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Meridiana: La ‘no noticia’ pasa a ser ‘noticia’

Amadeo Palliser Cifuentes    amadeopalliser@gmail.com

Todos los actos sociales pueden analizarse desde diferentes perspectivas: de carácter general, es decir, desde la dimensión política, económica, de seguridad, etc.; o con un carácter psicosocial.

Desde la perspectiva general, los cortes de la avenida Meridiana apenas han sido noticia durante los 342 días que se han realizado; y cuando han publicado algún artículo, ha sido crítico. Y si bien han publicado, de forma muy puntual, alguna carta a la redacción defendiendo los cortes, lo habitual es desecharlas, y lo sé por experiencia propia, pues si bien me han publicado algunas, han rechazado muchas más.

Esto no es de extrañar, obviamente; y que esta ‘no noticia’ (los cortes), ahora que han sido temporalmente suprimidos, pasen a ser noticia, portada hasta de los oficialistas La Vanguardia, El Periódico de Catalunya, etc., es, hasta comprensible, ya que es una muestra más de que defienden ciertos intereses, no hacen periodismo explicando los hechos, pretenden conformar e implantar sus intereses.

Asimismo, los políticos, como Inés Arrimadas (de Ciudadanos), partido que denunció los cortes a la junta electoral, esta mañana, en plena campaña electoral, ha acudido a la avenida Meridiana, y ha dicho: ‘lo que se ha vivido y sufrido aquí es una auténtica vergüenza (…) estamos hartos de que la Generalitat proteja más a los que se saltan las leyes que a los que cumplen las restricciones’, y esto, obviamente, sí que es noticia importante en los citados periódicos.

Nosotros no podemos manifestarnos, según dicen, por estar en campaña electoral, pero ellos si que pueden utilizar el hecho en beneficio de su propia campaña, claro.

Y, para mi, este tipo de discursos demagógicos, demuestran una inconsistencia, un desconocimiento de los hechos y de las leyes; pero tampoco es ninguna sorpresa. Y que aproveche este hecho que han provocado con su denuncia, para hacer campaña electoral, es una muestra más de la falta de ética y moral de esta política que, esta mañana, en una entrevista radiofónica, en RAC1, ha repetido diversas veces su mantra de hoy: ‘que la Generalitat, durante esta legislatura, se ha ocupado y preocupado mucho por diez personas, en lugar de ocuparse y preocuparse de 7,5 millones’.

Obviamente, este tipo de discursos me parece malicioso, ya que contrapone a los presos políticos con la población global. Incluso ha comentado que ‘el represaliado Torra, cobra una pensión de ex president de la Generalitat, y que con ese dinero se podrían hacer muchas más pruebas PCR’.

Sin comentarios, no vale la pena bajar a ese subnivel.

En el aspecto más personal, psicosocial, que es más complejo, también es comprensible que un hecho como estas manifestaciones en la Meridiana, haga aflorar las pulsiones primarias, como hemos visto durante estos cortes, ya que una de las ‘lindezas’ que nos han dicho repetidamente es ‘¿cuánto os pagan para cortar?’ Este tipo de personas confunden el precio con el valor de las cosas y hechos, como es evidente.

Y una buena muestra de esto, a nivel personal, la tengo con otro mensaje del grupo anti cortes en la Meridiana, que ha vuelto a publicar un mensaje en telegram, citándome de nuevo, junto a otros dos compañeros, diciendo que al retirarnos, el papá Puigdemont (ex president de la Generalitat), la mamá Laura Borrás (candidata de JuntsxCat, a la Generalitat) y el tío Miquel Samper (conseller de interior de la Generalitat), ‘deja a sus líderes XX, YY, y a mi, sin cargo y sin paguita’.

Este fenómeno se explica muy bien en la siguiente fábula:

‘Sordo, mudo y ciego

Gensha se lamentó un día ante sus seguidores: Otros maestros han mantenido siempre la necesidad de salvar a todo el mundo; pero supón que te encuentras con alguien que está sordo, mudo y ciego: él no podría ver tus gestos, oír tu predicación o, al mismo respecto, hacer preguntas. Incapaz de salvarle, has probado que eres un budista inútil.

Preocupado por estas palabras, uno de los discípulos de Gensha fue a consultar al maestro Ummon, quien, al igual que Gensha, era un discípulo de Seppo.

‘Inclínate, por favor’, dijo Ummon.

El monte, aunque cogido por sorpresa, obedeció el mandamiento del maestro; luego se enderezó con la esperanza de que su interrogante fuese respondido. Pero en vez de una respuesta, Ummon le lanzó un bastón. Él dio un salto hacia atrás.

‘Bueno, dijo Ummon, no estás ciego. Acércate ahora’.

El monje hizo como se le había ordenado.

‘Bien, dijo Ummon, tampoco estás sordo. Bueno, ¿comprendes?’

¿Comprender qué, señor?, dijo el monje.

‘Ah, tampoco estás mudo’, dijo Ummon.

Al oír estas palabras el monje despertó como de un profundo sueño.

Maestro: vayas donde vayas encontrarás personas que no pueden entender. No pienses siempre en los demás. Primero resuelve tus problemas, entonces tendrás la claridad para ayudar también a los demás’

(Joost Scharrenberg)

Una de las moralejas, pensando en el caso que nos ocupa, es clara, debemos prescindir de los comentarios y opiniones contrarias, debemos resolver nuestros problemas y seguir actuando pacíficamente de acuerdo con nuestra conciencia. Y, con el tiempo, quizás, alguna de las personas críticas, cuanto menos, deje de insultarnos. No queremos convencerles, claro, pues cada persona tiene sus convicciones.

Pero considerando, asimismo que es evidente que, en toda sociedad, en toda familia, en toda persona, hay envidias, recelos, pues es habitual que deseemos lo que tienen los otros, siempre nos parece más verde el césped del patio del vecino, las otras colas de coches, en los peajes de las autopistas, siempre parecen ir más rápidas que en la cola en la que estamos:

‘La mosca que soñaba que era un águila:

Había una vez una mosca que todas las noches soñaba que era un águila, y que se encontraba volando por los Alpes y por los Andes.

En los primeros momentos esto la volvía loca de felicidad, pero pasado un tiempo le causaba una sensación de angustia, pues hallaba las alas demasiado grandes, el cuerpo demasiado pesado, el pico demasiado duro y las garras demasiado fuertes; bueno, que todo ese gran aparato le impedía posarse a gusto sobre ricos pasteles o sobre las inmundicias humanas, así como sufría dándose golpes contra los vidrios de su cuarto.

En realidad, no quería andar en las grandes alturas, o en los espacios libres, ni mucho menos.

Pero, cuando volvía en sí, lamentaba con toda el alma no ser un águila, para remontar montañas, y se sentía tristísima por ser una mosca, y por eso no podía volar tanto, y le hacía estar inquieta hasta que, por la noche, volvía a soñar.

(revistas.ucm.es)

Obviamente, debemos ser conscientes de nuestras condiciones y limitaciones, pero sin olvidar nuestros sueños, nuestros deseos; aunque, aparentemente, sean contradictorios o difíciles.

Los independentistas catalanes sabemos que nuestros sueños no serán fáciles de alcanzar, pero, sin esos sueños, no avanzaríamos, permaneceríamos dominados por el estatus quo del estado español.

Es importante saber que las ayudas, los apoyos, podrían llegar desde los rincones, personas e instancias más imprevisibles, como veremos en el siguiente ejemplo con la kapo Stenia, aunque no podemos quedarnos en el sofá de casa confiando en que lleguen:

En un escrito anterior me referí a la filósofa Simone Weil (1909-1943), ahora me refiero a la política Simone Veil (1927-2017):

‘Simone Veil nunca se explicó por qué la indultó en Auschwitz una guardiana del campo, y sostuvo que ser mujer fue su mejor fortuna.

Contó Simone Veil que fue ‘aquel’ un gesto de coquetería. Rociarse el pelo y el cuerpo con un perfume de Lanvin antes de quedarse desnuda en las duchas de Auschwitz. El frasco era de una amiga francesa. Sospechaban que iban a requisárselo las autoridades nazis en el campo de concentración. Lo compartieron como si fuera un ritual catártico, o embriagador, o inocentemente rebelde.

Les aguardaban la humillación y el maltrato. Soportar el hedor de la carne muerta. Contemplar, sin quererlo, el humo macilento que evacuaban las chimeneas de ladrillo. Podía haber muerto Simone Veil. La podrían haber despedazado y abierto en canal, igual que les ocurrió a las pasajeras de otros vagones, pero vino a redimirla una prostituta polaca que ejercía con crueldad profesional las funciones de Kapo.

Deportaron a Veil al campo de concentración de Auschwitz recién cumplidos los 16 años. Tuvo la suerte de llegar cuando el invierno había sepultado decenas de miles de esqueletos, pero la primavera fue atroz. Simone Veil mencionaba la experiencia como si las lágrimas gotearan evocando el hallazgo del deshielo. Trenes de moribundos. Ejecuciones industriales. Y una prostituta polaca, Stenia, que se apiadó de ella porque la consideraba demasiado hermosa para amontonarla en el matadero.

Simone Veil, lúcida, erguida, no encontró nunca una respuesta demasiado convincente a su redención, y hasta maldijo su buena suerte. ¿Por qué ella? Pensaba que Stenia hizo un gesto de piedad filantrópico. Cree que también ella, implacable en las instrucciones del genocidio, necesitaba demostrarse humana.

Los ingleses la colgaron de un árbol y la exhibieron como un monstruo de guerra. Veil tiene un recuerdo distinto, incluso entrañable. Sobre todo, porque la guardiana del campo, gritona, andrógina, cruel, también se avino a salvar sin condiciones ni matices la vida de su madre y de su hermana. Y Simone Veil nunca supo por qué.

(…)

Echaba de menos a su madre, que agonizó a su lado de tifus en el campo germano de Mauthausen. Stenia, la meretriz polaca, les encontró acomodo allí para evitarles las duchas de gas. Trabajaban en las cocinas. Sustraían los mendrugos de pan y algunas sobras. Una mujer con suerte decía de sí misma Veil.

(Rubén Amón, El País, 30 junio 2017)

Los que nos manifestamos en la avenida Meridiana de Barcelona, y los independentistas catalanes en general, sabemos, asimismo, que no se trata sólo de confiar y de esperar, debemos seguir actuando, manifestándonos. No podemos confiar en ayudas ajenas, que difícilmente vendrán; y la confianza, la ‘fe’, por sí solas, están bien a nivel individual, pero a nivel social, la situación es más compleja:

‘La Fe y las montañas:

Al principio, la Fe movía montañas sólo cuando era absolutamente necesario, con lo que el paisaje permanecía a sí mismo durante milenios.

Pero cuando la Fe comenzó a propagarse y a la gente le pareció divertida la idea de mover montañas, éstas no hacían sino cambiar de sitio, y cada vera era más difícil encontrarlas en el lugar en que uno las había dejado la noche anterior, cosa que, por supuesto, creaba más dificultades que las que resolvía.

La buena gente prefirió entonces abandonar la Fe y ahora las montañas permanecen por lo general en su sitio.

Cuando en la carretera se produce un derrumbe bajo el cual mueren varios viajeros, es que alguien, muy lejano o inmediato, tuvo un ligerísimo atisbo de Fe’.

(revistas.ucm.es)

En definitiva, que una vez concluida esta campaña electoral (y superadas las incomprensibles y, a mi modo de ver, extralimitada y abusiva sentencia de la junta electoral provincial), personalmente creo que deberíamos seguir manifestándonos, mostrando nuestra disconformidad con la prisión y el exilio de nuestros presos políticos y sociales; expresando, así, al resto de vecinos, a la prensa interesada, y a los políticos aprovechados, que nuestro objetivo les trasciende a todos ellos.