Buscar

¿Más vale tarde que nunca?

Martha Nava Argüelles
Imagogenia
@mar_naa

Finalmente el lunes por la noche el presidente, Andrés Manuel López Obrador “felicitó” a Joe Biden, por ser  oficialmente el mandatario electo de Estados Unidos, esto después de 42 días de que se realizaran las elecciones en el país vecino y, claro está, de muchas especulaciones sobre porque no lo había hecho antes. Como justificación, AMLO señaló desde un inicio que lo haría hasta que el Colegio Electoral de Estado Unidos ratificara la victoria de Biden pues, según él, no quería cometer un error similar al del entonces presidente de España, José Zapatero quién felicitó a su contrincante de campaña en 2006, Felipe Calderón cuando aún no terminaba el proceso.

Entonces, ahora que ya ratificaron a Biden como el presidente electo del país vecino, Andrés Manuel le envió una carta de felicitación –un tanto seca para mi gusto-, que siendo honestos más que una felicitación por su triunfo, se lee como una serie de recordatorios de lo importante que es mantener una buena relación con México y los acuerdos que ya se habían establecido con su antecesor, Donald Trump. Ciertamente, no es la mejor manera de empezar una buena relación con quien liderará a Estados Unidos pero, sin duda alguna, la espera para hacer la felicitación correspondiente y acorde a los lineamientos electorales, es congruente con su discurso y su contexto político-personal.

Ahora, algo que es fundamental respecto al envío de esta carta, es su impacto sobre las relaciones políticas que mantendrán ambos países y es que si bien AMLO, reconoce en la carta la postura de Biden a favor de “los migrantes de México y el mundo”, existen muchas otras políticas en las que no cabe duda no seguirán la misma estrategia, por ejemplo: el tema de las energías limpias, para el Presidente electo es una prioridad pues en su  campaña habló mucho sobre el cambio climático –tal vez en su afán de contrarrestar el discurso de Trump que desacreditó en varias ocasiones el tema-, y por su parte el Mandatario mexicano está enfocado en explotar los combustibles fósiles.

Siendo honestos el hecho de que AMLO no hubiese felicitado a Joe Biden desde que se convirtió en presidente virtual electo, hace que se generen un sin fin de especulaciones sobre cómo será la relación entre ambas administraciones; al final del día, lo más probable es que se mantenga como hasta ahora, pues al país vecino no le conviene que sea de otra forma.  

Sin embargo, y a pesar de que el Mandatario mexicano dijo que sus acciones se justificaban en el “respeto por al proceso electoral” en Estados Unidos, la cantidad de interpretaciones a las que dio lugar su postura y su “retraso” para tener un gesto de cordialidad con el nuevo líder de dicho país, evidentemente no beneficiaron su imagen al exterior –aunque, seguramente si sumó en la perspectiva colectiva de quienes son sus fieles seguidores pues, existió coherencia en el discurso-.