
Muchos ex independentistas nos dicen que nuestra generación ya hicimos todo lo que podíamos hacer, y que ahora tocará a otras generaciones volver a intentarlo.
Y, obviamente, para mí es otro grave error, pues ¿qué hicimos la mayoría?, participar en manifestaciones y votar ‘defendiendo’ las urnas, el 2017. ¿Pero eso es ‘todo’ lo que podíamos hacer?, si es así, no merecemos nada mejor, está claro. Igualmente, nuestros líderes independentistas, ¿realmente también hicieron ‘todo’ lo posible?, si es así, no eran los líderes adecuados, está claro, al menos para mí.
En definitiva, me parece que se cumplió el refrán de que ‘Dios los cría, y ellos se juntan’, es decir, que se cumplió la inclinación natural que lleva a juntarse a los del mismo genio y temperamento acomodaticio.
Es verdad que muchos estábamos en esa ola, pero, tras ver la represión, muchos no nos hemos retirado a los cuarteles de invierno, para esperar y seguir esperando … nada. A mi modo de ver, los refugiados en esos cuarteles hacen buenos los refranes que complementan el anterior: ‘Dios los cría, y el viento los amontona’, o ‘Dios los cría y el diablo los junta’, o ‘Dios los cría y ellos se arrejuntan’.
Pues no es lógico que ahora, desde el sofá de casa, quieran que les toque la lotería, sin ni siquiera comprar un número de la rifa.
Todos sabemos que cuando deseamos algo, tenemos que trabajar para ello, como dice el refrán ‘A Dios rogando y con el mazo dando’.
Sólo persistiendo, podremos revertir el actual ciclo de infortunio, y volver a recuperar el motivante ciclo que tuvimos hasta el 2017, pues es la única forma de conseguir la baraka, palabra árabe que significa ‘bendición’, la bendición de la ciudadanía.
Pues sólo con la baraka podremos superar favorablemente la complicada situación actual, ya que ‘audaces fortuna iuvat’ (la suerte sonríe a los audaces)
Y esa audacia comporta redefinir la estrategia y establecer nuevas acciones conjuntas, reorganizadas.
En definitiva, que debemos recuperar la memoria, y nunca, nunca, facilitar que Salvador Illa (ISLA), representante del estado y brazo ejecutor de la represión, consiga llegar a la presidencia de la Generalitat, pues personas que permitieron y colaboraron para aniquilarnos, utilizando abusiva e ilegítimamente sus leyes, nos mostraron que son inmorales, que no tienen la ética precisa, por más máscaras que ahora se pongan, para engañarnos con la ‘convivencia’ y el ‘acuerdo’.
Y que Pedro Sánchez y Salvador Illa nos repitan su mantra de que ‘la ciudadanía catalana votó por pasar página del independentismo’, es otra mentira más. Nadie puede hablar en nombre de la ciudadanía. Pero, menos, un partido que obtuvo 869.237 votos, que fue un 27,94 % de los votantes, un 15,1 % del censo total.
En definitiva, si queremos alcanzar la baraka, debemos persistir, unidos, para hacer frente a esos unionistas españoles, que nunca, y nunca es nunca, querrán que podamos decidir lo que queremos ser.
Por lo tanto, debemos ser conscientes de lo que nos jugamos con la próxima investidura, especialmente ERC. No hay excusas posibles.