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Los ‘Zelig’ españoles

El director cinematográfico Woody Allen, en su película ‘Zelig’ (1983), que es un falso documental, rodado con secuencias en blanco y negro junto con otras en color, retrata a un personaje con una personalidad adaptativa, como las veletas, en función del viento que sopla.

“Leonard Zelig es un hombre-camaleón: en presencia de un gordo, engorda; al lado de un negro, su color se oscurece; entre los médicos, sostiene haber trabajado en Viena con Freud; etc. Claro, los médicos se interesan por su caso sin encontrar el secreto, hasta que la Dra. Fletcher se aísla con Zelig y llega a hipnotizarlo”

(Wikipedia)

En su último libro “A propósito de nada. Autobiografía” Alianza Edit., Madrid, 2020), pág. 240/2, Woody Allen, explica:

“Zelig trataba del deseo común de ser aceptados, encajar, no ofender, por lo que terminamos presentando una personalidad diferente a distintas personas porque sabemos cuál de esas personalidades va a sentar mejor a los demás. Por ejemplo, cuando el protagonista se encuentra con una persona a la que le encanta Moby Dick, intenta buscar cosas que elogiar en ese libro. Si está ante alguien que, por el contrario, lo detesta, el personaje Zelig le sigue el juego y también lo detesta. Esa obsesión con el conformismo es lo que, finalmente, conduce al fascismo”

(…)

“Zelig debería definir principalmente a esas personas que abandonan constantemente su postura inicial y adoptan cualquier otra cosa que sea más popular”

Es evidente que todos presentamos esta facilidad, pues pretendemos una cierta comodidad; el naturalista Charles Darwin (1809-1882) en su libro ‘El origen de las especies’, publicado en 1877, reconoció que las especies que logran reproducirse no son las más débiles, ni las más fuertes, sino las más adaptativas al medio, y esa facultad es la que rige la selección de las especies:

“Los individuos menos adaptados al medio ambiente tienen menos probabilidades de sobrevivir y menos probabilidades de reproducirse; los individuos más aptos tienen más probabilidades de reproducirse y de dejar sus rasgos hereditarios a las generaciones futuras, lo que produce el proceso de selección natural (…) Este proceso lento da como resultado cambios en las poblaciones para adaptarse a sus entornos, y en última instancia, estas variaciones se acumulan con el tiempo para formar nuevas especies”.

(Wikipedia)

Y esa virtud adaptativa es positiva; pero, llevada al extremo, es patológica, y aunque pueda parecer, temporalmente, funcional y operativa, a medio o largo plazo resulta nefasta.

Centrándonos en el estado español, podemos ver que los principales representantes, desde el rey, hasta Pedro Sánchez, Pablo Iglesias, etc., todos, todos, presentan esa adaptación funcional, operativa, transitoria, con una estética de puro marketing; pero, al no ser los ‘más aptos’ (como diría Darwin), esa adaptación no es consistente, al no ser perdurable.

A modo de ejemplo de discurso ‘adaptativo’ de estos últimos días:

El rey y su familia, presidiendo el funeral laico de estado por los fallecidos por el covid-19, en realidad presidieron un acto monárquico, para mayor ensalzamiento propio.

Igualmente, sus ‘paseos’ por las distintas comunidades autónomas, sólo tienen esa misma finalidad, intentar ‘blanquear’ su imagen, tan deteriorada.

Por cierto, la cancelación de la visita a Catalunya, prevista para ayer, viernes, fue cancelada (aplazada sin nueva fecha), sin explicaciones, y sustituida por la visita al País Vasco. Es evidente que no querían unas fotografías con los manifestantes antimonárquicos, que estaban programadas. Por eso, ahora han anunciado que el próximo lunes 20, vendrán a Catalunya, pero se limitarán a visitar el Monasterio de Poblet (Tarragona), intentando, de ese modo, evitar cualquier manifestación en contra, como las que ayer hubo en el País Vasco.

Según rumores insistentes, en breve, la casa real hará un comunicado distanciándose del rey emérito, pero eso, si se confirma, no es más que un cortafuegos, una estratagema, para intentar salvar la cara del actual rey y sus herederas. Evidentemente, cualquier cosa vale, el fin justifica cualquier medio, aunque sólo sea de forma transitoria.

Cuando lo que sería procedente, ética y moralmente, es reconocer los presuntos ‘trapicheos’ del emérito y reconocer, asimismo, su propia involucración, ya que el desconocimiento no es, ni debería ser un argumento. Y si fuera honrado, debería solicitar las modificaciones legales pertinentes, para realizar el preciso referéndum sobre la forma del estado, cosa que se nos hurtó en la transición, como reconoció, vergonzantemente (creyendo que el micrófono estaba apagado), Adolfo Suárez en una entrevista (en 1995) con Victoria Prego (y que ésta, contraviniendo la ética profesional, ocultó).   

Pedro Sánchez y su gobierno, negando toda veracidad a las escuchas telefónicas al president del Parlament de Catalunya, Roger Torrent, si bien:

“Los servicios de información españoles disponen del programa espía Pegasus de la compañía israelí NSO, según confirman fuentes próximas a la comunidad de inteligencia. Con una versión de ese malware – el software hostil con el que se roban datos en los dispositivos – se piratearon los móviles del presidente del Parlament, Roger Torrent, y del exconseller Ernest Maragall, ambos de Esquerra Republicana de Catalunya (ERC). El servicio secreto CNI cuenta con ese sistema, aseguran las mismas fuentes, Interior, que ha negado públicamente que adquiriese Pegasus, posee al menos un programa similar.

(…)

No está confirmada la fecha de adquisición. Sí se conoce que hasta 2015 el CNI y la Policía habían sido clientes de Hacking Team, compañía italiana que compite con NSO. Los servicios de información españoles, en fin, disponían de Pegasus, según fuentes próximas a los mismos; más dudoso, añaden las mismas fuentes, es que NSO solo venda este programa a gobiernos y fuerzas de seguridad, como aduce la empresa israelí.

(…)

Expertos en los servicios de inteligencia aseguran que el CNI no se arriesga a pinchar un teléfono en España sin cumplir escrupulosamente la Ley de Control Judicial Previo del CNI, de 2002 (aprobada tras los escándalos de escuchas ilegales que en la década anterior salpicaron al servicio secreto. Otra cosa, agregan, es lo que pase en el extranjero, donde todas las operaciones son, por definición, clandestinas.

(…)

¿Podría el magistrado del Supremo haber autorizado el pinchazo a Torrent? Las fuentes consultadas recuerdan que, al menos desde que en 2015 se aprobó el Concepto Estratégico del CNI y se creó la Unidad de Defensa de los Principios Constitucionales, el proceso secesionista catalán, considerado una amenaza para la unidad del Estado y el ordenamiento constitucional, forma parte de los objetivos informativos del servicio de inteligencia.

El CNI fue muy activo en 2017, en el momento más álgido del procés, facilitando al Gobierno de Mariano Rajoy los borradores de las llamadas leyes de desconexión, que abrían el camino hacia la independencia de Catalunya. También desempeñó un papel destacado en la captura en Alemania del fugado expresidente catalán Carles Puigdemont en marzo 2018. En cambio, se le reprochó no haber sido capaz de interceptar las urnas que permitieron celebrar el referéndum ilegal del 1 de octubre en Catalunya. Pero una cosa es interceptar el móvil de un líder independentista y otra de un cargo institucional, como el presidente del Parlament, segunda autoridad de Catalunya. Las fuentes consultadas explican que con frecuencia los titulares de los teléfonos no coinciden con sus usuarios reales y que a veces se llega a un número a través de otro y sin conocer quién es su dueño”

(El País)

Efectivamente, no hay excusas técnicas aceptables, se trata de un tema político de la mayor gravedad, y el gobierno de Pedro Sánchez no puede escurrir el bulto, como hace, manifestando que si Roger Torrent tiene la sensación de haber sido espiado, que recurra a la justicia. Esto es vergonzoso. Y más, sabiendo que la justicia está politizada, ya que la cúspide forma parte de las cloacas del estado.

Por eso, las mentiras del ‘trilero y funambulista’ Pedro Sánchez, pueden valerle un tiempo, y ante su público incondicional, pero, por muy ‘Zelig’ que sea, no es apto para gobernar una verdadera democracia. Un personaje que antepone sus propios intereses personales, después los partidistas, y, en último lugar, los de interés general de la ciudadanía, no es ético ni moral.

Pablo Iglesias, por su parte:

“Pese a formar parte del Gobierno, Unidas Podemos se ha sumado a una declaración, suscrita por 10 partidos, que denuncia la ‘gravedad’ del espionaje a Torrent y vuelve a reclamar la creación de una comisión parlamentaria de investigación sobre ‘las cloacas del Estado’. Dicha comisión no podría, sin embargo, acceder a información sobre las interceptaciones telefónicas del CNI, clasificadas como secretas. La que sí que está habilitada para conocer de este asunto es la Comisión de Secretos Oficiales del Congreso, que se reúne a puerta cerrada.

Además, el líder de Podemos y vicepresidente segundo, Pablo Iglesias, forma parte desde marzo de la Comisión Delegada del Gobierno para Asuntos de Inteligencia, entre cuyas competencias figura la de proponer al presidente del Gobierno los objetivos anuales del CNI.

Finalmente, el servicio secreto no puede investigar al independentismo si el presidente no se lo ordena en la Directiva de Inteligencia, que desarrolla los objetivos propuestos por dicha comisión”.

(El País)

Es evidente que los desastrosos resultados en las elecciones autonómicas gallegas y vascas (en las primeras perdió los 14 diputados que ganó en 2016; y en las segundas pasó de 11 a 6 diputados) han hecho que Pablo Iglesias intente replantear sus estrategias; pero está claro que no se puede beber sin tragar; no es posible estar en el ejecutivo, ‘participando’ de la gobernanza, y, a la vez, querer mantener la imagen originaria del movimiento 15 M, es imposible, a no ser que lo dirija el propio Woody Allen.

Y Pablo Iglesias, como un camaleónico ‘Zelig’ quiere hacer ver que está por la transparencia en el caso de las escuchas, cuando, según hemos leído en la anterior información publicada por El País, la comisión que pide, si es que la aceptasen (que no lo harán) el PSOE y el PP, no serviría para nada, ya que, como hemos visto, no tiene la capacidad para ello.

Además, para mayor burla, si Iglesias participa en la comisión que propone los objetivos del CNI, debe tener, de primerísima mano, la información pertinente. Y no precisa recursos falaces de cara a la prensa.

Ada Colau, la alcaldesa de Barcelona, gracias al voto de Manuel Valls, el ex jefe de gobierno francés, de origen catalán, cuyo único objetivo fue frenar el independentismo, y por eso, apoyando a Colau, de la órbita de Podemos, pudo quitar la alcaldía a Ernest Maragall, republicano catalán (ERC). Por eso, no hay que olvidar que Colau, nos gobierna gracias al apoyo del partido de Ciudadanos, un partido de derechas y desde su origen anticatalán, esa es su esencia.

Y, Colau, como una auténtica ‘Zelig’, creyéndose la Nicole Kidman, la Sandra Bullock, etc, siempre sale, a posteriori, a criticar al president de la Generalitat, haga lo que haga y diga lo que diga. Por ejemplo, ayer, tras anunciar las nuevas medidas de semi-confinamiento debido al progreso de la contaminación comunitaria por el covid, justo después, salió la susodicha, a criticar que las medidas llegaban tarde, y que se limitaban a reducir actividades.

Evidentemente, la Generalitat toma las medidas que aconseja el equipo de expertos sanitario – científicos, ponderando otros factores (económicos y sociales), y pueden ser discutidas y discutibles; pero que, sistemáticamente, la alcaldesa se ponga a las antípodas, en lugar de apoyar en un momento de crisis, como, por ejemplo, sí que ha hecho el alcalde de Badalona, Xavier García Albiol, del PP, no hace más que confirmar la falta de criterio de Colau, y que su único objetivo, como el de los camaleónicos Zeligs, es intentar captar titulares, minutos de televisión, para salir siempre en plan crítico, pero nunca constructivo.

Como se puede ver, Woody Allen hubiera tenido un trabajo difícil para seleccionar el ‘casting’ para protagonizar la película que vengo citando en este escrito; aquí hubiera tenido un buen plantel, tanto de presuntos protagonistas, pero, en realidad, todos, meros comparsas, simples figurantes.

Y, volviendo al tema central, consecuentemente, si “el servicio secreto no puede investigar al independentismo si el presidente no se lo ordena en la Directiva de Inteligencia, que desarrolla los objetivos propuestos por dicha comisión”, no hay nada más que añadir. El círculo se ha cerrado. Los independentistas catalanes no podemos dejarnos engañar más, por muchos ‘Zelig’ que nos vengan, no podemos aceptar nada que nos quieran vender esos trileros camaleónicos.

Que se confiten a su rey y a todo el estado profundo y superficial; y que nos dejen vivir y organizarnos según quiera la mayoría catalana, y a nosotros nos será indiferente sus continuados papeles de ‘Zelig’.

Amadeo Palliser Cifuentes

amadeopalliser@gmail.com