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Los independentistas catalanes y Stephanós

En su columna de ayer en el diario Ara, Jordi Llovet explicaba la historia de San Esteban, sin citar ninguna fuente de información, que he visto que no es otra que Wikipedia.

Hoy, 26 de diciembre, la iglesia católica celebra el día de San Esteban (inicio siglo I – 34 o 36 d.C.), considerado el primer mártir cristiano (protomártir). Y desde le Marca Carolingia, (Marca Hispánica Carolingia, siglos VIII a X) se festeja en Catalunya (Norte y Sur).

Por todo esto se me ha ocurrido hacer un juego metafórico, ya que, salvando las muchísimas diferencias concretas, genéricamente hay un cierto paralelismo entre su historia y el independentismo catalán.

Historia de San Esteban:

Es interesante señalar que se desconoce su nombre original, se sabe que era un judío helenizado, se le atribuyó el nombre de Stephanos (en arameo Kelil), que significa ‘corona abierta’ (de origen bizantino, refiriéndose a las coronas hechas con ramas utilizadas en la época romana antigua; que difiere de la corona, también de origen bizantino stemma, o corona cerrada). El significado de un stephanos o corona abierta era que sobre el que la portaba, generalmente había un monarca o una autoridad superior a quien obedecía. Por otra parte, aquel que no tenía a nadie que ejerciese poder sobre él, llevaba, en cambio, una stemma o corona cerrada. Posiblemente, en el personaje que nos ocupa se debiera a un símbolo de un premio en los juegos públicos o a un símbolo general de honor.

Su primera función, como diácono, fue la de organizar y repartir limosnas entre las viudas, dentro de la iglesia primitiva, y también predicó el evangelio.

El mensaje de Esteban fue tomado como una agresión a la ley. Los más exaltados lo llevaron delante del sanedrín, y allí hizo un discurso cargado de fogosidad e imprudencia, considerado inadmisible por una asamblea encargada de velar por la tradición y la ley, por lo cual acabarían matándolo. Al oír ese discurso, los miembros del sanedrín:

·       ‘oyendo estas cosas, se enfurecían en sus corazones, y crujían los dientes contra él’ (Hechos de los Apóstoles 7,54) y

·       ‘entonces, ellos, dando grandes voces, se taparon los oídos y arremetieron a una contra él’ (Hechos 7, 57),

·       ‘y echándole fuera de la ciudad, le apedrearon; y los testigos pusieron sus ropas a los pies de un joven que se llamaba Saulo’ (Hechos, 7, 59)

(Biblia: Hechos de los Apóstoles 7:1-60; Defensa y muerte de Esteban)

Un grupo de exaltados lo llevaron a las afueras de Jerusalén y lo apedrearon. Dentro del contexto político del momento, el sanedrín no podía condenar a nadie, ya que sólo era la autoridad moral, pues el poder político y la fuerza pública la tenían los romanos. El joven Pablo de Tarso (posteriormente convertido (metafóricamente con la denominada ‘caída del caballo’) y, siglos después santificado, estuvo presente en la lapidación, vigilando la ropa de los que le lapidaron.

(fuente: Wikipedia y Biblia)

Paralelismo metafórico:

Como ya he comentado, salvando las importantes diferencias, y sin querer ofender ni herir sensibilidades con esa comparación, ya que efectúo ese paralelismo a modo meramente didáctico, creo que es importante señalar los siguientes puntos:

·       Esteban, como indica su propio nombre, indicaba, simbólicamente, que era un hombre de honor. Y, en el caso de los presos y presas políticas, son, efectivamente, hombres y mujeres de honor, del máximo honor (ético, moral y social).

·       Esteban fue un convertido de primera hora, como una minoría de independentistas catalanes, ya que diez años atrás, realmente eran muy pocos, por lo que su labor era ingente. Y los hechos de esta década han hecho multiplicar enormemente esa masa independentista, pues muchos nos ‘convertimos’ al ver el tratamiento que dieron al Estatut de Catalunya del 2006, al ver como lo ‘cepillaban’ (Alfonso Guerra, PSOE) y, ver que, por una denuncia del PP, el tribunal constitucional acabó mutilando (si bien estatutos de otras comunidades autónomas tenían artículos con contenidos similares, que nadie denunció y, por lo tanto, están plenamente vigentes. (está claro que no todos somos iguales ante la ley).

·       Unos exaltados llevaron a Esteban ante el sanedrín, y aquí en Catalunya, los exaltados fueron el PSC (PSOE catalán), el PP y Ciudadanos.

·       El sanedrín, en nuestro caso, queda claro que es el tribunal supremo, comandado por Lesmes y Marchena, apoyados por el partido Vox, de extrema derecha, que actuó de acusación particular.

·       El escándalo del sanedrín es similar al que vimos en el poder judicial español, al oír los discursos de defensa de los presos políticos y sociales, pues no podían oír, sin rasgarse las togas, que Jordi Cuixart, por ejemplo, les dijese que ‘lo volveríamos a hacer’.

·       A Esteban, un grupo de exaltados lo llevaron a las afueras de Jerusalén y lo lapidaron hasta su muerte. Aquí sufrimos las consecuencias exaltadas de la policía nacional y la guardia civil, y otros muchos exaltados por toda España, salieron a las calles a despedir a sus policías para venir a Catalunya, exaltándolos al grito de ‘a por ellos’ (que éramos los independentistas catalanes), y, claro, golpearon a muchos que intentaban votar, sin prestar atención a la edad y género, pues golpearon a mucha gente mayor, sin miramientos ni contemplaciones. Y tras el discurso del rey Felipe VI el 3 de octubre del 2017, dando carta blanca a la barbarie, todas las instituciones del estado y todas sus cloacas, actuaron de forma alegal e ilegal.

·       Que el sanedrín no tuviera potestad para condenar a nadie, pues esa facultad correspondía a los romanos, es un símil con lo que sucedió aquí, pues sin el menor rubor condenaron a nuestros líderes, a pesar de que había muchas declaraciones de las instituciones judiciales europeas, y de organizaciones como la ONU, Amnistía Internacional, etc., que avisaban que no procedía. Pero, como pasó con Esteban, aquí interpretaron las leyes a su conveniencia, para forzar la condena que querían.

·       Y en el caso de Esteban la ejecución fue pública, para que fuese ejemplar y, claro, no faltaron asistentes y ‘colaboradores’ (directos, tirando piedras, e indirectos, como Saulo). Igualmente pasó en España, ya que los medios de comunicación unionistas, como todos los partidos políticos que se benefician del sistema político de 1978, venían pidiendo sangre, es decir, condenas muy duras, y el sanedrín, claro, tiró a los presos a las fieras, condenándolos a larguísimas penas de prisión, para que sirva de ejemplo y atemorizar, así, cualquier otro intento.

Todos sabemos que las sentencias han de ser justas, no ejemplares, pues no es justo castigar con efectos aleccionadores.

·       Como le pasó a Saulo (Pablo) que, años después se ‘convirtió al caerse del caballo’ (supongo que es una forma metafórica, claro), aquí, al ver la forma de actuar del sanedrín judicial, también unos pocos han visto que en España no hay justicia, si no venganza, y por eso, han cambiado de bando, y se han convertido en independentistas.

·       Como también vemos, tanto en el caso de Esteban, como en el nuestro, el poder sistémico acaba ganando la batalla, pero espero que no gane la guerra. El poder busca que nadie cuestione su estilo y forma de vida, buscan perpetuar sus privilegios tradicionales.

·       Y finalmente, vemos que, en el caso de Esteban, el poder romano no actuó, y, en nuestro caso, el parlamento europeo ha hecho lo mismo, lavarse las manos (como hizo Poncio Pilatos con Jesús), para seguir con las referencias bíblicas.

·       Pero todos sabemos el final, sin hacer ningún ‘spoiler’, pues sabemos que al final el cristianismo acabó imponiéndose en el imperio romano; y aquí confiamos que, a corto o medio plazo, acabemos gozando de nuestra libertad, para poder decidir, democráticamente, nuestro futuro. Y, en este caso, podamos ponernos ambas coronas, la abierta (stephanós) simbólica del honor, que ya tienen, y la cerrada (stemma), como símbolo de la independencia, que espero que podamos conseguir.

Amadeo Palliser Cifuentes

amadeopalliser@gmail.com