¿Qué estamos haciendo para cambiar su futuro?
● Alrededor de 500 menores (un estimado de Reinserta) nacen y viven en prisión y pueden vivir hasta los tres años con sus madres dentro de los centros penitenciarios
● Reinserta llama a la sociedad mexicana a unirse a su campaña de recaudación; a través del cortometraje “III”, que busca visibilizar la maternidad y las condiciones que viven las infancias en contacto con las cárceles de México
● Con los donativos Reinserta seguirá construyendo espacios de maternidad dignos, como es el caso de la “bebeteca” en Monterrey, NL., así como brindar programas de atención psicológica y jurídica que garantizan su desarrollo dentro y fuera de la cárcel.
Ciudad de México, martes 11 de abril. Durante los últimos 10 años, 10 mil niñas y niños han nacido en prisión, más de 300 mil infantes tienen una madre o un padre en la cárcel (Información basada en los 10 años de experiencia de Reinserta). La niñez que se desenvuelve en espacios donde predomina la violencia y el autogobierno; 67% ha presenciado un motín o una riña; de las mujeres privadas de la libertad casi siete de cada 10 son madres (INEGI, 2021).
Desde Reinserta tenemos como objetivo promover la seguridad y protección de los derechos humanos de niñas, niños y adolescentes en contacto con el sistema penitenciario y marcados por la violencia. Por esta razón el día de hoy lanzamos la campaña anual de recaudación a través de un cortometraje titulado “III”, con el cual buscamos sensibilizar acerca de este grave problema en México.
Esta campaña va encaminada a la recaudación de fondos para seguir acompañando a niñas, niños y adolescentes con atención psicológica y jurídica, estimulación temprana, separación sana y la creación de espacios lúdicos libres de violencia, así como a sus familias, durante los procesos.
Tú puedes ayudarnos a seguir creando espacios libres de violencia y garantizar el desarrollo de cientos de niñas y niños. Tú puedes ayudarnos a cambiar su futuro, dona en HipGive.
En México niñas y niños que están bajo el contexto carcelario suelen no tener acceso a áreas libres de violencia o de educación inicial, o presenciar las visitas conyugales que no están reguladas, lo que hace que estos tengan una mayor exposición a violencias físicas y/o sexuales.
Hay una carencia de espacios exclusivos para mujeres, niñas y niños dentro de prisión; además de la separación de los menores de sus madres, sin acompañamiento sano; son procesos traumáticos que pueden generar daños irreparables. Por lo que hacemos un llamado a las autoridades para generar los programas necesarios para que el destino de la niñez, cuyas mamás y papás están en prisión no estén destinados a la violencia.
Si bien, la Ley Nacional de Ejecución Penal reconoce la existencia de estos niños y obliga a los estados a que ellos y ellas se desarrollen en contextos libres de violencia, existe una falta de interés de actores políticos para gestionar asignación de recursos públicos para la dignificación de espacios donde niñas, niños y adolescentes puedan desarrollarse integralmente, la creación de políticas públicas con perspectiva de derechos humanos; así como la estigmatización por parte de la sociedad en la que viven estas niñas y estos niños al ser víctimas de violencias escolares, como lo es el bullying resulta preocupante y de atención urgente para las personas que integramos esta organización.