México está obligado a grandes inversiones para disponer de una adecuada infraestructura hídrica, además de impulsar políticas públicas, un cambio de hábitos en los ciudadanos y planes público-privados para afrontar la situación.
«Hay que trabajar a marchas forzadas y siempre hay tiempo para retomar el buen camino pero hubiera sido mucho mejor que lo hiciéramos desde hace de tiempo», dijo a Efe el presidente del Consejo Consultivo del Agua, Raúl Rodríguez Márquez.