· Si se mantiene la jornada laboral de 48 horas no se puede esperar una mejora en la productividad.
· El ajuste en las horas de trabajo es esencial, México se debe de adaptar a las cambiantes dinámicas económicas.
· El equilibrio entre la vida laboral y personal es un principio fundamental que debe guiar las políticas laborales.
Ciudad de México, noviembre de 2023.- En un momento trascendental para la clase trabajadora de México, durante la cuarta mesa de diálogo «Marco convencional de la jornada laboral y modelo de reducción en otros países» del Foro de Parlamento Abierto sobre Días de Jornada Laboral y Descanso Laboral, se ha alcanzado un consenso histórico en favor de la reducción de la jornada laboral de 48 a 40 horas semanales. Esta medida representa un hito significativo en la lucha por la justicia laboral y el bienestar de los ciudadanos.
La necesidad de reducir la jornada laboral es un imperativo ético y político. México es una nación de trabajadores manuales e intelectuales, del campo y de las ciudades, y es esencial adaptarse a las cambiantes dinámicas económicas. Como señala la Organización Internacional del Trabajo (OIT), la dignidad humana está intrínsecamente relacionada con un trabajo decente, que incluye la mejora de los salarios, el acceso a la atención médica y la seguridad social, entre otros aspectos.
La búsqueda de un equilibrio entre la vida laboral y personal es un principio fundamental que debe guiar las políticas laborales. Una jornada laboral reducida no sólo aumenta la productividad y la competitividad, sino que también contribuye a la igualdad de género, promueve la diversidad en la fuerza laboral y fortalece la salud mental y física de los trabajadores. Además, esta medida tiene un impacto positivo en la calidad de los servicios públicos.
Para llevar a cabo esta transición, es necesario invertir en la capacitación de los trabajadores, garantizar su bienestar y fomentar su desarrollo integral. No podemos continuar con una jornada laboral de 48 horas y esperar mejorar la productividad. Existe una deuda social con los trabajadores que debemos abordar, incluyendo la mejora de los salarios, la seguridad social y el sistema de salud.
En este contexto, la reducción de la jornada laboral representa un paso firme hacia un México equitativo y progresista. Es un compromiso político y social con el bienestar de las y los trabajadores y un firme respaldo a la justicia laboral. A medida que se avanza en la aplicación de esta histórica medida, México se acerca a la construcción de un país más justo y democrático para todos.
