- Ello implica reconfigurar la manera en que educamos y pensamos la formación del profesorado: Etelvina Sandoval Flores.
- Se requiere de una formación docente de largo alcance, diseñada de manera colectiva, participativa y situada, señaló.
- Participó en el 107 Aniversario de la Benemérita y Centenaria Escuela Normal del Estado de Sonora, “Profesor Jesús Manuel Bustamante Mungarro”.
En momentos de aceleración histórica y educativa es fundamental formar maestras y maestros que actúen con responsabilidad ética y compromiso social; lean crítica y analíticamente el mundo; conecten con la diversidad de identidades y saberes de niñas y niños; y contribuyan a promover el trabajo colaborativo dentro de la comunidad escolar, afirmó Etelvina Sandoval Flores, comisionada de la junta directiva de la Comisión Nacional para la Mejora Continua de la Educación (Mejoredu).
Al dictar la conferencia magistral “Formación y desarrollo profesional de maestros. Nuevas realidades, nuevos paradigmas”, en el marco del 107 Aniversario de la Benemérita y Centenaria Escuela Normal del Estado de Sonora, “Profesor Jesús Manuel Bustamante Mungarro”, señaló que es importante contar con docentes que promuevan otras maneras de formar y hacer escuela; es decir, una escuela de la diversidad, la diferencia, el conocimiento, y la justicia afectiva.
En presencia de Yazmín Soto Medina —directora de esta institución—; Alicia Hernández Villa —directora general de la Comisión Estatal de Evaluación y Mejora Educativa—; Norma Pesqueira Bustamante —ex Consejera Técnica de Mejoredu—; Luis Antonio Álvarez Nájera y de Blanca Silva Ballesteros —subdirector académico y subdirectora de gestión, respectivamente—, consideró crucial impulsar el ejercicio investigativo de los docentes para resignificar su propia práctica, promover cambios de mejora y desarrollar proyectos con sentido social y de equidad, así como fomentar una formación in situ donde los docentes con más experiencia acompañen a los docentes de recién ingreso.
Sandoval Flores dijo que en momentos como el actual es preciso valorar la función de la escuela como proyecto democrático, abierto, participativo e inclusivo, y reconocer los saberes y capacidad del magisterio para actuar en tiempos de emergencia. Ello implica reconfigurar la manera en que educamos y pensamos la formación del profesorado, subrayó.
Destacó que para formar maestras y maestros con esas características se requiere impulsar la formación de formadores y promover una formación docente de largo alcance diseñada de manera colectiva, participativa y situada, pues ésta no puede decidirse de manera centralizada.
Aunado a lo anterior, señaló que se requiere de la promoción de contenidos, actividades y prácticas que permitan a las y los futuros docentes contextualizar la enseñanza, superar la fragmentación del conocimiento, conducir acciones de mejora, y contribuir a la dignificación de la escuela pública.
Finalmente, consideró importante articular la formación inicial con la inserción en la docencia, así como con la formación continua, reconociendo que la docencia es un proceso de aprendizaje permanente.