En un mundo globalizado, con tantos problemas graves e importantes que van sucediéndose de forma acelerada, tapando uno al otro, es comprensible que los problemas locales no adquieran el interés general, máxime, en unos años que la pandemia del Covid-19 lo ha parado y enterrado todo; y como ahora, que el tema estrella es la crisis provocada en Ucrania, en la que Rusia y la OTAN se disputan su hegemonía en ese país, todo sea por el mayor beneficio de la industria armamentista, obviando la voluntad y dolor de la ciudadanía.
Y, ciertamente, por todo ello, es comprensible que los periodistas y responsables de los medios de principales de comunicación primen lo urgente, lo puntual de cada momento, dejando en segundo término hechos importantes, pero locales. Por eso les agradeceré la publicación de este escrito, ya que los derechos de las minorías no deben quedar soterrados.
Asimismo, otros medios se han creído y comprado la versión oficial del estado español que, aplicando todo su poder, esconde la realidad catalana; un estado que intenta hacer creer que sigue los estándares democráticos occidentales, si bien la realidad es que utiliza todos sus recursos, principalmente los judiciales para combatir fraudulentamente un proyecto político que es totalmente legítimo; práctica represiva que no es nueva de esta última década, si no que se inició en el momento fundacional del estado español, y a lo largo de los últimos siglos ha perseguido a las minorías nacionales, en lugar de integrarlas en un estado plurinacional, ya que su único objetivo es la imposición de la visión castellana, que sufrimos los catalanes y vascos, por ejemplo, como lo sufrieron todos los actuales estados latinoamericanos. Y esa es una de las explicaciones por las que en la mayoría de los estados europeos no comprenden que en el estado español se apliquen procedimientos que no serían aceptables en democracias plenas (no hay que olvidar que España, según el informe recientemente publicado por The Economist, ha pasado a ser considerado un estado democrático defectuoso, con imperfecciones, precisamente por la estrecha relación entre la política y el poder judicial.
Por esto, me parece que puede ser interesante hacer un repaso histórico, de una manifestación que diariamente realizamos unos vecinos, cortando de 20.00 a 21.30 horas la Avenida Meridiana, una de las principales vías de comunicación de la ciudad de Barcelona, como respuesta de desaprobación de la sentencia condenatoria de nuestros líderes políticos y sociales, del 14 de octubre del 2019, contra el Proceso Independentista catalán. Pero es importante señalar que se trata de una revisión personal, desde las emociones y sentimientos de un manifestante.
Es preciso recordar que el 1 de octubre del 2017, en Catalunya realizamos un referéndum de autodeterminación, con la oposición del gobierno español, que, con su respuesta violenta, cuyas imágenes fueron divulgadas por los principales medios de comunicación mundial, destacando que el estado español se había saltado todas las líneas rojas fijadas por la democracia. Asimismo, el deslegitimado juicio de nuestros líderes políticos y sociales, también merecieron el interés generalizado, pero, poco a poco, ha ido pasando al olvido por los motivos anteriormente mencionados y, es interesante destacarlo también, por las presiones del estado profundo español, con sus tentáculos políticos, económicos, judiciales, policiales y medios de comunicación, que ocultan una situación que no sería tolerada en ninguna democracia occidental.
Por lo tanto, nuestra manifestación diaria, es para expresar nuestra condena de la actuación del estado español, y esto es básico recordarlo, ya que, los contrarios al corte, ‘olvidan’ ese objetivo, y aplican visiones cortoplacistas de forma interesada, como intento explicar en este escrito.
Debe ser conocido que además de las condenas a nuestros nueve líderes políticos y sociales, que fueron indultados por el gobierno español, después de tres años de prisión, debidos, principalmente, a la presión del devenir judicial europeo, no a la mera ‘gracia’ de Pedro Sánchez, el presidente del gobierno español, un gobernante insulso, sin ideología (ni de izquierda, ni republicana, ni de ninguna otra índole, al que solo le interesa su mera supervivencia), seguimos teniendo políticos exiliados, como nuestro presidente legítimo, Carles Puigdemont, en el exilio, junto a otros ex Consellers de la Generalitat, Clara Ponsatí y Toni Comín (que, como Puigdemont, ejercen de eurodiputados), y también Lluís Puig, Marta Rovira y Anna Gabriel. Y, además, seguimos teniendo a casi 4000 independentistas encausados (juzgados o en vías de serlo), que no son mediáticos, por su participación en la organización del citado referéndum, o por su activismo reivindicativo posterior, y que la ‘injusticia’ española, va judicializando, siguiendo más bien una línea vengativa y represora, muy alejada de la justicia.
Obviamente, la visión de todos los hechos es subjetiva, y ésta también, claro, pero intento que la presente exposición se acerque, al máximo, a la objetividad.
Sé que los que nos manifestamos diariamente, cortando la Avenida Meridiana, pecamos de ingenuidad y hemos cometido errores, ya que, quizás, en algún momento, confundimos la simbología con el significado de nuestra actividad, el fin con los medios; pero, lo que es indiscutible, es que actuamos ética y moralmente de acuerdo con nuestros objetivos y nuestra conciencia, para recordar que ganamos el referéndum de Independencia de Catalunya del 2017. Pero no vamos con el lirio en la mano, sabemos la dificultad de la consecución del mencionado objetivo, máxime teniendo en cuenta la represión del estado español, desatada con el discurso del rey Borbón Felipe VI, realizado el 3 de octubre del citado 2017, dando carta abierta y respaldando a los nacionalistas españoles.
Seguro que el antecesor del actual rey, no sólo el huido a Abu Dhabi, por sus ‘presuntos’ delitos fiscales, sino hasta Felipe V, el primer Borbón, que, en 1714 arrasó Catalunya para conseguir su reino, y que, seguramente, en su tumba, estará satisfecho con su tataranieto actual (Felipe VI), ya que sigue con su misma línea de pensamiento y actitud.
Desde hace años, los principales y dependientes medios de comunicación y sus tertulianos, dicen que el independentismo catalán hizo aflorar a la extrema derecha española, principalmente a Vox; cuando sabemos que fue Felipe VI, ideológicamente muy próximo a ese partido, que, saltándose las funciones que le exige la constitución española, no ha mantenido nunca la neutralidad debida, como sí que hizo la reina Isabel II, ante el referéndum escocés.
Volviendo a nuestro corte de la Avenida Meridiana, es preciso recordar que hoy, 23 de febrero, será nuestro corte 678, pues la pandemia, la todopoderosa y prevaricadora junta electoral central, etc., nos impidieron cortar durante determinados períodos. Y hemos pasado por diferentes fases, desde la inicial, formada por más de dos mil asistentes diarios, de todas las edades, hasta la actualidad, que no llegamos al centenar, excepto en importantes y señalados días.
Al inicio, nos convocamos en la Avenida Meridiana, cruce con el Paseo de Fabra y Puig, por ser un núcleo vital del barrio de Sant Andreu y Nou Barris; sociológicamente formados por ciudadanos de clase media y media baja, del extrarradio de Barcelona, y con un historial de reivindicaciones y protestas sociales y políticas; por lo que no es extraño que la actual manifestación surgiera allá.
También se iniciaron otras manifestaciones en otros puntos de la ciudad de Barcelona y por toda Catalunya, incluso antes que nosotros, ya que empezaron con el encarcelamiento de los citados líderes políticos y sociales, pero tienen otras características propias: no cortan el tráfico, son realizadas un día a la semana, o los días laborables, etc., ejemplos tenemos muchos, como el de la Vila de Gràcia, Enriqueta Gallinat, etc.
Inicialmente, también se cortaba el tráfico en la calle Marina confluencia con la Gran Vía de Barcelona, pero la represión, identificaciones y multas lo hicieron inviable, y desapareció el movimiento.
En nuestro caso, inicialmente, no efectuábamos la comunicación legal preceptiva, y por ello, participaban muchos jóvenes, realizábamos breves cortes, cruzábamos semáforos de forma lenta, etc., cualquier estrategia, para obstaculizar el tráfico. Pero las identificaciones, multas, golpes de los mossos (policía autonómica), etc., nos hicieron ver que así no podíamos seguir, y decidimos efectuar el comunicado de manifestación (no la solicitud de permiso), y desde ese momento, pudimos efectuar el corte en cuestión.
Sobre el particular, es preciso señalar que en nuestro colectivo actuamos de forma asamblearia, no hay líderes ni cabecillas, todo lo debatimos y votamos.
Y esa decisión de efectuar el comunicado, decepcionó a buena parte de la juventud, que dejó de venir, principalmente por eso, ya que consideraron que no era propio de una manifestación rebelde, ajustarse a las reglas impuestas por el estado opresor. También confluyeron otros aspectos menores, como la crítica de determinados sectores, por desacatar la norma policial de prohibir hacer fuego (aunque fuera en un rincón entre bloques de hormigón -New Jersey- y cuidando de apagarlos), por efectuar actos lúdicos, como bailar sardanas, etc.; y, por todo ello, pasamos a ser un grupo que, mayoritariamente, somos personas, ya jubiladas. Demográficamente, un 80% tenemos más de 60 años de edad, aunque seguimos contando con importantes compañeros y compañeras jóvenes, que siguen siendo indispensables, como todos.
Es preciso señalar que cuando venían mayoritariamente los jóvenes, eran los que daban la cara, se ponían en primera fila, defendían al colectivo de las agresiones de los viandantes y conductores; y cuando venían a contramanifestarse los españolistas, los jóvenes no fallaban y venían a reforzarnos.
Asimismo, debido a la patología propia de la edad, principalmente el cáncer, hemos tenido importantes bajas, incluso dos fallecidos (uno ayer) y varios en delicada situación, que les imposibilita participar. Y la pandemia también ha hecho sus estragos, a pesar de manifestarnos en un espacio muy amplio, al aire libre, guardando, teóricamente, las distancias y, hasta ahora, con las mascarillas preceptivas, pero cada uno de los manifestantes tiene su vida propia, sus contactos y sus bombollas respectivas. Por todo eso, habíamos llegado a unos mínimos, a ser una cincuentena, pero, el colectivo era de un centenar, como lo demuestra las veces que se han pedido firmas para diferentes apoyos, ya que, en un par de días, se recogian un centenar de firmas, puesto que no todos los asistentes pueden ir cada día, ni todo el tiempo.
Pero la defensa de los derechos fundamentales, como la manifestación y la libertad de expresión, nunca debe cuantificarse, deben ser respetados cualitativamente, por lo que son.
Así, hemos continuado con nuestras actividades durante la hora y media del corte, bailando sardanas, poniendo música, recibiendo numerosas visitas, principalmente de compañeros y compañeras de colectivos independentistas de toda Catalunya, de artistas, cantantes, de periodistas, de represaliados y represaliadas, así como de algunos pocos políticos a titulo personal (por cierto, nuestra decepción ha sido muy grande, por las ausencias de destacados represaliados, como Junqueras, Forcadell, Cuixart, etc.; que durante su estancia en prisión nos enviaban mensajes de audio agradeciéndonos nuestro apoyo, pero, una vez libres, no han encontrado un momento para venir, o, nuestro colectivo no es de su agrado, por efectuar el corte de tránsito, ya que sí que han ido visitando otros colectivos. Y su ausencia comporta un estruendo vergonzante, máxime, cuando nuestro colectivo es decididamente transversal, pacífico, democrático y ajeno a las siglas de los distintos partidos políticos).
Igualmente, por nuestra parte, representantes del colectivo de Meridiana Resisteix, colaboramos y participamos, enviando representantes a los diferentes movimientos independentistas catalanes, participando en sus actividades; y es importante señalar la estrecha coordinación entre todos ellos, que se ha de poner en valor, de cara a un futuro, que esperamos que no sea lejano.
Asimismo, estos últimos meses se ha producido un cambio radical por parte del actual gobierno de la Generalitat de Catalunya, ya que empezaron consintiendo la manifestación rodada de los españolistas, consistente en circular cuatro o cinco coches, y así, mantener abierta la circulación de la Avenida, postergándonos, a nosotros, en primer lugar a la calle Dublín, pero al ver que, de ese modo, impedíamos el acceso a uno de los centros de El Corte Inglés, nos reubicaron en el Paseo Fabra y Puig; y desde el sábado día 12, la consellería de interior nos ha denegado nuestro derecho de manifestación tanto en la Avenida Meridiana y en la ubicación secundaria del Paseo citado.
Que un gobierno teóricamente independentista, con el respaldo del 52% de los escaños en el Parlament de Catalunya, se dedique a hacer un seguidismo del autodenominado ‘el gobierno más progresista de la galaxia (PSOE y Unidas Podemos)’, y, por lo tanto, gestionando unas competencias autonómicas, reducidas, todavía, como consecuencia de la aplicación del artículo 155, con el que cercenaron a nuestro gobierno, merece una gran descalificación en toda regla, nos recuerda, tristemente, salvando las infinitas distancias, el gobierno francés de Vichy durante la ocupación alemana. Y que el actual presidente de la Generalitat nos recuerde remotamente a Pétain, nos duele en el alma a los que seguimos ilusionados y teniendo vivo el 1 de octubre del 2017.
Y este gobierno pseudo-autonómico, temeroso por las críticas de determinados sectores españolistas existentes en Catalunya (como en España), decidieron eliminar nuestro derecho de manifestación, que es un derecho fundamental, como el de expresión, y ahora nos quieren ubicar en una placeta próxima al habitual del corte, pero, sin cortar la circulación, con la ‘justificación’ de que así se evita la progresiva escalada de violencia verbal con los españolistas.
Efectivamente, en paralelo, durante estas últimas semanas, los españolistas van en aumento y, el colmo de los colmos, es que el dispositivo policial les deja manifestarse a escasos metros (5 o 6) de nuestro corte, con la consiguiente enfrentamiento verbal. Y estos españolistas, muchos de los cuales no son vecinos, si no que vienen de otros barrios, vienen acompañados de líderes de partidos de derechas y de extrema derecha (Grau, Martin Blanco y Carrizosa, de Ciudadanos, un partido residual en el Parlament de Catalunya; o de Bou, del PP, aún más residual), y su argumento es que perjudicamos al comercio del barrio, un argumento muy simple, ya que precisamente, en el horario del corte, dichos comercios están cerrados y, los clientes de los mismos son de barrio, y no utilizan el coche para desplazarse y, por lo tanto, no tienen ninguna dificultad para desplazarse, más bien, al contrario, ya que pueden disfrutar de una avenida libre de circulación.
Es preciso señalar que incluso en una tertulia radiofónica, participó un farmacéutico de la zona, explicando que su negocio había perdido el 40% de su facturación, culpa el corte de la Meridiana; un argumento falso a más poder, ya que los vecinos que lo necesitan no dejan de ir a comprar sus medicamentos; pero, argumentos así, ‘sirven’ para ‘justificar’ lo injustificable democráticamente.
Este argumento de perjudicar al comercio es el que adoptó, desde su inicio, la alcaldesa de Barcelona, Colau, y el teniente de alcalde Collboni, con mensajes que han hecho ruborizar a cualquier ciudadano objetivo, razonable y democrático.
Parece que el declive económico es culpa nuestra, obviando el mal causado por la pandemia. Qué ridículo es todo ese argumentario, cuando la Colau y su partido de los Comunes y Unidas Podemos, querían alcanzar los cielos con el movimiento del 15 de mayo del 2011, gritando ‘si se puede’. Pero, sabemos y constatamos que, cuando se alcanza el poder, la perspectiva e intereses son otros, y se puede observar la verdadera catadura moral (mejor dicho, inmoral) de determinados personajes como los citados.
También es preciso puntualizar, y eso nunca lo comenta nadie, que determinadas cafeterías y comercios próximos a la zona del corte, han aumentado su clientela, gracias a nosotros.
Pero, claro, todos los partidos políticos ‘utilizan’ nuestro colectivo de Meridiana Resisteix, para lograr sus propios intereses, y desgastar a los opositores. Nosotros no les importamos nada, ni los vecinos de nuestro barrio; somos meras excusas para sus batallas políticas.
Por todo ello, es triste e insólito, ver que nuestro gobierno autonómico, temiendo perder votos, se rinda por la presión ejercida por la derecha y extrema derecha (PP, Ciudadanos y Vox), y sea arrastrado hacia esos postulados represivos, olvidando su propio programa electoral y los deseos de sus votantes independentistas. Y no queriendo ver que, precisamente, la derecha nunca estará satisfecha, que ellos son realmente su objetivo, sus piezas de caza mayor; ya que las críticas a nuestro colectivo, es mero humo, para conseguir sus verdaderos fines. La historia nos confirma que ‘Roma no paga a los traidores’.
Siguiendo con nuestras actividades en la Meridiana, el pasado día 16 nos visitó Vicent Partal, director de Vilaweb (un importante medio digital independiente), y nos comentó que, seguramente, la estrategia que sigue el actual gobierno de la Generalitat, es que el conflicto con los españolistas que se contramanifiestan, vaya en aumento, y finalmente, sea la fiscalía la que prohíba nuestra manifestación, quedando, de ese modo, el presidente Aragonés, con las manos limpias de esa decisión.
Esa conclusión nos ratificó lo que pensamos, ya que es evidente, pues cuando, meses atrás, los españolistas comunicaron alguna manifestación en nuestro espacio habitual, a nosotros nos confinaron a la travesía siguiente, es decir, a más de cien metros de distancia. Mientras que ahora, la distancia es de apenas 5 o 6 metros, como ya he comentado. Y eso, es una estrategia que ningún operativo policial aceptaría, salvo siguiendo órdenes superiores. Que diferencia de tratamiento, cuando han venido el rey o el presidente del gobierno a Barcelona, pues la distancia de seguridad es kilométrica, para que no les molesten ni los gritos.
Y todo ello no deja de ser un mero ejercicio de prevaricación y, en el caso de consentir contramanifestaciones en nuestro espacio habitual, simplemente se trata de un fraude de ley, ya que, utilizar artilugios administrativos para reprimir a nuestro colectivo, sería penado, si tuviéramos una justicia como la de los principales países europeos.
Otro argumento oficial, es que el derecho a circular libremente también es un derecho fundamental, y que cuando se contraponen derechos fundamentales, debe actuarse políticamente, procurando el mal menor. Lógicamente, nuestra perspectiva es que nosotros no impedimos la circulación, ya que hay alternativas que, a lo sumo, pueden comportar entre 15 y 30’ de demora. Mientras que impedir nuestro derecho de manifestación y de expresión, es irreparable. Manifestarnos en una plaza, en uno de los numerosos pueblos abandonados o en una de las playas salvajes de nuestro país, desvirtuaría del todo nuestro objetivo.
Aplicando los refranes, ‘por sus amigos les conoceréis’ / ‘por sus enemigos les conoceréis’, o ‘vales lo que valen tus amigos’ / ‘vales lo que valen tus enemigos’, es preciso resaltar que los mencionados líderes de derecha y extrema derecha que vienen a manifestarse con los españolistas que, en sus gritos nos dicen lindezas como ‘nazis, fascistas, asesinos de niños, amigos de terroristas’, intentando ligarnos con el atentado de ETA a Hipercor de El Corte Inglés (próximo a la ubicación de nuestra manifestación, como ya he citado) efectuado en 1987, y con gestos obscenos que efectúan algunos de ellos, les dejan bien retratados: con ‘amigos’ así, ya se sabe donde se puede ir, directos al infierno.
En cambio, en nuestro colectivo tenemos personas del más alto nivel ético y moral, con un historial de represión, exilio, tortura, etc., por su activismo social e independentista, tanto durante el franquismo como ya en la actual ‘democracia’, eleva a nuestro movimiento a cotas muy elevadas; buena prueba de ello lo tenemos en la prudencia y nulo interés personalista, más bien al contrario, su deseo de pasar discretamente por parte de esos compañeros y compañeras (Carles, Teresa, Magos, Pere, etc.); igualmente, ver a compañeros como Lluís, que con sus 92 años de edad sigue al pie del cañón. Contar entre nosotros a personas así es todo un lujo que nos enriquece.
Y, por contra, los mencionados manifestantes españolistas, quedan a años luz, ética, moral e intelectualmente, pues éstos buscan la destrucción de nuestro movimiento, ese es su objetivo, no la expresión de sus deseos. Por eso, aplauden y jalean a los mossos cuando nos empujan para desalojarnos, y, el colmo de los colmos, es que gritan ‘libertad’, esa es su triste concepción de su idea de libertad: la represión de los débiles. Que pena y que vergüenza ajena, ya que sólo buscan destruir, mantener la opresión y represión, así como la inmoralidad del estado español que todos conocemos.
Y eso debería tenerlo presente el responsable de interior de la Generalitat, en el momento de autorizar o denegar toda manifestación, pues el refrán castellano ‘mira con quién andas y te diré quién eres’, le ayudaría a deslindar entre unos y otros.
Un amigo me comentó que si un Lama viniese a Catalunya y explicase que llevaban casi 700 cortes de carretera como protesta contra el imperio chino, aquí se condecoraría a dicho movimiento y saldría en todos los medios de comunicación. Y si bien no olvidamos, ni mucho menos, que el Parlament de Catalunya, condecoró a los represaliados y represaliados, entre ellos los de Meridiana Resisteix, a pesar de las críticas de los partidos españolistas (unionistas), la realidad es que los medios de comunicación nos han dado la espalda, salvo en momentos puntuales, ya que les atrae el morbo, y siempre procurando ensalzar a los ‘pobres’ afectados españolistas.
Asimismo, también sigo sorprendido, al constatar que los más de 2,4 millones de votantes independentistas en el referéndum del 2017, estén desilusionados, eso es humano y comprensible, pero que estén aletargados en el sofá, esperando que les caiga del cielo una nueva oportunidad para movilizarse, no acabo de entenderlo, máxime cuando están prestos a salir a hacer las performances requeridas en cada Diada Nacional de Catalunya del 11 de setiembre.
La mayoría de los que ahora lo miran todo desde el sofá de casa, quizás consideran que con la situación política actual, española y catalana, es mejor ser pragmáticos, como hace el gobierno de la Generalitat, y esperar a ‘ampliar las bases’, la mayor inocentada que he oído, pues eso significa rebajar tanto el listón reivindicativo, que llega a la traición de los ideales del 2017. Seguramente eso es un mecanismo de defensa (inconsciente, por definición psicoanalítica), pero les vale para seguir en su respectivo sofá metafórico.
Nuestro colectivo también está desilusionado, pero, a pesar de eso, hemos soportado todo tipo de inclemencias meteorológicas, temporal Filomena incluido, hemos sufrido la represión policial, insultos y agresiones de viandantes y de conductores, que han lesionado a varios compañeros y compañeras; pero seguimos diariamente al pie de cañón, y no por puro masoquismo, que quede claro.
Por su parte, el grupo de contra-manifestantes españolistas que en la actualidad acuden a nuestra cita, me parece que reflejan diferentes aspectos: egoísmo, incultura y falta de educación, entre otras características; y eso, en lugar de desmotivarnos, nos motiva a seguir, ya que precisamente, la República Catalana que deseamos, contemplará diferentes mejoras sociales, como recordamos diariamente al leer nuestra proclama.
Es decir, nuestro colectivo sigue la siguiente máxima de Sun Tzu (Sunzi), (544 – 496 aC) expresada en su ‘El Arte de la Guerra’: ‘Si utilizas al enemigo para derrotar al enemigo, serás poderoso en cualquier lugar a donde vayas’
Asimismo, consideramos que son validos también los siguientes pensamientos del citado autor:
‘Un ejército victorioso gana primero y entabla la batalla después; un ejército derrotado lucha primero e intenta obtener la victoria después’, y por ello confiamos en ganar de nuevo la opinión de los más de dos millones de independentistas de todo el país, y después efectuar el embate definitivo, democráticamente, contra el estado español, pues, siguiendo con Sun Tzu, ‘Grandes resultados pueden ser conseguidos con pequeños esfuerzos’, ya que, ‘La excelencia suprema consiste en romper la resistencia del enemigo sin luchar’.
Pues en caso contrario, y salvando las distancias, acabaríamos como expresa el famoso poema ‘Primero vinieron …’, de Martín Niemöller, ‘Cuando los nazis vinieron a llevarse a los comunistas, guardé silencio, ya que no era comunista. (…) Cuando encarcelaron a los judíos, no protesté, ya que no era judío. Cuando vinieron a buscarme, no había nadie más que pudiera protestar’. Siguiendo ese símil, cuando los unionistas vinieron por los independentistas, por los catalanistas, por los demócratas (en sentido ético y amplio), al final no había nadie que pudiera protestar en defensa nuestra (dirían los propios unionistas españoles).
Es triste ver cómo se va banalizando el mal, rememorando a Hannah Arendt.
Por todo ello, seguimos manteniendo nuestras ilusiones, a pesar de que cometamos errores, que nos equivoquemos, pero intentamos mantener la defensa de nuestros ideales, y lo seguiremos haciendo cada día, aunque nuestra acción siga siendo invisibilizada, manipulada y desvalorizada.
Nuestro colectivo asambleario seguiremos manifestándonos, ya que es la única manera que tenemos para visibilizar nuestra protesta, a pesar de que tanto el actual gobierno de la Generalitat como el del estado español, pretendan ‘normalizar’ lo que ningún demócrata puede considerar como normal.
Los independentistas que nos manifestamos, somos los verdaderos demócratas, mientras que los que los vecinos y no vecinos que vienen a insultarnos, y se alegran al ver cómo los mossos nos sacan de la Meridiana a empujones, gritando ‘libertad, libertad’, realmente son antidemócratas, no sólo unionistas españoles, sino que comulgan con la ideología de la derecha y ultraderecha, es decir, son fachas que añoran el franquismo; y eso lo vemos diariamente en los mensajes que nos dejan en nuestro canal de YouTube, insultándonos de nazis, incluso uno de ellos tiene como seudónimo ‘Aguilucho’ (rememorando esa bestia que llevaba la bandera franquista).
Y en esa trampa, tristemente ha caído el actual gobierno de la Generalitat, con el presidente Aragonés (de ERC) en cabeza, reflejando, por lo tanto, que ha comulgado con dichas tesis, con el pretexto del pragmatismo y, en definitiva, impidiendo nuestra manifestación y silenciándola en los principales medios de comunicación, lo que hace es banalizar el mal, como he comentado con anterioridad.
Por todo eso, creo que es importante reproducir el presente escrito, ya que, de ese modo, los lectores podrán tener una visión ajustada a la realidad. Y les agradeceré y agradeceremos, que nos ayuden con su publicación. No sólo para defender nuestra manifestación, que no es más que un simple medio, sino para evidenciar una situación que vivimos la mayoría de la población catalana, una mayoría que se ha ido reflejando en las últimas elecciones, desde las locales hasta las generales, y que vemos vulnerados nuestros derechos fundamentales y democráticos, para poder llegar a autodeterminarnos. Queremos dejar de sentirnos colonizados.
Meridiana Resistix (resiste) y resistirá, pero desearíamos que esa resistencia pronto fuera innecesaria. Todos sabemos los sacrificios que comporta manifestarse diariamente a las compañeras y compañeros que lo hacemos, y que, cuanto menos, deberíamos merecer un mínimo reconocimiento y respeto.
Amadeo Palliser Cifuentes