Ante cualquier noticia relevante, reaccionamos condicionados por la forma e importancia del medio de información y, obviamente, por el contenido informativo. E, inmediatamente, nos moviliza diferentes sistemas psicológicos, inconscientes (como los mecanismos de defensa) o conscientes -reflexivas o irreflexivas- (activando diferentes estrategias: prejuicios, estereotipos, subjetividad).
Lógicamente, la incidencia de la noticia también está en función de múltiples factores, como: la propia característica del hecho; su cercanía física; su proximidad afectiva; la identificación (ideológica, política, religiosa, social, etc.); la correlación con otros sucesos; la repetición de la noticia o su novedad; etc.
Y el aspecto que me parece muy relevante resaltar es, precisamente, que la gravedad del hecho aumenta, si se trata de un atentado terrorista. Y si éste es efectuado o atribuido a ciudadanos de otras razas y religiones, pues, en ese supuesto aparecen, generalmente, los instintos racistas.
Y esto lo vamos a ver, seguidamente, con el reciente ejemplo:
Ayer hubo un atropello múltiple en Trier (Tréveris) en Alemania, provocando cinco muertos (entre ellos un bebé de 9 meses) y decenas de heridos; el conductor del vehículo, que irrumpió en una céntrica zona peatonal, fue detenido poco después, resultó ser un alemán de 51 años, bajo los efectos del alcohol (1,4 mg/l, muy por encima del límite legal de 0,25 mg/l), sin antecedentes penales, y en tratamiento psiquiátrico por problemas psicológicos.
Inicialmente se temió que fuera un posible atentado, pues ver un todoterreno (marca Land Rover) recorriendo varios centenares de metros haciendo zigzag con el objetivo de arrollar a los viandantes y los puestos comerciales. A continuación, se dirigió a una calle adyacente, donde fue interceptado por varios coches policiales y detenido tras un forcejeo, apenas cuatro minutos después del primer aviso. Las primeras investigaciones descartan motivaciones políticas ni religiosas.
Es comprensible que los primeros momentos generasen una gran angustia entre los transeúntes que sufrieron el atropello, directa o indirectamente; y también a nivel general, al ver la noticia.
El incidente de Trier es el segundo con un vehículo que se registra en el país en menos de una semana, pues el pasado 25 de noviembre, un hombre estrelló su coche contra la verja de la sede de la Cancillería, la oficina de Ángela Merkel, en Berlín, y fue detenido.
El vehículo no llegó a atravesar la verja, y sólo sufrió daños menores. Los agentes descartaron un ataque y no encontraron explosivos ni armas. En los laterales del vehículo había escrito lemas: ‘’Parad la globalización’ en el lado derecho y ‘Malditos asesinos de niños y ancianos’ en el otro lado.
El 20 de diciembre del 2016, un camión causó doce muertos y 48 heridos, al ser arrollados por un camión en un mercadillo navideño de Berlín.
Pues bien, al informar sobre el atropello de ayer, se centró el máximo interés pensando el posible atentado; pero, al confirmarse rápidamente, que no fue un atentado sino la actuación de una persona desequilibrada y de la propia ciudad alemana, la tensión e interés informativo decayó notablemente.
Los muertos y heridos son los mismos, pero nuestra reacción se destensó, tanto por el relajamiento informativo citado, como consecuencia de nuestros propios mecanismos de defensa, por lo que, mayoritariamente pasamos página de forma rápida, quitando ‘importancia’ al propio hecho.
A mi me parece comprensible, en parte, ese relativo relajamiento, pues racionalmente, de forma inmediata, relativizamos el riesgo de los asesinatos, robos y actuaciones de desequilibrados. Si bien, cuando esos mismos hechos están realizados por personas de razas diferentes, aparece el sentimiento racista, que se traduce en un mayor odio e ira.
Por eso, en el caso que nos ocupa, vemos que los intereses económicos y sociales, de inmediato se esforzaron para llamar a la normalidad, garantizando la seguridad. Y punto final.
Pero, a mi modo de ver, este caso debería hacernos pensar en el racismo generalizado, en mayor o menor dosis; pues si bien, mayoritariamente consideramos que no somos racistas, pero …, y cuando a cualquier afirmación se añade un pero, es que lo somos, racistas o de lo que se trate, pues en esas actitudes no cabe relatividad. Se está embarazada o no, no caben medias tintas.
Igualmente, una democracia lo es o no lo es, no hay matices. Y, en España, volviendo al tema de la carta enviada al rey por 73 mandos militares jubilados, como comenté en un escrito de hace un par de días, creo que es preciso ampliar esa noticia:
‘En los últimos días se ha tenido conocimiento de al menos dos cartas dirigidas al rey Felipe VI, en las que se asume el discurso de la ultraderecha y se busca la complicidad del monarca -que, lejos de desautorizarlos, se conforma con guardar silencio- delante de un gobierno español que, a su parecer (de los autores de los escritos), pone en peligro la ‘cohesión nacional’.
Este fin de semana se supo la existencia de una carta firmada por 73 ex mandos del ejército de tierra jubilados, en la que se trataba al actual gobierno español de ‘socialcomunista avalado por filoetarras e independentistas’, pero, anteriormente, otro grupo de ex mandos, en este caso del ejército del aire, miembros de la XIX promoción de la academia general del aire, envió primero una carta al parlamento europeo y después otra a Felipe VI, expresando su preocupación por las relaciones del gobierno español con partidos cuyo ‘objetivo es la separación de una parte del territorio de nuestra patria’ y delante de la ‘imposibilidad de estudiar en español en regiones de España’.
El firmante de esta misiva en representación de parte de sus compañeros fue el general de división del ejército del aire en la reserva Francisco Beca Casanova, el mismo que, según revela el digital ‘Infolibre’, participa activamente en un grupo de whastapp llamado XIX, que agrupa a veteranos de esta promoción y en el cual escribió mensajes de dudoso pedigrí democrático.
Siempre según el medio citado, éstos son algunos de los mensajes escritos por Beca:
‘¡Creo que me quedo corto fusilando a 26 millones !!!!
Las ‘maniobras del 36’ proporcionaron unos cuantos años de progreso aún que algunos lo pasaron mal. España está llena de gente ingobernable y la única forma posible es culturizar la gente, cosa que es imposible con la izquierda. Es triste, pero es la realidad española’.
‘¡Tal como está la situación, la única forma de pararla es extirpar el cáncer!!!
‘No (fueron las únicas sublevaciones) pero sólo las de Primo de Rivera y la de la Irrepetible (en referencia a Franco) trajeron la paz y prosperidad a España.
La sociedad española está dividida y, en la actualidad, los buenos son más cobardes que los malos. Sólo queda (desgraciadamente) repetir la historia.
No quiero desanimaros, pero con palabras y en este momento, no se puede cambiar nada’.
Según el mismo medio, Beca habría negado haber escrito estos mensajes, a pesar de que aparecen enviados desde su móvil.
(Jordi Palmer, www.elnacional.cat, 2 dic. 2020)
Es preciso señalar que la ministra de defensa, Margarita Robles, ayer, en el congreso de los diputados descalificó esas cartas
‘Pretenden implicar al jefe de estado, su majestad el rey, vulnerando la neutralidad política. El jefe del estado es de todos. No de algunos que con determinadas cartas y misivas no están haciendo lo que tienen que hacer como servidores públicos.
(…)
La ministra ha mostrado su ‘orgullo’ por los 120.000 hombres y mujeres que forman parte de las fuerzas armadas y cumplen su labor ‘sirviendo la constitución y desde la más estricta neutralidad política.
(…)
‘En ningún caso puede reconocer a quienes escriben misivas amparándose en una carrera militar en la que ya no sirven, para implicar al rey, vulnerando la neutralidad política.
‘La monarquía es patrimonio de todos los españoles’.
(abc.es)
Yo creo que la crítica de la ministra, si acaba así, no cierra el tema, no lo soluciona. Aunque sean militares jubilados, como dije anteayer, pueden ser sancionados quitándoles los privilegios económicos y sociales que tienen. Y, comentarios como el de Beca, deben ser llevados a los tribunales. Por menos tenemos a raperos enjuiciados, en prisión y en el exilio. Y ese ex general aboga por fusilar a más de 26 millones de votantes de izquierdas. Eso merecería prisión. Pero ya sabemos que ni el gobierno, ni su fiscalía, ni los tribunales harán nada. Y menos el rey, que no querrá disgustar a los suyos.
Asimismo, la ministra, al considerar al rey como ‘un patrimonio de todos los españoles’, demuestra desconocer la realidad del país, ya que hay muchos ciudadanos que no somos monárquicos, y que no consideramos que la realeza represente ningún tipo de valor histórico.
Y, como he dicho, no hay medias tintas, la democracia o es plena, o no lo es; y dejar a ese tal Beca sin castigo, mientras que Valtonyc, Pablo Hasel, César Strawberry, y una docena de raperos de ‘La Insurgencia’, fueron perseguidos por injurias a la corona, y que se han demostrados ciertas, si bien, según el tribunal supremo, ‘justifican la violencia, por enaltecimiento del terrorismo’ … no tiene explicación ni perdón. Como comenté, eso no deja de ser otra banalización del mal.
‘La resolución contra los raperos de ‘La Insurgencia’, de la que fue ponente Vicente Magro, analizó el contenido de las letras de las canciones y el ‘riesgo abstracto’ que pueden llegar a general, explicando entre otras cosas que ‘debe tomarse en cuenta en cuanto al riesgo en este país de una acción terrorista con las situaciones por las que ha pasado, lo que se ha vivido en este país con el terrorismo y ponderar la circunstancia de que personas con cierta ascendencia en la música a sus seguidores pueden recoger el mensaje de las letras y llevar a cabo y ejecutar su contenido’.
(Alberto Pozas, cadenaser.com, 24 junio 2020)
‘La Insurgencia es un colectivo de músicos de rap, con carácter revolucionario, mayoritariamente españoles, aunque también de otros países hispanohablantes. (…) En noviembre de 2016, trece de sus integrantes, todos residentes en España fueron citados a declarar en la audiencia nacional, debido a las letras de algunas de sus canciones en que supuestamente hacen apología de la violencia y de organizaciones terroristas como los Grapo. A finales del 2017, doce de ellos fueron juzgados y condenados a dos años y un día de prisión y una multa de 4800€.
(…)
El fiscal José Perals pidió, asimismo, su inhabilitación absoluta por nueve años, la retirada del derecho de sufragio pasivo y la retirada de los vídeos de su canal en YouTube. Afirmó, comparándolos con yihadistas, que los acusados tienen una religión que es la lucha sindical obrera y que la explotación de los oprimidos merece una lucha armada contra determinados colectivos’
(Wikipedia)
En definitiva, que la injusticia española se fundamenta en criminalizar al disidente, al diferente, al que critica el estatus quo, pues los poderes quieren preservar y eternizar sus privilegios, conseguidos por la ‘Irrepetible’, por las ‘maniobras del 36’, y eso, claro, no lo ven delictivo, como tampoco decir que fusilar a 26 millones de ciudadanos, tal como apunta el ex general Beca. Decidieron eliminar las canciones de los raperos mencionados, de su canal social, pero no quitarán “la emocionante versión de ‘La muerte no es final’, cantada por el GD Beca Casanova” (ame1.org.es = asociación de militares españoles), que, en su web ensalza su escrito alertando al rey sobre la ‘aniquilación de la democracia”
Y esto confirma lo que he pretendido explicar con el ejemplo del atropellamiento en Alemania. Pues, al ser efectuado por uno ‘de los nuestros’, ni siquiera le aplican el calificativo de atentado, que, según el diccionario de la RAE, significa una ‘agresión contra la vida o la integridad física o moral de una persona’, preferimos llamarlo ‘atropellamiento’, así queda más blanqueado. Por el contrario, si hubiera sido un ataque yihadista, hubiéramos criminalizado a todos los islamistas.
Y ‘blanqueamientos’ los vemos a menudo, por ejemplo, en otro orden de temas, en TV3 explican con todo detalle todas las cifras de la pandemia: infectados, ingresados en hospitales, en las UCI, la evolución del índice de transmisión, etc. Pero callan, en muchos programas, el número de muertos diarios.
Tenemos mucho que aprender y mejorar. Y si no es posible, que venga un meteorito y nos aniquile como a los dinosaurios, y empiece de nuevo la civilización, y, si es posible, que sea mejor.
Amadeo Palliser Cifuentes