· El precio promedio de la Canasta Básica Alimentaria está $1,849.24 con una variación al alza de 1.08% al aumentar su precio en promedio $19.84.
· Son muchos los factores que inciden en el fenómeno inflacionario y hacen que los alimentos se encarezcan: sequía, inseguridad, energía cara y sobrerregulación prohibicionista.
· Los transportistas de carga federal están protestando en los distintos ramales carreteros del país, exigiendo seguridad al gobierno federal. El alcance de la situación ya no es tan sólo que se roben la mercancía y se lleven lo tráileres al deshuesadero, sino que han llegado a quitarle la vida a los choferes de las unidades.
Ciudad de México a 06 de febrero de 2024.- La Alianza Nacional de Pequeños Comerciantes (ANPEC) reporta la variación de precios de la canasta básica alimentaria de cuarenta y cuatro productos de enero a febrero del presente año. El estudio de mercado se realizó en los treinta y dos Estados de la República, con una muestra aleatoria domiciliada, ambulatoria y estratificada en más de 200 puntos de venta en tres niveles de consumo: alto, medio y popular.
El precio promedio de la Canasta Básica Alimentaria (CBA) resultó en $1,849.24 con una variación al alza de 1.08% al aumentar su precio en promedio $19.84. Los Estados con la CBA más encarecida son Nuevo León 10.30%; Tamaulipas 8.29%; Campeche 6.27%; Zacatecas 6.18% y Baja California Sur 5.66%; y los productos que más aumentaron en el último mes fueron la cebolla 18.55% que pasó de $44.81 a $53.12; papa 11.36% que pasó de $34.67 a $38.61; tomate verde 8.61% que pasó de $34.90 a $37.90; chiles en escabeche 8.25% que pasó de $22.54 a $ 24.40 y aguacate 8.21% que pasó de $49.55 a $53.62.
“Son muchos los factores que inciden en este fenómeno inflacionario y hacen que los alimentos se encarezcan. El factor estacional, la sequía, producto del cambio climático que estresa la producción agrícola, el de la inseguridad que entorpece y encarece toda la cadena de producción y suministro desde la siembra hasta la venta de calle con la actuación cada vez más violenta por parte de las pandillas que extorsionan y cobran por sembrar, por el transporte seguro de las mercancías, la distribución en plaza y, en algunos casos, apropiándose incluso de la mercancía para dictar los precios finales, así como cobrar el derecho de piso por venderla. Todo un elenco de fechorías que conculcan el libre comercio, afectándolo aún más al alza”, explicó Cuauhtémoc Rivera, presidente de ANPEC.
Al día de hoy, los transportistas de carga federal, hartos del flagelo de inseguridad, se han organizado y han decidido alzar su voz, iniciando una jornada de protestas en los distintos ramales carreteros del país, exigiendo seguridad al gobierno federal, pues el alcance de la situación ya no es tan sólo que se roben la mercancía y se lleven lo tráileres al deshuesadero, sino que han llegado a quitarle la vida a los choferes de las unidades. De por sí se batalla para encontrar operarios de transporte de carga federal, estos hechos alejan cada vez más a la gente de este trabajo. Esta situación de crisis en el transporte de carga de mercancías de facto influye con la elevación de precios de los productos.
Otro obstáculo que afecta importantemente en el porqué los alimentos suben y suben es el factor energético, el costo de las gasolinas y el diésel, sobre todo el de la energía eléctrica, lo cual impacta la actividad comercial ya que encarece la logística de traslado, de abasto y suministro de las mercancías al consumidor.
Un asunto más en este rosario de afectaciones es la sobrerregulación del mercado. Como si lo descrito hasta aquí no fuera suficiente, son cada vez más los gobiernos municipales, estatales y hasta el gobierno federal los que dictan normas, en muchos casos, por demás obtusas que vienen a encarecer y complicar la oportunidad de venta y la opción de compra de los consumidores. Esta sobrerregulación, con énfasis en medidas prohibicionistas, termina por ser el moño del amargo regalo que se brinda a los consumidores con una inflación alimentaria que socava su economía familiar, afecta su salud y merma su calidad de vida.
“Luego entonces, la suma de todas estas incertidumbres: sequía, inseguridad, energía cara y sobrerregulación prohibicionista generan un alto nivel de estrés en la población al pegarle donde más le duele, el garantizar el gasto esencial del hogar. Ya es febrero, las manecillas del reloj siguen marcando tic-tac tic-tac, el tiempo vuela y el elevado precio de los alimentos sigue ahí, en acción imperativa, provocando suficiente temor como para obligar a las bancas centrales a no reducir las elevadas tasas de interés (costo del dinero) que apalancan al mercado a fin de atajar un escenario descontrolado de precios. Está costando mantener los precios elevados de los alimentos en el nivel en que se encuentran, ya que esto podría ser peor. Este dolor de cabeza que se ha convertido en una migraña es una de las tareas más importantes a atender por el próximo gobierno”, recalcó Rivera.
Los pequeños comerciantes del país levantamos la mano y decimos que estaremos atentos a fin de contribuir con nuestro granito de arena para encontrar las mejores prácticas comerciales que, al final del día, logren precios asequibles al alcance del consumidor en el gasto de la canasta básica en México. Como siempre, hemos estado, aquí estamos y estaremos para jalar y empujar en esta dirección.
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